10/07/2020

Obsesiones homofóbicas o Verde, verde, maduro


Muchos se preguntan la razón por la que algunas personas tienen una obsesión con las personas homosexuales, lesbianas, bisexuales y trans. Cuando uso el término obsesión me refiero a ideas, afectos y acciones negativas, dañinas para sí y para los demás, que son persistentes o al menos recurrentes.

La homolesbotransfobia, rayana con lo enfermizo, es un asunto complejo que opera a nivel psicológico y que se canaliza en el entramado de las relaciones sociales. Por lo tanto, este sistema de pensamiento está atravesado por un sistema de valores morales que imponen las ideologías, la política, las creencias religiosas, las tradiciones, entre otras.

Espero me excusen por usar un término casi impronunciable, pero es necesario mencionar casi todas las identidades, no por sonar más inclusivo, sino porque la homofobia, la lesbofobia y la transfobia tienen matices y elementos distintivos que permiten delinearlas, estudiarlas y enfrentarlas.

Una de las expresiones más complejas en las que opera la homolesbotransfobia son en aquellos sujetos que no aceptan internamente su homosexualidad. Esa lucha interior, que devora, oprime y genera tanta infelicidad, puede expresarse en violencia hacia las personas con géneros y sexualidades no heteronormativas. 

Esos sujetos enclosetados pueden ser muy peligrosos cuando combinan liderazgo, masculinidad tóxica (hegemónica) y poder. Se erigen ellos en estrategias de acoso en las familias, las escuelas y, sobre todo, en el ambiente laboral.

En mi experiencia los he tenido cerca y los he enfrentado, sin condescendencias ni pausas. Mi gaydar (del inglés gay radar) se activa en estos casitos de obsesión desmedida. 

Aunque no me gustan los perfiles psicológicos, puedo identificar que son personas agrias, rígidas, aparentemente respetadas por la mayoría (más que respeto, se les teme), aparentemente mujeriegos y en el caso de las mujeres, en su mayoría no tienen pareja, son centradas en el trabajo y en hacerlo todo bien para encajar a toda costa. Todas estas personas tienen en el fondo un miedo atroz a ser descubiertas, por eso señalan, acusan, persiguen y acosan; se adscriben una autoridad moral que luce y suena convincente.

Me atrevo a afirmar que muchos de las personas que no ocultamos en la actualidad nuestros deseos eróticos ni nuestras identidades, hemos interiorizado la homofobia durante el proceso de salir del armario heterosexual opresivo. Si algo aprendemos desde edades muy tempranas son las discriminaciones. De hecho, nos constituimos en sujetos sociales desde la negación de lo que no somos.

Dentro de los grupos humanos históricamente marginados también se interioriza esta homofobia, así tenemos a muchas personas LGBT que son homolesbotransfóbicas. Por eso es tan peligroso convertir el orgullo de pertenencia a una identidad afirmativa pero que discrimina a otros grupos marginados.

Las personas con creencias religiosas son también un ejemplo de grupo social históricamente marginados. La historia de las religiones está plagada de muerte, persecuciones y discriminaciones. 

Las Iglesias protestantes evangélicas lo saben muy bien. El ecumenismo no ha sigue siendo una utopía en los tiempos que corren. En la medida que dichos grupos han accedido al poder político y han aumentado su membresía han desplazado en influencia a sus antiguos perseguidores: los cristianos católicos.

En algunas de estas Iglesias evangélicas se reconocen en Cuba personas y grupos que tienen una especie de homo-obsesión misógina con el movimiento feminista, las personas LGBT y las políticas de Estado que ellos consideran una ideología de género. 

Las declaraciones y acciones de estos grupos no versan sobre la pobreza creciente, las inequidades sociales, la precariedad económica y otros serios problemas que enfrentamos. En los momentos de mayores problemas su silencio es acusatorio. Así funcionan las ideas conservadoras en el Mundo entero. Los ejemplos están disponibles en Google. 

Cuando se trata de las familias, el aborto, las identidades trans, los derechos de las personas LGBT, estos grupos neoconsevadores arremeten contra sujetos, hermanos religiosos progresistas, grupos sociales específicos, colectivos políticos y contra el Estado. Se alinean sin ambages con la derecha neoconservadora.

Estos paladines fundamentalistas padecen de una homo-obsesión matizada con una ignorancia supina sobre las ciencias puras y las humanidades. Las personas entendidas me dicen que su hermenéutica bíblica deja mucho que desear. Identifico en algunos una obsesión patológica que me recuerda a personas enclosetadas, que abrazan la religión para “salvar sus almas”. 

En las redes sociales es fácil identificar a algunos sujetos así. Ellos hablan de amor, pero se leen mentiras, manipulaciones de datos científicos (jamás citan las fuentes), una intención deliberada de dañar, excluir, injuriar, difamar, despreciar y acosar.

Muchos colegas están, con razón, preocupados. Mi opinión es que hay que ocuparse. Jamás espero que el Estado/Partido frene a estas personas. En este aspecto en lo particular me parece estar viviendo en un país que sigue la Primera Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos (sobre libertad de expresión) con más cuidado que los artículos de la nuestra que reconocen el derecho a la igualdad y al respeto de la dignidad humana. [Santos Suárez, 2 due octubre de 2020]

Blasfemias neoconservadoras más frecuentes de la semana

En los infelices intercambios más recientes en las redes sociales sobre los fundamentalismos religiosos en Cuba he identificado algunas blasfemias y bulos sobre las personas LGBT y las políticas del Estado Cubano sobre sexualidades y géneros.

Aunque es una producción inacabada, pueden resultar útiles para desarticularlas con argumentos y con respeto. Aquí les va:

-Las personas LGBT hemos crecido en ambientes familiares inestables y carentes de amor (se refieren a ambientes de “Familias del Diseño Original”).

-Las personas homosexuales han sido víctimas de abuso sexual en la infancia. 

-Las personas LGBT “se revuelcan en excremento” (esta perla me la dijeron recientemente, pero Facebook no la consideró discurso de odio).

-La homosexualidad y la pedofilia tienen las mismas bases ideológicas (ya saben quién fue).

- Una “tortillera” no puede ser Pastora de una Iglesia. 

-La comunidad cristiana en Cuba tiene una posición unánime contra la homosexualidad y el matrimonio igualitario.

- La educación sexual en las escuelas impulsadas por el CENESEX es un acto de ¿pedofilia?

-Sólo existe la Ley de Dios y él nos juzgará (a pesar de los pesares, no entendieron qué significa el Poder Judicial en nuestro Estado.

-El Estado quitará el derecho a la Patria Potestad a través de la imposición de la ideología de género (¿les recuerda algo de la década de 1960).

-Los niños y niñas tienen que aprender la moral en la casa y los contenidos en las escuelas. (¿y el barrio?).

-Los niños y niñas no pueden tomar decisiones sobre sus cuerpos, para eso están los padres.

- El aborto es asesinato, al paso que vamos desaparecerá la especie.

-Las personas homosexuales viven menos por las enfermedades que transmiten la práctica del sexo anal. Esto último hizo que el autor se enterara en los comentarios que los heterosexuales adoran (sic) esta práctica.

-Las personas LGBT no pueden tener familias porque sus descendientes se trastornan (publicaciones de casos individuales y una serie de un científico religioso de la Universidad ¡de Texas!). En este apartado no se contrasta con un grupo control de la “Familia del Diseño Original” ni se toman en cuenta resultados de cientos de investigaciones multinacionales de hace más de 30 años. Vamos a leeeeer.

- Aman (sic) a las personas homosexuales y tienen que arrepentirse ante su Dios (que suerte, soy ateo).

-Fuego e infierno por los pecados de la carne (además de amor, claro está).

- Ser gay es un estilo de vida y una condición (esta última se usa en Medicina como sinónimo de enfermedad, recuerden, no hay palabras inocentes).

-El activismo LGBT en Cuba responde al Marxismo “Cultural” (bueno, no tan homogéneo, pero al menos no nos dicen neoliberales ni fascistas, ni repetimos las consignas de Trump)

Denuncia vs. Danay Suárez por delito contra el honor de las personas LGBTIQ

Entrada publicada en mi blog de Facebook en Junio de 2020

Hoy es un día importante para mi activismo por los derechos sexuales. Con el contrato de un abogado, realicé una demanda de querella criminal por el delito de injuria perpetrado por Danay Suárez Fernández. El proceso debe tomar curso en la Sala Primera de lo Penal en el Tribunal Provincial de La Habana.

Ojalá no tuviera que escribir esta entrada, pero las personas deben asumir sus responsabilidades jurídicas cuando lesionan el honor de otras personas. Las disculpas públicas no son suficientes, tampoco nuestros lamentos, ya añejos por los siglos y siglos de acoso, persecusión y odio. La reparación de daños es también parte de las políticas equitativas. 

Hoy he abogado por la restauración de mis derechos y de las personas lesionadas y al mismo tiempo he utilizado las herramientas educativas aprendidas durante 18 años de activismo por la justicia social. Mi demanda puede ser vista como "inusual" en el contexto jurídico, por tal motivo hice uso de mis heramientas educativas para que los operadores del Derecho comprendieran las razones que me llevaron a tomar esta decisión. Ante una abogada de lo Civil y otro de lo Penal, apelé a comparar dicho crimen con los delitos contra el honor por estereotipos racistas, donde el color de la piel y los rasgos físicos pueden generar expresiones contra el honor de las personas no blancas. También me extendí sobre la pedofilia, nuestros antecedentes históricos penales de aplicar sanciones más severas en caso de abuso sexual homosexual (hasta 1997), el uso de antiguos códigos criminológicos lombrosianos para identificar perfiles delictivos en relación a la sexualidad y la racialidad, así como los límites de la libertad religiosa. 

A continuación anexo mi descargo oficial por escrito y la copia del contrato.

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La Habana, 17 de junio de 2020

A: Organización Nacional de Bufetes Colectivos


La ciudadana cubana, Danay Suárez Fernández, natural de El Cerro, La Habana, reprodujo el 13 de Junio pasado, en su página oficial de Facebook, un texto de Dayis Arizmendi titulado a «A mi generación». 

En el texto que Danay suscribe (ver documento anexo y captura de pantalla), se iguala la orientación sexual a la Pedofilia. Esta última se considera un trastorno psicosexual, de acuerdo a la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11) de la Organización Mundial de la Salud. 

Las personas pedófilas que, desde su atracción sexual por menores de edad llevan a cabo sus actos, incurren en un delito según la Ley Penal en su título 11 Delitos contra el normal desarrollo de las relaciones sexuales y contra la familia, la infancia y la juventud.

Danay es persona pública por ser cantante de Rap y Hip-Hop, con reconocimiento nacional e internacional. Su posicionamiento al publicar el mencionado texto, consiste en incluir a las personas homosexuales y bisexuales bajo las mismas bases ideológicas, que desde su perspectiva religiosa evangélica fundamentalista, denomina «ideología de género». 

Desde sus creencias cristianas, la cantante ha defendido en la Televisión Nacional y el Festival Viña del Mar, en Chile, su oposición al aborto, con toda la prerrogativa que le asiste el derecho a la libertad de credo. 

Sin embargo, en esta ocasión iguala a la homosexualidad con la Pedofilia, lo cual constituye un acto difamatorio, discriminatorio y es un ultraje a las personas homosexuales masculinas y femeninas cubanas. Dicho acto irresponsable constituye un delito contra el honor de un colectivo de personas que produce daños morales al afectar su reputación social, rebajarlo en la opinión pública o exponerlo a perder la confianza requerida a nivel político y social. 

Dicho acto también viola el artículo 42 de la Constitución de la República de Cuba referente a la igualdad, donde incluye entre las causales a la no discriminación por orientación sexual. También se viola el artículo 45 que se refiere a la limitación de los derechos (en este caso de expresión y credo) al infringir en la violación de los derechos de las personas con orientación sexual homosexual y bisexual. 

Desde el marco legal contemplado en el artículo 99 de la Constitución vigente, en la que se establece el derecho a reclamar ante los tribunales la restitución de los derechos y la consecuente reparación moral, más los artículos mencionados en la Ley Penal, solicito representación legal para llevar a cabo dicho proceso.


Cordialmente,


Alberto Roque Guerra



Carta a las personas adultas sobre la sexualidad en la infancia y la adolescencia

Estimadas personas adultas,


La sexualidad en la infancia y la adolescencia es un asunto muy importante con el que lidiamos todos los días las personas adultas, incluso si no somos madres o padres. Por eso quiero dedicarles esta publicación.

Cuando nacemos no tenemos algo llamado sexualidad en los genes, eso debe construirse paulatinamente a lo largo de nuestra existencia. Antes del nacimiento ya los adultos le tenemos preparados los límites, los símbolos y el lenguaje que constituyen las normas de lo que conocemos como sexualidad. 

Me atrevo a afirmar que no hay nada más sujeto a juicios de valor que la sexualidad. Dentro de los aspectos más importantes que la constituyen están lo que definimos en nuestra cultura como femenino, masculino y heterosexual.

Más allá que conceptualizar estas categorías, parece que vivimos demasiado angustiados por lo que no se ajuste a esa norma. Esa aflicción es un duelo ante la posibilidad o la evidencia de ser o «salir» otra cosa que no se ajuste a todo lo que se concebimos como «naturalmente» masculino, femenino o heterosexual.

Es un asunto complicado, sobre todo porque nos sentimos responsables   ̶ y en no pocas ocasiones culpables -- por la sexualidad de la persona que crece bajo nuestra tutela y educación. 

Por eso creo oportuno aportar algunas ideas a las personas adultas, que repito, son solamente ideas, no recetas ni normas ni guías, pues cada persona puede y tiene derecho a abordar este asunto desde ángulos diferentes. Aquí les va:

-La infantes y los adolescentes deben gozar de autonomía. Es decir, son sujetos de derecho, con dignidad, en tanto personas. La sexualidad y la manera en que se identifican con relación al género debe ser respetada. Aunque no estemos de acuerdo, dejar ser, comprender y adecuar nuestras ideas en relación a cómo se constituye cada persona a esas esas edades es siempre mejor que reprimir, intentar curar, normalizar.

-Si los genitales o el cuerpo de la persona al nacer no permiten asignar un género, no solicite ni consienta la modificación del cuerpo hasta que tenga la capacidad de decidir. Muestre apertura para aceptar y respetar cambios en la identidad y roles de género que el infante vaya mostrando sobre todo si no se ajustan al género finalmente asignado. Permita solamente la intervención médica cuando la salud física del infante corra peligro y no excluya al menor de la toma decisiones. Recuerde, es su cuerpo no el suyo. En todo el proceso reconozca como persona adulta sus propios malestares, temores y dudas que requieran ayuda médica profesional.

- La educación en la sexualidad sobrepasa sus decisiones y concepciones personales. Usted no es dueño del menor, usted es guía, es apoyo, es responsable legal. Aprender sobre la sexualidad es también tarea de las escuelas, de los medios de comunicación y de agentes externos que usted no puede controlar, pero que deben actuar en el beneficio del infante y el adolescente. A esto se le denomina interés superior del menor y es un asunto laico. Aprender no es adoctrinar, es extirpar prejuicios, culpas, represiones y la violencia sobre el cuerpo y la sexualidad. En nuestro contexto cultural y de acuerdo a las tradiciones e historia tendríamos mucho que desaprender.

-Escuche, pregunte, indague y dialogue con el menor. Busque ayuda profesional para lidiar con el lenguaje adecuado a cada edad. Hablar con naturalidad sobre el cuerpo, sus cuidados, sus cambios y sobre como lo percibimos es fundamental.

-Respete la privacidad sexual sin desatender cambios o signos que alerten sobre angustias o elementos nocivos para la salud física y mental del menor. 

-Recuerde alertar sobre la realidad circundante. Explique con argumentos sobre los contextos positivos y también sobre las amenazas y riesgos en relación a la sexualidad. De pistas sobre los posibles abusadores sexuales, sobre todo si son personas adultas cercanas al menor, independientemente del género, orientación erótica del deseo y la relación filial. Alerte con racionalidad, evite fomentar el pánico.

-El deseo erótico y su orientación, más las expresiones de género que no se ajusten a las características biológicas no son una enfermedad o trastorno. Pueden ser fluidas y cambiantes, sobre todo en los primeros años de nuestra existencia. Si fuesen estables y permanentes, busque usted ayuda profesional si no las comprende. Sume al resto de la familia, a la escuela y al resto de los espacios de socialización donde se desarrolla el infante.

- Antes de llevar al menor a una consulta de salud mental siempre considere sus dudas y angustias como persona adulta. Recuerde que usted también creció con prejuicios, silencios y distorsiones sobre la sexualidad. En no pocas ocasiones es usted quien requiere ayuda, no el menor.

-Masturbarse es un derecho y no existe algo llamado onanismo, el descubrimiento del placer sexual es algo natural. Desaprenda que solamente se obtiene placer de los genitales. Cuando lo entienda hable con el menor sobre esos temas, como persona adulta responsable.

-Evite erotizar precozmente a la infancia. Cada cosa es a su tiempo. Un menor no es un adulto por lo que no se mueve, ni se viste como un adulto. Tampoco tiene que renunciar a tener pelo rizo y tiene derecho a no usar maquillaje y afeites de adultos. 

-Enseñe a no discriminar a otras personas por su sexualidad, género, color de la piel, religión, discapacidad, origen de residencia ni nivel económico. 

-Condene el uso de la fuerza bruta y la violencia física y psicológica. Identifique si el menor bajo su custodia es víctima de violencia o acoso escolar por otros menores o por el personal de la escuela. Busque ayuda, denuncie. El hogar debe ser un lugar seguro, de integración, paz y amor.

Se quedan algunos elementos pendientes, pero es un día en que me he puesto reflexivo, por el niño y el adolescente feliz que fui, por la educación de mi familia, de las escuelas y también por las pérdidas, los duelos y las contradicciones que enseñan. 

Mis afectos,

Alberto Roque Guerra

9/04/2020

Feliz día de la salud sexual

Le dedico el Día de la Salud Sexual a todos los enclosetados, independientemente de su orientación sexo erótica y su identidad de género. Salir del closet es renacer. Feliz día.

10/23/2019

Breves reflexiones sobre el poliamor

Creo en el poliamor y defiendo el derecho a disfrutarlo responsablemente y sin menoscabos de los derechos de las otras personas.
En este momento de mi vida y después de varias experiencias identifico algunos desafíos para que sean exitosas. Cuando me refiero al éxito no digo que dependan de un tiempo límite sino de la calidad y de los aprendizajes de las vivencias poliamorosas. 
Dichos desafíos no son una receta y depende mucho del pacto que hayan establecido quienes integran la relación:
1. Abrir una relación monogámica a una poliamorosa debe partir de la confianza, el amor y la solidez del proyecto de vida de la pareja.
2. Nunca integre a personas con enfoques monogámicos y hetero normativos.
3. Mantenga  alejada a  personas inmaduras, interesadas y simuladoras.
4. Evite a personas en el closet. Uno de los aspectos más importantes es poder construir una intimidad y un compromiso con libertad y la menor interferencia de los prejuicios sociales.
5. Busque el mayor equilibrio posible en la atención a las necesidades afectivas, materiales y espirituales de quienes integran la relación. Nunca haga sacrificios en detrimento de su propia felicidad y bienestar.
6. Sea transparente, construya relaciones de confianza en relación a la vida sexo-erótica y considere que cada cuerpo es diferente y que el erotismo no se centra únicamente en los genitales y la penetración.
7. Construya una intimidad basada en el diálogo y la confianza y libre de coacción y de estereotipos de género.
8. Considere enfrentar las miradas sospechosas y los prejuicios de amigos, familiares, instituciones e Iglesias.
9. Disuelva el vínculo con sinceridad y mitigando el dolor de los integrantes. Nadie está obligado a continuar en una relación no satisfactoria. Todas las personas deben tomar parte en ese proceso. Los descendientes, sobre todo si son menores, deben sufrir  el mínimo impacto negativo posible.
10. Las diferencias de edad pueden dinamizar las relaciones pero hace compleja la negociación de intereses individuales y colectivos, así como la idealización del cuerpo deseable y del amor romántico.
11. Una relación poliamorosa no es un espacio de acogida ni de reeducación de personas con baja autoestima e inseguras, no tiene un sentido utilitario ni ganancial. Se construye bajo los afectos, el erotismo, el apego y un compromiso de un proyecto de vida juntos.

Santos Suárez, 23 de octubre de 2019

10/13/2019

Salir del clóset y el goce de la dignidad

Por estos días he reflexionado profundamente sobre el complejo proceso de salir del clóset. Las personas que no somos heterosexuales atravesamos un camino difícil a lo largo de nuestra existencia.
Mostrar lo que somos, sin miedos, es un derecho inalienable. Sin embargo, ese proceso requiere de mucho coraje y determinación.
Muchas personas viven en la mentira, niengan su propio deseo erótico y reprimen sus prácticas sexuales. Para algunas parece cómodo, la mentira los mantiene en su zona de confort heterosexual pero a la larga se termina complaciendo los deseos de otras personas.
Los closets generan sufrimiento, angustia, baja autoestima, vergüenza y no es infrecuente que se genere daños a otras personas como resultado del engaño. Una mentira genera otra y así sucesivamente. De esa manera no hay disfrute de la libertad personal. El derecho de no mostrar nuestra sexualidad tal y como la sentimos concluye cuando se produce daños a otras personas.
Salir del clóset tranquiliza el espíritu y aunque se sufra en el proceso, siempre será mejor vivir con la verdad.
Nunca dejamos de salir del clóset, es por eso que se trata de un ejercicio permanente. Nuestras relaciones sexo eróticas enfrentarán siempre la mirada sospechosa en nuevos escenarios y momentos. Si pensamos que la heterosexualidad está cargada de tantos otros closets vale la pena vivir plenamente tal y como sentimos que somos.(Santos Suárez, 13 de octubre de 2019)