El Grupo Hombres por la Diversidad (HxD) volvió a encontrarse para profundizar en temas de interés para su capacitación, esta vez bajo el título “Transexualidad, fin de la rígida visión entre los géneros”. El Dr. Alberto Roque, coordinador del grupo y miembro de la Comisión Nacional de Atención Integral a Personas Transexuales fue el encargado de brindar una conferencia y provocar el debate alrededor de esta temática.
Roque inició su presentación destacando el binarismo de género (hombre o mujer) que nos impone la sociedad y la asignación de estos roles, a partir de los genitales con los que nacemos y la construcción de los géneros que de ahí se produce. No pocas situaciones dolorosas provoca esta imposición que genera estigma y discriminación al encasillarnos en estereotipos que debemos seguir al pie de la letra.
Se analizó el papel que tuvo la religión en la regularización de este binarismo de género y en el conflicto que trajo a muchas personas, pues no existe una sola manera de expresar nuestra sexualidad. De hecho, se profundizó en aquellas comunidades aborígenes que en el mundo han sido menos rígidas a la hora de interpretar esta realidad y han venerado a las personas transgénero, algunas de las cuales han perdurado hasta la actualidad, como las “muxhes” del estado mexicano de Juchitán y las sacerdotisas de “doble alma” en Norteamérica.
La pregunta de “¿se nace o se hace transexual?” fue un punto importante de reflexión en la exposición, tomando en cuenta la construcción que se realiza de la feminidad y la masculinidad en nuestras sociedades, a partir de lo cual muchas personas transexuales conceden vital importancia a la necesidad de hacer congruente su cuerpo con el género preferido, a través de la cirugía o el tratamiento hormonal. Esto genera situaciones de sufrimiento a nivel personal, familiar y social de mucha trascendencia, que los convierten en un problema de salud que merece una adecuada atención y solución médica y psicológica.
Esta reflexión sirvió de base para rechazar aquellas interpretaciones que pretenden restarle importancia a esta situación, frente a otras cuestiones de salud que supuestamente tienen más trascendencia. Se enfatizó en que las cirugías de reasignación sexual no persiguen fines cosméticos, sino aliviar la angustia y el malestar que provoca la discriminación hacia estas personas. Igualmente, dio pie para analizar detalladamente la inclusión de la transexualidad en los manuales de enfermedades mentales en el mundo y la necesidad de su despatologización que, hasta el momento, sólo ha sido pedido por la Sociedad Cubana Multidisciplinaria para el Estudio de la Sexualidad (SOCUMES) y la Asociación Profesional Mundial de Salud Transgénero (WPATH).
En congruencia con la sugestiva presentación, el debate posterior fue muy rico en cuestionamientos y análisis: desde la forma en que se adaptan las personas operadas a su nueva sexualidad, las posibles situaciones en que no se adaptan y quieren volver atrás, el sufrimiento familiar ante casos de esta naturaleza desde edades muy tempranas –motivados por la transfobia- y la calidad de vida de esas personas tras la cirugía, algo que movió más la discusión, a partir del carácter relativo de la felicidad y la adaptación a los cánones sociales que se nos pretende imponer.
Las preguntas también estimularon a especialistas presentes explicar la propuesta de Decreto Ley para permitir el cambio de identidad de las personas transexuales sin necesidad de recurrir a la cirugía y el trabajo que se realiza en función de la inserción social de estas personas, ante la situación de desventaja social que se genera por el estigma y la discriminación. (18/03/2011)