2/13/2012

Tarda pero llega.

Por: Mercedes García.     

 

 

Tal vez  se escurran tras la prisa de los acontecimientos y el constante batallar por la vida en esta Isla en Revolución, las emociones vividas durante estos frescos y azules días de enero especialmente, entre el 23* y el  28*.

La 1ra Conferencia Nacional del Partido Comunista  al pronunciarse sobre asuntos medulares, mostró su voluntad política de incluir, por primera vez, el tema de la no discriminación por orientación sexual y la de tomar en consideración el de la identidad de género, en aras de preservar la unidad de la Nación y reconocer el derecho de todas, todos, aunque aún  no de todes, de participar en la construcción de una Cuba incluyente y por tanto, de un proyecto social más humano.

Como activista por el reconocimiento y el respeto de los derechos de las personas con orientación sexual e identidad de género diferente de la heterosexual, saludo con sincero regocijo este gesto que, sin dudas, reorienta a la sociedad en la búsqueda de la justicia y la equidad.

Para mi fue grande la expectativa que precedió a esta novedad.  Seguí   con  mucha atención las intervenciones que sobre el particular, hicieron decisores  políticos y  prestigiosas figuras de la vida cultural del país. Fue curioso ver como aún en su intento de no discriminar e incluir,  no escaparon a la subjetividad de los  enfoques de poder de la heteronormatividad. Recién comienzan el contacto con una realidad que exige no solo sensibilidad, sino también conocimiento.

Es evidente la urgencia impostergable de llevar la educación sexual integral a todos los niveles y de capacitar a  los decisores(as) y legisladores(as) de inmediato. Cuba necesita una segunda campaña de alfabetización que promueva el reconocimiento y el respeto de la diversidad sexual. Dinamitar el muro de la ignorancia donde se apoyan el estigma y la discriminación es tarea de todos, todas y todes.

Habrá que socializar el conocimiento de las categorías y temas esenciales sobre sexualidad y derechos sexuales, para que al igual que en economía y Filosofía Marxista,  podamos hablar un mismo idioma y evaluar con justeza una decisión a tomar. El debate sobre del planteamiento de Mariela para la inclusión de la identidad de género  es un caso.

Está claro que no se trata de convertirnos  en expertos (¡sería bien bueno!),   sino de dialogar usando referentes comunes y un marco ético que presupone que los derechos sexuales no son un regalo que  agradecer a alguien, que no se reconocen a grupos humanos de forma selectiva,  ni son negociables por causas de fuerza mayor. También son derechos humanos.

A punto de partida de lo acordado por la Asamblea surge un reclamo de exigibilidad en cuanto a legislar sobre diversidad sexual e identidad de género,  así como describir explícitamente en nuestro  código penal, los actos de discriminación por esta causa.  Aprobar sin más dilación  los cambios a la propuesta del nuevo Código de Familia es  una exigencia que emana de la propia  sociedad cubana contemporánea.

La presencia (…) balanceada (…) del tema de la diversidad en los Medios  implica no solo el tratamiento “dosificado” de la homosexualidad en programas y novelas, es también, el tratamiento balanceado y no exclusivo de la heterosexualidad,  siendo como es,  una orientación más  dentro de esa diversidad.

Los medios, en su calidad de legitimadores del imaginario deberán apoyarse, responsablemente, en la información basada en el conocimiento científico y en la experiencia de los grupos de  activistas que luchan  por desarticular  mitos, asumir la diversidad como principio de comprensión de la sociedad humana y los derechos sexuales como derechos humanos.

El reconocimiento de estos grupos de reflexión con una labor seria,  coadyuvará la consolidación de un movimiento LGBTI  con voz propia,  que sea sujeto y actor en la política y lleve nuestras demandas a ese ámbito.

La verdad la tienen no solo los científicos. El CENESEX y el resultado de su trabajo apoyado en el método participativo son muestra de ello. Lo dijo antes el gran Sófocles: “Tú,  puedes comprender mi dolor pero yo, lo siento”. Nadie hablará por nosotros mejor que nosotros mismos, sin embargo, muchas veces, para no ser absoluta, no se nos consulta y se nos niega sin ningún disimulo,  el más mínimo espacio en los medios de comunicación nacional.

Queda claro entonces  que no será suficiente con un cuerpo de leyes, instituciones y políticas para garantizar respeto. Debemos visibilizarnos,  participar, abogar en  diálogo constante aprovechando  la horizontalidad que nos brinda, para hablar en igualdad de condiciones y observar el respeto debido hacia el otro. Hemos de mantener el sospechómetro activado y apoyar, cada quien desde su cotidianidad, esta iniciativa política del Partido, deudora, sin dudas,  del ideario de justicia de Martí.

Agradezco a nuestra compatriota Mariela  su valor y  dignidad. Me alegra que fuese una mujer, asaltante del futuro como ella, quien alzase la voz por nuestros derechos, no para (…) naufragar en las palabras (…), sino para defender el reclamo  que  su oído atento escuchó de nuestro corazón.

La sociedad está cambiando para el bien de todos. Como mujer cubana que ama a otra mujer cubana, tengo fe en ese mejoramiento.

 

*VI Congreso Cubano de Educación,  Orientación y Terapia Sexual celebrado en La Habana del 23 al 26 de enero de 2012.

*1ra Conferencia Nacional del PCC, celebrada del 28 al 30 de enero de 2012.

2/05/2012

"Derechos Sexuales... Y Sin Embargo se Mueve"

Por Alberto Roque Guerra

La redacción de este post tiene para mí – y para muchas otras personas también- un significado especial: la Conferencia del Partido Comunista de Cuba ha reconocido la orientación sexual como una forma de discriminación.

Como militante comunista y por el reconocimiento de los derechos sexuales como derechos humanos, he sido uno de los 11 285 que opinó sobre el objetivo 54, cuyo contenido en el documento preliminar decía:

Enfrentar los prejuicios raciales, de género, ante creencias religiosas, orientación sexual y otros que puedan originar cualquier forma de discriminación o limitar el ejercicio de los derechos de las personas, entre ellos los de ocupar cargos públicos, participar en las organizaciones políticas, de masas y en la defensa de la Patria.

Sin dudas, fue el objetivo que más debate provocó en las discusiones sobre el trabajo político ideológico. Finalmente quedó aprobado como el objetivo 57:

Enfrentar los prejuicios y conductas discriminatorias por color de la piel, género, creencias religiosas, orientación sexual, origen territorial y otros que son contrarios a la Constitución y las leyes, atentan contra la unidad nacional y limitan el ejercicio de los derechos de las personas.

Aplaudo la transmisión del debate en la televisión nacional. Confieso que me hubiese gustado ver a nuestros políticos pronunciarse más amplia y específicamente sobre la pertinencia de incluir la identidad de género dentro de las causas de discriminación.

La identidad de género no solamente reconoce la legitimidad de ser una persona trans (travesti, transgénero, transexual, identidad de género no conforme) sino que incluye la feminidad y la masculinidad, construcciones culturales vivenciadas de diversas maneras y que no están exentas de exclusiones, restricciones y de hegemonías.

Lo anterior no es casual. Nuestros decisores no tienen una conciencia clara sobre las diferencias entre orientación sexual e identidad de género. La identificación de estos vacíos de conocimiento reflejan la necesidad de educar en la sexualidad a todos los niveles de la sociedad cubana. Nuestro Partido requiere de una sección, comisión o programa que trabaje en la igualdad de género y sobre la sexualidad en general.

Un amigo me comentaba alarmado cómo era posible que se discutiera con semejante énfasis sobre la orientación sexual, con tantos otros problemas y retos que enfrenta la Nación cubana.

Las repuestas pueden ser muchas, pero para mí es una: el reconocimiento de la orientación sexual en las políticas del Partido resulta una amenaza al poder y privilegio de la ideología patriarcal y heterosexista, asentada en nuestras conciencias y acciones a lo largo de siglos.

Como intento siempre ver el vaso casi lleno, pienso que la Revolución cubana comienza a hacer justicia histórica con un numeroso grupo –seguramente cientos de miles- de cubanas y cubanos. Será sin dudas, la plataforma para implementar leyes y estrategias de trabajo que reconozcan los derechos plenos de lesbianas, gays, bisexuales y personas trans.

Las personas heterosexuales no perderán derechos, todo lo contrario, podrán también vivir en una sociedad más justa y equitativa y les servirá para vivenciar una sexualidad libre, responsable, sin hegemonías, culpas ni convencionalismos arcaicos.

Nuestra Constitución Socialista tendrá que ser modificada no solamente en las cuestiones económicas sino también en lo referente a los temas de género y sexualidad. Nuestras instituciones – incluye a los cuerpos armados- deben ser consecuentes con la no aplicación de políticas discriminatorias hacia las personas no heterosexuales o con identidades trans.

Este y otros cambios enfrentarán grandes desafíos, incluso posibles retrocesos, pero no cabe duda de que la Revolución cubana evoluciona, en fin… eppur si muove.

2/04/2012

Cuba: Contra todo tipo de discriminación en los medios

por Sara Más

Profesionales de diversas disciplinas y activistas sociales se pronunciaron en contra de las visiones y mensajes discriminatorios contenidos en productos y mensajes que transmiten a diario los medios de comunicación, en los más diversos formatos.
En un pronunciamiento al término del VI Congreso Cubano de Educación, orientación y terapia sexual, celebrado en La Habana del 23 al 26 de enero, especialistas y activistas de los derechos sexuales manifestaron su desacuerdo con "los productos comunicativos y de la industria cultural que resultan peyorativos y discriminatorios hacia las personas por su género, orientación sexual, color de la piel, discapacidad u otra condición humana".
Estos "constituyen actos de violencia simbólica y reproducen los mitos que imponen formas de discriminación, incompatibles con nuestro proyecto emancipatorio de sociedad socialista", agrega el acuerdo, que finalmente aboga por "la elaboración de productos comunicativos y culturales que promuevan el respeto a la dignidad".
La propuesta partió de Luis Enrique Mederos, diseñador de prensa e integrante del grupo Hombres por la Diversidad (HxD), activo defensor del respeto a la libre orientación sexual e identidad de género.
"Debemos hacer algo para que no sigan prosperando videos musicales, programas y anuncios de todo tipo que denigran la imagen de las personas, en particular de mujeres", aseguró Mederos en la sesión de clausura de la cita científica.
De forma unánime se aprobó el pronunciamiento, que "debe ir más allá de una observación, porque no basta con exhortar", sostuvo el médico Alberto Roque, también integrante de HxD. "Si no visualizamos este problema, corremos el riesgo de que se vuelva letra muerta", agregó.
"Los contenidos y conocimientos científicos sobre la sexualidad se tienen que construir con la participación de todas las personas sin discriminaciones, para poder aportar visiones diversas", aseguró por su parte la directora del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), Mariela Castro Espín.
Una política social de equidad en la diversidad debe tener en cuenta los criterios de no discriminación, proporcionalidad y no interiorización, de modo que se garanticen derechos, acceso a oportunidades y un repertorio de opciones, señaló la investigadora cubana Mayra Espina Prieto, oficial de proyectos de la Agencia Suiza para la Cooperación y el Desarrollo (Cosude).
Durante una disertación sobre diversidad, equidad y política social, la experta explicó que "como no todos los grupos tienen iguales condiciones de partida es necesario que las políticas favorezcan acciones diferenciadas para cubrir o cerrar desigualdades, tanto en procesos como en resultados"
Insistió en la importancia de la diversidad como principio de comprensión de la sociedad contemporánea y en que las políticas de equidad tienen por función cerrar las diferencias injustas.
En la jornada final recibió un reconocimiento especial la revista Mujeres, en sus 50 años de existencia, por su labor a favor del Programa Nacional de Educación Sexual, la defensa de los derechos de las mujeres y las niñas, y los derechos sexuales de todas las personas.
Con la asistencia de más de 250 participantes de 27 países y bajo el precepto "La educación sexual en los procesos de transformación social", el congreso fue convocado por el Cenesex y la Sociedad Cubana Multidisciplinaria para el Estudio de la Sexualidad.
De forma paralela se desarrollaron también el II Coloquio "Transidentidades, género y cultura", el II Simposio de Sexología Clínica y el I Consenso de Enfermedades Crónicas y Disfunciones Sexuales.

1/30/2012

La necesidad del Diálogo o "Lo que no se menciona no existe"

La necesidad del Diálogo o “Lo que no se menciona no existe”

Por Alberto Roque Guerra

Leía en el portal digital Cubadebate un artículo de Arleen Rodríguez Derivet “El espíritu del Partido frente a la realidad nueva” y llamó de inmediato mi atención lo siguiente:

Como supondrán, a la hora de las comisiones, elegí la Ideológica para seguir el evento. Y ya no me pude separar de sus debates hasta el cierre. Por eso me gustaría citar dos de sus momentos más intensos. El primero, cuando la invitada Mariela Castro sugirió incluir la palabra diálogo de forma expresa, donde aparecía más bien implícita (…)De ser delegada hubiera votado por incluir la polémica palabra, esencia por donde se le mire de la comunicación política que exigen los nuevos tiempos. Solo que, como diría el versador Eusebio, “hay palabras que lo dicen todo y no hay palabras para decirlo todo…pero las palabras no son determinantes, lo son las acciones.”

Magnífico reportaje. En cuanto a la propuesta de Mariela, no veo nada de polémico en la palabra diálogo y sí me preocupa que alguien tan brillante como Eusebio Leal piense de esa manera, cuando nadie como él ha dado uso a las palabras en su justo contexto y con una claridad a toda prueba.

Nadie como Eusebio ha tenido que enfrentar dogmas, silencios y omisiones para edificar la gran obra que, sin dudas, lo ha hecho entrar en la historia de la nación.

El diálogo es necesario, invita a la unidad, al consenso, a la participación, a la sanación; suma, jamás resta, es necesario para evolucionar y seguir impulsando la Revolución.

Coincido con lo dicho por Eusebio referente a la acción y la implementación de las ideas, sin embargo, nuestras compañeras feministas han dicho algo brillante: “lo que no se menciona, no existe”.

Paulo Freire, el gran pedagogo y defensor de los oprimidos,  describió y practicó el principio de lo que denominó dialogicidad. A ella le imprimió un valor trascendental en la educación popular para derribar las relaciones entre los seres humanos basadas en la inequidad.

En nuestro contexto, también tenemos que dialogar con los burócratas, con los dogmáticos, que son los peores contrarrevolucionarios que impiden tener un país mejor. Tendremos que dialogar entre cubanas y cubanos sobre relaciones entre los géneros, racialidad, educación, cultura, inequidades, acceso a la cultura y sobre participación ciudadana. Un vez más, bravo por Mariela.

1/04/2012

Homofobia o incultura, quizás falta de sensibilidad. Saque usted sus propias conclusiones.

Por:  Linnet Bonachea Márquez

Psicóloga

Santiago de Cuba

La Verdad en nuestros corazones, ese si debería ser el cartel que nos ponen en el rostro el de la sinceridad, no el de la sexualidad.                                  

Los momentos que se avecinan están causando expectación en la población santiaguera, imagino y asumo que nacionalmente, hasta mundialmente, no se si es falta de cultura o miedo a los cambios positivos para la gran mayoría de los LGTB, y para otras personas que ven estas orientaciones como normales, porque realmente es normal, y pienso que no debería ser un tema, pues la privacidad, la individualidad de cada cual es íntima, no es un tema de conversación en ningún ámbito.  

En los centros de trabajo, en el barrio, en las escuelas, es increíble ver como se expresan las personas hasta los niños, que deberían ser inocentes y conservar esa inocencia, y explicarles los significados de las palabras con sus verdaderas explicaciones, sin machismos, ni feminismos, todos somos iguales y debemos respetarnos mutuamente. Las personas que se dicen adultas, que se dicen cultos, que se dicen de mucho nivel escolar, se expresan de manera despectiva hacia sus propias supuestas amistades, El es una excelente persona, es médico muy amigo mío el homosexual ¨, siempre con la coletilla, con la denominación común, o sea, que reconocen sus valores pero además es homosexual, considero que eso es una falta enorme de respeto al ser humano, entonces nosotros podríamos expresarnos de la misma manera, ¨ Ella o el es mi amigo o mi amiga psicólogos de mi hijo, son muy buenas personas, son heterosexuales, ella está con muchos hombres, el con muchas mujeres.

Esto no debería pasar, tenemos mucho que educar, comenzando por nuestros hogares, nuestras familias. Yo en particular desde que decidí romper con las cadenas que me ataban, con los tabúes, con la falsa moral y la fingidora de conducta demostrando una cosas que no era, me quedé sin madre, sin familia cercana, sin amigos, solo me quedó una gran familia de todos los momentos, mi pareja, mi hijo y mi padre siempre incondicionales conmigo. en mi trabajo me respetan me consideran pero qué lástima, que derroche de juventud, ella no es mala persona, es buena madre, es una profesional,  pero está con una mujer, como si eso estuviera incluido en mi definición como persona, en mis virtudes, o defectos, en los resultados excelentes de mi trabajo, en mi manera de actuar en los momentos difíciles de la vida, en mis logros espirituales o profesionales, en mi prosperidad. Por qué esa lucha de las personas homosexuales en siempre tratar de destacarse en lo que hacen para que digan si es homosexual por eso es tan bueno, tan capaz, cuando eso no es lo que define la inteligencia.

 

Muchas gracias

 

12/21/2011

Más de lo Mismo

Por: Alain Darcout Rodríguez, Cienfuegos. (psicologo@palacio.cfg.sld.cu ), sobre opinión en Cubasí

 

Para mí Manuel no es más que una simple expresión del poder patriarcal: hombre, blanco, heterosexual, que escaló hasta una de las posiciones más claras del ejercicio de perpetuación de la cultura machista, occidental de base judeo-cristiana, por ello seguramente también acomodado. Ser fiscal provincial le permitía juzgar, tener voz y reprimir todo lo que trasgrediera, desde sus propias concepciones y utilizando la legalidad de su época, el poder entronizado. Manuel, como otros muchos anclados en el pasado, representa los estertores de un régimen hegemónico de discriminación sistemática surgido desde fines de la comunidad primitiva con la división del trabajo según el sexo, y también por la riqueza, y el color de la piel, y la religión, y todo cuando pueda dividir a los seres humanos. Todas parientes: sexismo, racismo, fascismo, xenofobia, homofobia…

¿Recordará de sus tiempos de fiscal o de estudiante de derecho lo que dice el Capítulo VI de la Constitución de la República de Cuba especialmente sus artículos 41, 42 y 43?

La humanidad transitó por miles de años como si ningún individuo con sexualidades no heterosexuales se destacara por su realización social, cultural, política o científica, la identidad sexual de diversas figuras prominentes aún se susurra  como dato curioso en la historia, o es objeto de escándalo y manipulación; otras veces se ocultan imperdonablemente, por solo citar un ejemplo ¿conocemos el papel jugado por los homosexuales durante el nazismo, cuántas vidas se salvaron por sus redes de apoyo, cuanto aportaron al servicio secreto de los aliados?. Por cierto, fueron precisamente los fascistas quienes acuñaron la expresión de “lacras sociales que era preciso erradicar para proteger al pueblo de la degeneración” al calificar a los homosexuales.

La virilidad del cubano enaltecida incluso desde antes de los mambises destacaba cualidades como la fuerza, entereza, valor, pujanza, firmeza, valentía, etc., etc., de todo un pueblo en el enfrentamiento al sádico poder colonial que utilizó hasta tácticas de campos de concentración y a la penetración norteamericana después, desmoralizante; lo viril sin dudas no hacia alusión un falo gigante en perenne erección como a muchos les gusta pensar, consecuencias de los preceptos de género inculcados desde fuera, por ese mejunje que somos, no ciertamente según las expresiones y prácticas de nuestros aborígenes exterminados, a vista de los conquistadores como mansos, débiles, perversos, amorales, incivilizados…

Los jóvenes rebeldes que tras inmensos sacrificios de nuestro pueblo conquistaron el poder en 1959 derrotando al sátrapa, no podían sustraerse de la herencia cultural y el contexto: una historia escrita por hombres blancos, heterosexuales, ricos, en el poder, que silenciaron el papel de las mujeres, de los negros, y de las personas con sexualidades divergentes tratando de borrarlos de la historia, ayudados no solo por el catolicismo español sino también por el evangelismo conservador norteamericano. Tal vez solo Martí, nuestro apóstol, con su genialidad se pueda exceptuar de tal encomio distorsionador de nuestra cultura.

Quienes tomaron el poder en 1959 tampoco podían conocer la nueva política y ética sexual soviética impulsada por el propio Lenin al triunfo de los soviets en 1917, quien según refirió Clara Zetkin en su libro “De los recuerdos de Lenin” llegó a decir “estimo que la famosa teoría del vaso del agua no tiene nada de marxista, y además es antisocial”, esa teoría revisionista tan vieja ya como el marxismo, es precisamente el fundamento de los argumentos que pretenden confinar las expresiones de las sexualidades no heterosexuales puertas adentro; en “La Revolución Sexual en Rusia” documento publicado en 1923 por el Instituto de Higiene Social de Moscú se puede confirmar esta posición de avanzada:

“En lo concerniente a la homosexualidad, sodomía y otras formas de gratificación sexual, las cuales aparecen en las leyes europeas como ofensa a la moral pública, la legislación soviética trata eso como algo natural.”

Fue Stalin como parte de su teoría de la agudización de la lucha de clases para justificar su política de represión masiva, de donde los regímenes socialistas heredaron el epíteto de totalitarios, quien derogó en marzo de 1934 la legislación humanista bolchevique en materia de sexualidad, sumando a la purga antisocialista a los homosexuales; también convirtió a la ciencia en una sierva de su política de burocracia estatal y partidista, llegando a afirmar que no hacían falta las ciencias sociales si existía el marxismo, reduciéndolo a fórmulas absolutas y de manuales, un nuevo tipo de escolástica, que criminalizó otra vez las sexualidades no heteronormativas.

Y no fue hasta 1973 que la homosexualidad fue por primera vez dejada de ser considerada una enfermedad por la Sociedad (norte)Americana de Psiquiatría, ciertamente bajo la presión de los movimientos sociales por los derechos civiles, pero debieron transcurrir 17 años de investigaciones médicas, endocrinológicas, psicológicas, psiquiátricas, antropológicas (donde también participaron cubanos) para demostrar a la comunidad científica internacional que no existe ningún tipo de diferenciación entre los individuos homosexuales y los que no lo son, que las personas homosexuales son endocrinológicamente indistinguibles de las heterosexuales, que ambos se caracterizan por multiplicidad de diferencias biológicas, del intelecto y el carácter, y que son las actitudes, no del homosexual, sino de las demás personas hacia esta condición, las que crean una situación que puede tener un efecto profundo en el desarrollo de la personalidad que impide la integración efectiva en la comunidad. Por todo ello el 17 de Mayo de 1990 la Organización Mundial de la Salud desclasificó a la homosexualidad como una patología y se considera el Día Mundial contra la Homofobia.

¡Supongo que la opinión y experiencia como fiscal de Manuel son más válidas que las de toda la comunidad científica internacional!

La Revolución cubana se ha distinguido por ser fiel a sus principios humanistas y de justicia social, por el respeto irrestricto de los derechos humanos; a pesar de los errores que se cometieron especialmente con este grupo social: la parametración, las UMAP, fruto del estado de las ciencias en la época, la visión pedagógica y criminológica dominante en el mundo, no solo socialista, y sus propios prejuicios machistas; sin embargo, la revolución y sus líderes, han tenido una evolución positiva en el tema a partir de la comprensión de esta realidad y de la descollante labor de Vilma, cual quijote contra los molinos. Increíblemente nuestra prensa lo ha callado y nuestro pueblo noble e inteligente lo desconoce. El silencio también es homofobia.

Ni siquiera fue Mariela Castro Espín, ni el CENESEX quienes iniciaron esta revolución dentro de la revolución, fue Vilma desde la FMC y el profesor de profesores Dr Celestino Álvarez Lajonchere, entonces director del grupo de trabajo que diera origen posteriormente al mismo centro que ahora dirige Mariela. Vilma Espín Guillois, en su condición de miembro del Buró Político del Comité Central del PCC, le solicita EN FEBRERO DE 1986 !!! al  Dr Álvarez Lajonchere la redacción de un documento para ser presentado a la máxima instancia política del país cuyo título es La Homosexualidad: datos y consideraciones para la elaboración de lineamientos de trabajo. Su contenido muestra el interés de la FMC y el GNTES por abordar la problemática de la homosexualidad en la sociedad cubana, y proporcionar a los decisores los aspectos teóricos de la homosexualidad, con las evidencias científicas de su tiempo, y su valor fundamental estriba en apelar a la aplicación de políticas que protejan a estas personas, que sufren de discriminación por su orientación sexual tal como sigue:

“Nuestro gobierno –la dirección política, partidista o estatal- no ha definido una política para orientar en forma clara el tratamiento de la homosexualismo. Si en los primeros años era razonable que diéramos prioridad a otros aspectos del Plan de Educación Sexual, casi diez años después, el mismo argumento pierde fuerza. (…) El proceso de asimilación de estos criterios (sobre la homosexualidad) no será tarea fácil para nadie, como no lo fue para nosotros mismos, pero no hay alternativas (…) De una sociedad medularmente humanista, como es ya la nuestra, no podía esperarse otra actitud. Nuestro Grupo (el GNTES) no teme a la tarea de desarrollar estos criterios en público”

Y que decir de nuestro Comandante en Jefe, quien en 1960 calificara de “niños fistos” al referirse al visible amaneramiento de algunos individuos, concebidos como raros o desviados, seres sin la virilidad suficiente, al Fidel que en 1992 declaraba a Tomas Borges en “Un grano de maíz”:

“No voy a negar que, en cierto momento, este cosa machista influyó también en un enfoque que se tenía hacia el homosexualismo. Yo personalmente —tú me estás preguntando mi opinión personal—, no sufro de este tipo de fobia contra los homosexuales. Realmente, en mi mente, esto nunca ha estado y jamás he sido partidario, ni he promovido, ni he apoyado políticas contra los homosexuales. Eso correspondió, yo diría, a una etapa determinada y está asociado mucho con esa herencia, con esa cosa del machismo. Trato de tener un argumento más humano y más científico del problema […]”

“No veo la homosexualidad como un fenómeno de degeneración, sino lo veo de otra forma. El enfoque que he tenido es de otro tipo: un enfoque más racional, considerándolo como tendencias y cosas naturales del ser humano que, sencillamente, hay que respetar. Esta es la filosofía con que veo estos problemas. Creo que más bien hay que tener consideración hacia una familia que sufre esas situaciones. Ojalá que las familias mismas tuvieran otra mentalidad, tuvieran otro enfoque cuando ocurre una circunstancia de esa naturaleza. Y soy absolutamente opuesto a toda forma de represión, de desprecio, de menosprecio o discriminación con relación a los homosexuales. Es lo que pienso”.

O al que en “Cien Horas con Fidel, conversaciones con Ignacio Ramonet” en 2006, al referirse al tema dijo:

“Era una cultura, pasaba igual que con las mujeres…habían prejuicios fuertes con relación a las mujeres y los homosexuales” “Yo ahora no voy a defenderme de esas cosas, la parte de responsabilidad que me corresponda la asumo. Ciertamente yo tenía otros conceptos con relación a ese problema… Yo tenía opiniones, y más bien me oponía y me había opuesto siempre a cualquier abuso, a cualquier discriminación, porque en aquella sociedad había muchos prejuicios. Ciertamente los homosexuales eran víctimas de discriminación”. “Debo decirle, además, que había – y hay – destacadísimas personalidades de la cultura, de la literatura, gente famosa, orgullo de este país, que eran y son homosexuales, y han gozado y gozan de mucha consideración y mucho respeto en nuestro país. Así que no hay que pensar en sentimientos generalizados.”

Hasta el gigante que nos sobrecoge en sus declaraciones al periódico La Jornada, de México en Agosto de 2010 cuando decía: “fueron momentos de gran injusticia ¡de gran injusticia! La haya hecho quien sea. Si la hicimos  nosotros, nosotros… Estoy tratando de delimitar mi responsabilidad en todo eso porque, desde luego, personalmente, yo no tengo ese tipo de prejuicios (…) Si alguien es responsable, soy yo”.

Por supuesto que esta responsabilidad no le es atribuible en lo personal, descansa sobre los hombros de todos los que prefieren mantenerse atados a sus prejuicios, los que se aferran al poder heterosexista, los que se niegan a comprender desde posiciones más humanistas que estamos hablando de una elemental cuestión de derechos humanos y justicia social.

Los profesionales y activistas comprometidos por el reconocimiento, protección y respeto de los derechos de las personas lesbianas, gays, bisexuales, transgéneros e intersexuales, al mismo tiempo, estamos defendiendo un futuro mejor donde cualquier diferencia sea justamente valorada y respetada lo cual incluye a los propios heterosexuales, para de esta manera contribuir a la igualdad plena de cubanas y cubanos. Y no cejaremos en el empeño.

Recuerdo que en materia de Derecho, el Estado tiene la obligación de garantizar el respeto de los derechos de las minorías, sexuales en este caso, aun a expensas de los privilegios de las mayorías. ¿No es así señor fiscal? ¡Y basta por favor del cuento de la mayoría homofóbica, ya hay varias aproximaciones científicas en toda Cuba que demuestran más bien lo contrario: una tendencia a la comprensión y aceptación de la diversidad sexual!

Dijo Raúl al clausurar el VII período de sesiones de la Asamblea Nacional “sin cambiar la mentalidad no seremos capaces de acometer los cambios necesarios para garantizar la irrevocabilidad del carácter socialista” de cara al perfeccionamiento de nuestra sociedad esto es aplicable a todas sus aristas; 50 años después, la posición científica es otra, y la tendencia político – jurídica internacional (incluso del ALBA) es favorable a la protección legal de la diversidad sexual.

Finalmente, no sé por qué cada vez que observo un ataque personificado a Mariela presiento detrás un ataque a su origen genealógico. Sinceramente, quisiera equivocarme. Lo digo por eso de “evidentemente ella posee un respaldo oficial” como si fuera una conjura a la sombra, y considero que mucha responsabilidad tiene de esto la política informativa de los medios de comunicación masiva por no abordar la problemática sexo-diversa como REALIDAD CUBANA, POLITICA DE ESTADO Y OBJETIVO DEL PCC. ¿Cuantas reuniones, acuerdos, talleres, denuncias, artículos, etc., se publican en los sitios digitales del CENESEX y no encuentran ningún reflejo en la prensa nacional?

Lo demás es más de lo mismo. Ignorancia y/o mala fe.

12/19/2011

Privilegios heterosexistas, fundamentalismos nacionalistas y otros desmanes. [II]

Por: Alberto Roque Guerra

 

Estimado Manuel,

Ya me referí a sus privilegios heterosexistas y a sus fundamentalismos nacionalistas. En esta entrada quiero referirme a otros desmanes…
Causa preocupación que usted haya sido un profesional de derecho y que haya recaído en su persona la alta responsabilidad de ser fiscal. Cita usted sin ambages su experiencia profesional al relacionar la homosexualidad con los delitos sexuales. Imagino que se refiere a la época en que se penalizaba la homosexualidad en Cuba, complicado periodo  de la historia jurídica en nuestro país, puesto que hasta 1979 se penalizaban las relaciones sexuales entre  personas del mismo sexo, basadas en los artículos del Código Social Español de la época colonial.  Sin embargo, se mantuvo a la homosexualidad como delito de escándalo público y se penalizó su ostentación pública desde 1979 hasta 1997. Posteriormente se eliminó toda alusión a la homosexualidad en nuestra legislación y se equipararon las condenas para el abuso sexual infantil independientemente al género de la víctima y el victimario (antes de 1997 la condena era mayor cuando ambos eran del mismo sexo).
En cuanto a éste último acápite, estoy seguro entonces que usted debe haber comprobado que en los casos de abuso sexual infantil, la mayoría ocurre entre personas de diferentes sexos (heterosexuales) y que el papel corruptor de las personas homosexuales sobre la juventud son producto de su subjetividad y de su obsesión de estigmatizar a las personas por su orientación sexual.
Con demasiada frecuencia escuchamos durante estos debates e intercambios  que “todos somos iguales ante la Ley”, pero la realidad vivida por muchas personas lesbianas, gays, bisexuales y transgéneros demuestra que no siempre somos iguales ante los jueces, los fiscales ni  ante los abogados encargados de la defensa.
Sé que muchas personas dirán que esta es la opinión de Manuel  y nada más, pero no veo en todo lo que dice nada de casual o aislado.  La interpreto como un llamado a trabajar con los operadores del derecho cubano en los temas relacionados con la sexualidad, en lo fundamental con las y los estudiantes que serán nuestros futuros juristas. También es primordial  denunciar cualquier interpretación inadecuada de las leyes y la necesidad urgente de actualizar la legislación cubana en todos los temas concernientes a los derechos humanos relacionados con la orientación sexual y la identidad de género.
Manuel todavía puede aprender lo que no aprendió en la Facultad de Derecho. La homofobia, como todas las discriminaciones, es nociva para su salud mental. Si no desea - o no quiere- aprender también es su derecho, pero deje al menos que la gente viva.