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5/17/2022

Día Internacional contra la Homofobia: sentimientos encontrados

Llegar vivo al 17 de mayo de 2022 ha tenido el peso de elaborar muchos duelos de pérdidas: por los muertos por la pandemia, por los que ponen las circunstancias naturales, por los que provocan los accidentes, por los que están vivos pero han partido en busca de mejores condiciones de vida y de realización personal, entre otros.

En cuanto a nuestros derechos como personas con sexualidades no heteronormativas, los últimos cuatro años han sido muy favorables en la formulación de políticas de Estado. Sólo falta su implementación, con las contradicciones propias de un proceso complejo, en el que hemos visto cómo se plebiscitan selectivamente algunos derechos y cómo se retrasan la puesta en marcha de otros.

Sin dudas, siendo optimista, me alegra sinceramente un día como hoy que tengamos una Constitución, un Proyecto de Ley Código de Familias y un Código Penal que incluyan la protección y reconocimiento de muchos de nuestros derechos. 

Sin embargo, siendo radicalmente revolucionario, un día como hoy no sólo proceso los duelos que mencioné al comienzo de esta publicación. Aquí me apropio del duelo, como lo define Judith Butler en su dimensión transformadora y política. En esta línea de pensamiento un día como hoy lamento:

• La precariedad social de las personas trans en Cuba y los desafíos que enfrentan en el disfrute de otros derechos sociales, civiles, económicos y políticos.
• Las violencias sexuales y de género hacia las mujeres cis y trans, sobre todo aquellas que han perdido la vida, y la ausencia de una política real (no sólo en la letra) e integral para enfrentar la violencia.
• El no disfrute de los derechos reproductivos de las mujeres lesbianas y de las personas trans.
• El avance de los conservadurismos y reaccionarismos religiosos y seculares.
• La ausencia de una Ley de Identidad de Género que pavimente el camino hacia la modificación del Código Civil.
• La instrumentación ideológica de la articulación de los movimientos por los derechos sexuales que lastran una agenda consensuada.
• La vulgarización neoliberal de las estrategias de visibilidad pública de las personas LGBTIQ, con pactos y guiños mercantiles desde las propias instituciones. En otras palabras: la conga contra la homofobia institucional (suspendida por segunda vez) no es marcha política, es una performance festiva; mientras las marchas no institucionales que comienzan siendo espontáneas y multitudinarias, terminan con la provocación de sujetos cuya abyecta agenda no tiene compromiso alguno con el activismo social por nuestros derechos.
• La situación de vulnerabilidad de las personas LGBTQ privadas de libertad, sobre todo la población trans y las personas seropositivas al VIH.
• La no implementación del Programa Integral de Educación y Salud Sexual, la ausencia de programas y espacios seguros para las personas LGBTIQ que pueden sufrir acoso escolar.
• Las personas LGBTIQ en las que la homofobia familiar, social, laboral e institucional favorecen a un diagnóstico tardío del VIH y el Sida, situación vivenciada en mi práctica profesional.
Un día como hoy celebro que hayamos logrado mucho viviendo en Cuba, desde nuestro proyecto mayoritario de construcción de esta Nación, pero lo que seguimos perdiendo y lo que falta por lograr, me impulsa a creer en la transformación permanente, con optimismo, pero sin triunfalismos vacíos de contenido político.

Santos Suárez, 17 de mayo de 2022, Día Internacional contra la Homofobia y la Transfobia

http://aroqueg.blogspot.com

6/17/2021

Alberto Roque: Con la sociedad civil y sus movimientos




Tomado de Revista Temas:

*Alberto Roque Guerra es doctor en Medicina, educador en derechos humanos (Equitas, Canadá) y Máster en Bioética (Universidad de La Habana). Desde 2003 es activista por los derechos sexuales. Durante su activismo en el Centro Nacional de Educación Sexual fue fundador de la red de activistas Hombres por la Diversidad y fue coordinador del equipo médico de la atención integral a personas transexuales. También ha desarrollado un trabajo académico y de investigación sobre géneros, sexualidades, derechos humanos y bioética.

Este  artículo pertenece a la serie "Con la sociedad civil y sus movimientos".

Identificar sociedad civil con las organizaciones no gubernamentales (ONG), los empresarios privados, las iglesias, habría hecho sonreír a los filósofos políticos de la modernidad y la Ilustración, que acuñaron el concepto. Reducirla a antípoda del Estado, como dos territorios en disputa perpetua, separados por una frontera real, en un juego que suma cero, donde lo que uno gana lo pierde el otro, distingue una marca de espejuelos oscuros perteneciente al sentido común conservador más primario. Asimilarla a los grupos políticos opuestos a los gobiernos socialistas, como en Europa del Este, resulta apenas una reliquia ideológica propia de la Guerra fría tardía. Caracterizarla de instrumento del enemigo imperialista, dirigido a minar el socialismo cubano, fue la reacción primaria entre ideólogos del marxismo-leninismo imperante, cuando el concepto apareció en los debates intelectuales de nuestros años 90. Legitimar su uso apenas como sinónimo de las organizaciones reconocidas en la Constitución de 1976 resulta otro reduccionismo, que confunde su significado y valor para la política del socialismo.

Ni los ideólogos de allá, ni los de acá, entendieron que la sociedad civil no es un conjunto de cosas, como tampoco lo es el Estado. Recuperada por Antonio Gramsci para el marxismo, por el pensamiento crítico posterior, y por la sociología contemporánea, la sociedad civil refiere a un espacio de interrelación, un plano de la dinámica social y una perspectiva, que privilegia la interacción entre grupos e instituciones como las escuelas, los medios de difusión, las organizaciones sociales, especialmente relevantes para aquellas agencias del poder político orientadas al intercambio con los actores sociales.

Por tanto, preguntarse si en Cuba "existe" la sociedad civil como preguntarse si "se dan las frambuesas" carece de sentido. Sin embargo, resultan relevantes otras cuestiones.

¿Existen movimientos sociales en Cuba? ¿Qué los caracteriza? ¿Cuáles son sus orígenes y antecedentes? ¿Están integrados por diversos grupos? ¿Qué factores incidieron en su surgimiento? ¿En torno a qué problemas? ¿Cómo se desarrollaban antes de que existieran las redes sociales? ¿Cuáles son sus principales temas, prioridades y actividades? ¿Hay diferencias entre sus agendas? ¿Se extienden a todo el país; o se concentran en algunas regiones? ¿Han evolucionado en los últimos años? ¿Cooperan con movimientos u organizaciones extranjeras o internacionales? ¿Tienen rasgos particulares respecto a los mismos movimientos en otros países? ¿Cuál es su capacidad de movilización? ¿Qué obstáculos han enfrentado? ¿Hasta qué punto han logrado hacerse escuchar? ¿En qué medida han podido influir en cambios de políticas? ¿Cuáles son sus problemas en la actualidad? ¿Cómo resolverlos?

Para contestar estas preguntas, y apreciar la naturaleza de las corrientes opuestas al prejuicio racial y de género, el maltrato a los animales, y otras acciones concertadas ante formas de discriminación e injusticia, no basta con impresiones sobre "lo que resulta evidente", opiniones, verdades aceptadas y repetidas sin contrastación.

Catalejo inicia una serie de entrevistas-ensayos entre investigadores y practicantes, dirigida a explorar las corrientes de pensamiento y movilización social que caracterizan la Cuba actual.


1. ¿En qué medida se podría afirmar que existe un movimiento LGTBIQ en Cuba? Si existe, ¿cuáles son sus características? Si no existe, ¿por qué?

En Cuba se está gestando un movimiento LGBTIQ. Es un proceso complejo que ha tomado forma a finales de la última década, en la medida que convergen en una agenda de incidencia política diversos actores de la sociedad civil, de las redes comunitarias, proyectos e instituciones. Su génesis es compleja, heterogénea, contradictoria, pero sobre todo fragmentada.

Esa fragmentación obedece a la conformación identitaria de sus componentes. La separación de identidades de lesbianas, gays, bisexuales, personas trans, intersexo y queer y el signo de más que se le agrega a las siglas, visibiliza a grupos humanos históricamente discriminados y tiene el poder de enunciarse, de gritar alto y claro que existimos y que somos diversos, con necesidades específicas y sobrevivientes a la opresión heterosexista por nuestros cuerpos e identidades de género. Las siglas tienen para mí una importancia estratégica política, solamente eso.

En la práctica política y social no siempre sucede de esa manera. De hecho, miro con profunda preocupación que dichas categorías han sido creadas por el poder heterosexista a través de los llamados dispositivos de poder[1] biomédicos, jurídicos y pedagógicos. Ni siquiera cabrían en esas siglas las personas queer, puesto que dicho movimiento, devenido en teoría anglosajona, se opone a las etiquetas identitarias y expande sus objetivos a la deconstrucción de cuerpos sexuados (en el sentido simbólico), y de identidades y deseos eróticos anclados a la genitalidad (sexo). Los términos LGBTIQ estratifican en poder a los mismos sujetos que luchamos contra el poder heteronormativo y lamentablemente se reproducen las mismas estrategias de dominación de los opresores.

Pero la fragmentación no es solamente identitaria sino también ideológica. Me refiero a las disimiles ideologías políticas de los actores sociales y políticos que conforman los grupos de activismo por los derechos sexuales. El diálogo y la articulación con la sociedad política, como en otras esferas, se complica en este punto. Muchas personas se autoidentifican como marxistas, comunistas, anarquistas, socialdemócratas, republicanos. También contamos con neoliberales y hasta conservadores. Cuando digo que se autoidentifican, evito el sesgo de nombrar y me adscribo a mi limitación de poner etiquetas políticas. Esta aparente diversidad pudiera ser un valor en sí mismo, pero está lastrada por múltiples factores. Dentro de ellos resalto la falta de diálogo y la confrontación violenta entre los nacionalistas excluyentes, los neoanexionistas y un grupo muy peligroso: los oportunistas. Estos últimos lastran toda iniciativa, aparecen en momentos de crisis y tergiversan el impacto real de cada acción política. Se ubican los oportunistas en todo el espectro político cubano.

Otro factor importante que influye en que no cristalice un movimiento por los derechos sexuales en Cuba es el férreo control estatal del activismo social en este ámbito. Lamentablemente, no se ha creado dentro de la experiencia de construcción del socialismo en Cuba una sociedad civil robusta, con garantías jurídicas, que contribuya a enriquecer las políticas públicas en estos temas. Las instituciones estatales han fomentado la emergencia de grupos y liderazgos, empoderamiento de poblaciones claves, pero la participación y el control ciudadano a mayor escala no es aún el deseado.

2. ¿Qué orígenes y antecedentes tiene la lucha por los derechos LGTBQ en Cuba?

En Cuba se identifican personas aisladas en el ámbito intelectual y de la cultura, que han sido simientes de estas luchas. En la década de 1980 se creó El Mejunje. En la década de 1990 el arte fue clave para para comenzar a legitimar a las personas homosexuales. El teatro, la literatura, el cine, las jornadas artísticas organizadas por el dramaturgo Norge Espinosa en La Madriguera, los festivales Gunila, entre otros, influyeron en la génesis de una creciente conciencia política colectiva sobre la homofobia. Hacia finales de esa década ocurrieron varios intentos de agruparse en el activismo social y político, pero sin resultados. El cine ha documentado el desfile de un grupo de personas gays y lesbianas con una bandera del arcoiris en una conmemoración el Primero de Mayo en 1995, pero el impacto simbólico de esta audaz iniciativa no podía entenderse entonces como lo apreciamos en la actualidad. A finales de esa década algunos de estos activistas tuvieron intercambios personales con activistas LGBTIQ estadounidenses.

Desde el punto de vista político está documentada la iniciativa de Vilma Espín Guillois de discutir en el Buró Político sobre lo que entonces denominaban homosexualismo. El doctor Celestino Álvarez Lajonchere[2] tuvo la encomienda de escribir ese documento en 1986, pero no se realizó análisis alguno de la problemática.  En el año 2000 se articuló el proyecto “Hombres que tienen Sexo con otros Hombres (HSH)” bajo financiamiento de Naciones Unidas y adscrito el entonces Centro Nacional de Prevención de las ITS-Sida. La homofobia como factor social que contribuye a la transmisión del VIH pasó a incluirse en un asunto de salud,  después de siglos de penalización y de patologización de la homosexualidad. Un año después el mencionado proyecto se comenzó a aplicar en poblaciones trans, pero adscrito el Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX). Posteriormente surgieron los grupos de mujeres lesbianas y de hombres gays.

Pudiera afirmarse que la primera política favorable hacia la homosexualidad comenzó a través de la prevención del VIH, cuatro décadas después del triunfo de la Revolución Cubana en que la penalización y el control biomédico fueron política de Estado. En ese contexto se originan también los grupos de activistas contra la homofobia.

3. ¿Cuándo esa lucha (o movimiento) se hizo visible? ¿Qué factores incidieron en su visibilización? ¿Qué circunstancias la favorecieron?

La primera década del siglo XXI fue el comienzo de la visibilidad de esas luchas (no puede hablarse de movimiento). La existencia de espacios institucionales dedicados a la atención de salud propiciaron el desarrollo de una red de activistas a nivel nacional. En Santiago de Cuba un grupo de mujeres lesbianas fundaron Las Isabelas y rápidamente pidieron asesoría del Centro Nacional de Educación Sexual. En 2003 surgió el grupo de mujeres lesbianas y bisexuales Oremi, adscrito al CENESEX. El proyecto HSH Travesti evolucionó al grupo TransCuba y se convirtió en una red nacional. Mariela Castro Espín, directora del CENESEX comenzó a impulsar una estrategia pública contra la homofobia y por el respeto a la identidad de género. Su activismo y accionar profesional marcaron el inicio de una interlocución permanente con el Estado y el Partido sobre estos temas.

La despenalización de la homosexualidad en 1997, la eliminación de la homosexualidad de la Clasificación Internacional de Enfermedades de la Organización Mundial de la Salud en 1990, la forzosa apertura del país después de sobrevivir a una profunda crisis económica y de cambios de paradigmas de la izquierda internacional, más los elementos descritos anteriormente, influyeron en que el Estado/Partido comenzara a apoyar las políticas institucionales contra la homofobia.

El CENESEX amplió su enfoque salubrista a un enfoque emancipatorio y de derechos humanos. Mi activismo tiene esa impronta, al igual que el de muchos otros que hoy no realizan incidencia política desde la institucionalidad. Mariela Castro y el CENESEX formaron liderazgos basados en identidades sexuales y de género tanto a nivel social, como académico y político. La institución forjó alianzas con organizaciones de la sociedad civil, intelectuales, artistas, de la educación, con profesionales de la información y de los cuerpos policiales. La institución también brindó asesoría jurídica y canalizó las demandas de personas vulneradas en sus derechos sexuales.

La percepción internacional del Estado/Partido fue favorable, no solamente en el discurso sino también en posiciones políticas en el Sistema de las Naciones Unidas. La respuesta de los grupos mediáticos y políticos enemigos de la Revolución cubana fue virulenta. Al descrédito constante, apelando a las políticas aplicadas en las tres primeras décadas después de 1959, se sumaron la falta de análisis histórico y documental sobre la homofobia en Cuba. Salvo ejemplos muy aislados, que incluso abarcan periodizaciones desde la época colonial, en estos últimos 20 años los cambios favorables que lentamente se han ido logrando hasta convertirlo en políticas públicas, no han hecho un análisis objetivo serio sobre la homofobia de Estado en Cuba, enmarcada en los contextos históricos, políticos y sociales concretos.

4. ¿Existe una agenda LGTBQ? ¿En torno a qué problemas?

Aunque existe una agenda institucional y desde la sociedad civil, el asunto más visible es el matrimonio igualitario y los derechos relacionados con los parentescos, a través de la aprobación del Código de las Familias.

Sin embargo, la discriminación por orientación sexual e identidad de género en el trabajo, el reconocimiento de la identidad de género sin que sean necesarias las cirugías de reasignación sexual, la discriminación en la atención de salud, los derechos reproductivos de las personas LGBTIQ, la discriminación en y por los cuerpos militares, el reconocimiento de los grupos de activismo LGBTI no institucionales, el acoso escolar por orientación sexual e identidad de género más la integración social de las personas trans, son algunos de los problemas que componen esa agenda.

En los últimos tres años la agenda LGBTIQ ha tenido que responder a los ataques de los grupos religiosos reaccionarios y conservadores. Creo que existe una desmovilización general ante tan peligrosa amenaza. Percibo una pobreza de discurso y acciones coordinadas desde el activismo político que contrarreste el éxito de dichos grupos en colocar la mal llamada «ideología de género» y el «marxismo cultural» como cuestiones de interés público. Mi preocupación es alarmante porque dichos grupos cuentan con un poderoso respaldo financiero y logístico internacional y se enarbola desde la libertad religiosa como derecho humano, además de que su discurso es congruente con el pensamiento conservador de algunos de nuestros decisores políticos.

5.¿Existen grupos o redes sociales de LGTBQ? ¿Cómo se relacionaban antes de que existieran las redes digitales?

En el entorno del CENESEX y del entonces Centro Nacional de Prevención de VIH Sida los grupos se relacionaban en talleres y en las actividades y campañas de bien público. Las Jornadas Cubanas contra la Homofobia desde 2008 constituyeron el espacio fundamental donde se mostraba un trabajo articulado. En Placetas, provincia de Villa Clara, se realizaban actividades públicas contra la homofobia desde la prevención del VIH, lo mismo pasaba en Cienfuegos. Los grupos y redes de La Habana se conectaron con estos proyectos y otros en Santiago de Cuba, Trinidad, hasta crearse redes nacionales.

En el año 2003 se creó una página sobre diversidad sexual en el sitio web del CENESEX. Durante seis años la página, a través de correos electrónicos distribuyó información teórica sobre género y diversidad sexual, sobre prevención de las ITS y el VIH, sobre familias, arte y contaba con un club de amigas y amigos. También canalizó demandas de consejería, entre otras. Hacia el año 2009 surgieron la mayoría de los blogs con un activismo crítico y de carácter político. Algunos de ellos feministas, anticapitalistas y antirracistas. También surgieron otros con un corte editorial centrado en denostar el trabajo de Mariela Castro y el CENESEX.

Fuera del marco institucional surgieron grupos como el Proyecto Arcoiris, integrado por activistas que también se beneficiaron con los procesos formativos del CENESEX, pero que no lograron posicionar una agenda definida sobre los derechos LGBTIQ.

En esa época, la entonces Oficina de Intereses de los Estados Unidos creó algunos líderes y grupos LGBTIQ que no pasaron de algunas acciones aisladas, caracterizadas por un discurso antiCENESEX y políticamente invertebrado. La gran mayoría viven en la actualidad en los Estados Unidos. Algunas embajadas de países aliados al gobierno de los Estados Unidos intentaron infructuosamente de conectar estos activistas con el trabajo institucional.

En la actualidad, las redes digitales y otros factores, permiten identificar varios grupos. Se mantienen los institucionales y también existe el Proyecto Abriendo Brechas de Colores, de carácter cristiano y ecuménico, puesto que es inclusivo con personas con otros credos religiosos. En Matanzas está también está el proyecto Afroatenas, con un trabajo sostenido y de carácter interseccional.

A punto de partida de la suspensión de la Conga contra la Homofobia en la Jornada correspondiente al año 2019 se creó la plataforma 11M. Hasta el momento su accionar se ha basado en varias declaraciones, cartas abiertas y demandas públicas al Estado y en la expansión de un ciberactivismo potenciado por la pandemia de la Covid-19, sobre todo en su canal de Telegram. Todavía está por ver si dicho proyecto logra una articulación sólida desde la sociedad civil cubana. En su membresía se muestra un discurso y una praxis aparentemente plural e interseccional, pero no se desprende de los ataques institucionales y personales a otros activistas, de enfoques anárquicos y de las decisiones tomadas por un grupo que no pasa de cinco personas. De ellos destaco positivamente el liderazgo de algunos activistas serios, comprometidos, a pesar de que no tenemos coincidencias ideológicas.

6. ¿Qué actividades desarrollan? ¿Qué tienen en común?

En las redes de activismo institucional se mantienen los talleres de formación de activistas, la gestación de las Jornadas Cubanas contra la Homofobia. En los grupos no institucionales con proyectos comunitarios el impacto social es directo y abarcan poblaciones vulnerables más la intersección de otros aspectos como racialidad, pobreza, precariedad, género, religiones. En ambos, al igual que desde la Plataforma 11M, también se interpela a la sociedad política.

Como aspecto común puedo identificar la lucha contra la homofobia y otras discriminaciones y un sentido político y con enfoque de derechos humanos en el activismo.

7. ¿Hay diferencias entre las agendas de los grupos existentes? ¿Se extienden a todo el país? ¿O se concentran en algunas regiones?

Los grupos institucionales están en todo el país, pero identifico a La Habana, Matanzas, Cienfuegos, Placetas y a Santiago de Cuba como las ciudades con un trabajo sostenido. En ellos predominan de forma común lograr la aprobación del Código de las Familias con el reconocimiento del matrimonio igualitario, más otros derechos que se incluirán. Pero existen necesidades específicas que no se demandan como bloque unido, sobre todo las relacionadas con los derechos reproductivos de las mujeres lesbianas y bisexuales, las regulaciones legales sobre la identidad de género y el reconocimiento de las identidades trans y ni por asomo se ha constituido en demanda la despatologización de dichas identidades trans.

La plataforma 11M defiende un activismo desde la sociedad civil sin represiones por parte del Estado y al menos muestra una narrativa interseccional, feminista y menos centrada en el constructivismo identitario LGBTIQ, que de concretarse en hechos pudiera ser una iniciativa de activismo muy interesante. Ellos enfrentan el desafío constante que les dio origen: la aparición de oportunistas opositores al Estado que jamás han luchado por los derechos de las personas LGBTIQ.

8. ¿Han cambiado sus temas y prioridades en los últimos 10 años? Si es así, ¿por qué?

Sin dudas. Aunque el matrimonio igualitario ha constituido una vieja demanda, la aprobación de los Lineamientos del Partido Comunista de Cuba, de la Ley Código de Trabajo, de la Constitución de la República han impuesto la articulación de una agenda más dinámica que no concluye con la aprobación del Código de las Familias.

También percibo una especie de marasmo en el activismo institucional, con pérdida de su capital político, que puede haber influido en la reconfiguración de la agenda en los últimos diez años. Algunas decisiones políticas de alto nivel, sobre todo desde el Partido Comunista de Cuba, han retardado por mucho tiempo la implementación de políticas de justicia social que han puesto en dudas la voluntad política de avanzar en este campo. Todo esto ha ocurrido en un escenario de avance de los reaccionarismos conservadores cristianos en Cuba y en la región.

Las redes sociales digitales, con su desarrollo, se han convertido en el epicentro de la participación política en estos temas y han redimensionado la incidencia política de los grupos LGBTIQ

9. ¿En qué medida interactúan con movimientos u organizaciones internacionales? ¿Cooperan o se vinculan de alguna manera? ¿Hay rasgos particulares de los LGTBQ cubanos respecto a los de otros países?

Mencionaba antes que a finales de la década de 1990 un grupo de activistas estadounidenses se encontraron con personas gays y lesbianas en Cuba. En 2003 Cuba ingresó a la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (ILGA, por sus siglas en inglés), durante a celebración de unas de sus conferencias regionales (ILGALAC) en Santiago de Chile. La participación cubana llevó a que nuestro país fuera la sede de la VI conferencia regional de esa organización en 2014.  Desde entonces contamos con representación en el consejo regional de ILGALAC. En la mencionada reunión participaron activistas de las redes sociales comunitarias del CENESEX, el proyecto HSH Cuba y activistas no asociados a las instituciones.

De forma individual, o a través de las redes comunitarias del CENESEX, se han tenido intercambios con organizaciones del Caribe, norteamericanas, latinoamericanas y de Europa. La cooperación se mantiene, aunque con el desafío de no implantar agendas que nada tiene que ver con la realidad cubana. Creo que se ha tomado lo que puede ser más universal pero con nuestras particularidades. Por ejemplo, en Cuba no es parte de la agenda las ejecuciones extrajudiciales y los crímenes por homofobia, aunque no están tipificados ni se les monitorea, no son tan frecuentes como en otros países de la región. En las poblaciones trans cubanas se muestra alto grado de instrucción, pero no han desarrollado mecanismos de incidencia política si lo comparamos con personas trans de la región.

Con la creación de espacios inclusivos de personas LGBTIQ, después la segunda Jornada Cubana contra la Homofobia, se evidencia una mercantilización despolitizante de las identidades y las sexualidades no heteronormativas. Ni siquiera escapa de este impacto globalizante las congas contra la homofobia, que cada vez más adoptaban la banalidad y el espíritu carnavalesco y comercial de las marchas del Orgullo Gay en otros países.

Otra particularidad del activismo LGBTIQ cubano es la participación de personas heterosexuales que son contrarias al poder heteronormativo. Los enfoques liberales en las luchas por los derechos de las personas LGBTIQ se les denomina «aliadas». Mi perspectiva es que son parte importante de estas luchas, aunque no sufran las mismas discriminaciones que las personas LGBTIQ.

También se conoce sobre muchas personas que realizan su activismo no institucional lo hacen al borde una ilegalidad tolerada puesto que no cuentan con personalidad jurídica reconocida por la Ley de Asociaciones vigente. En este apartado es necesario mencionar que el financiamiento de algunos activistas por parte del gobierno de los Estados Unidos o a través de terceros paísessigue vigente. La intención es utilizar las luchas por lo derechos LGBTIQ y feministas para socavar el sistema político cubano. Este es un asunto con el que debe lidiarse con sumo cuidado porque es un foco que genera desconfianzas, sospechas y reacciones delirantes desde todos los posicionamientos ideológicos que atraviesan el activismo social y político. No me refiero solamente a personas aisladas que desde sus comienzos han mostrado una agenda política «opositora» clara, sino a los aliados oportunistas que contaminan el verdadero sentido emancipatorio de estas luchas y a aquellas personas que migran desde los espacios institucionales (donde fueron muy radicales) a los espacios de oposición política manifiesta.

10. ¿Cuál es su capacidad de movilización? ¿Qué obstáculos han enfrentado? ¿Hasta qué punto han logrado hacerse escuchar?

La movilización ha sido creciente. Como ejemplo recuerdo que en 2010 coordiné a 12 hombres en un taller de derechos humanos y diversidad sexual y en 6 meses teníamos poco más de 40 miembros de todas las identidades. El grupo se llamaba “Hombres por la Diversidad” y cambió su nombre por Humanidad por la Diversidad. Existen muchos otros ejemplos de cómo se ha gestado una ciudadanía sexual y de género mediante la movilización social. Se percibe un discurso incipiente de derechos humanos y un dominio de las categorías sexuales y de género para la incidencia política.

Los obstáculos están en incomprensiones institucionales, divisiones entre los grupos de activismo, la reproducción de estructuras de poder verticales en los grupos y la censura política e institucional.  Algunas de ellas, se han podido vencer a través del diálogo paciente, y otras, a través de la denuncia persistente, sobre todo en redes sociales digitales.

11. ¿En qué medida han podido influir en el campo de la política?

La mediación institucional ha sido el principal canal de influencia política. Se logró incluir en la agenda política del Partido Comunista de Cuba el asunto de la discriminación por orientación sexual e identidad de género. No solo en los lineamientos sino en los estatutos y reglamentos de la organización política. Los cambios en la constitución y en la Ley Código de Trabajo sobre estas temáticas son muestra de ello. Mencionaré algunos de los tantos ejemplos.

En los tiempos que corren se habla mucho de diálogo e interpelación a las políticas de Estado, pero este asunto es viejo. En 2010 el Ministerio de Relaciones Exteriores recibió a activistas y a representantes del CENESEX ante un voto ante la Tercera Comisión de la Asamblea General de las Naciones Unidas que contradecía la voluntad política del Estado para eliminar las discriminaciones por orientación sexual e identidad de género. El ministro en persona, y el entonces viceministro de asuntos multilaterales, recibieron a activistas y a representantes del CENESEX. Se cambió el voto con explicación de motivos en plenaria de la Asamblea General.

Las Jornadas Cubanas Contra la Homofobia fueron en sus comienzos espacios públicos donde se identificaban demandas frente a decisores del gobierno y el Partido. Lamentablemente son espacios de participación política que se han sacrificado con debates a puertas cerradas.

Las redes sociales digitales son, y seguirán siendo, espacios importantes para la incidencia política. Su monitoreo por el Estado impacta en las decisiones que se tomen en la implementación de las políticas.

Durante las sesiones de los debates parlamentarios sobre el Proyecto Constitucional la diputada Mariela Castro no estuvo sola. Se sumaron muchos diputados jóvenes, incluyendo un diputado abiertamente gay que hizo pública una intervención escrita desde el activismo LGBTIQ.

Los fracasos aparentes con relación a la eliminación del artículo 68 que abría la posibilidad de aprobar el matrimonio igualitario son también ejemplos de incidencia política. La reacción con el planteamiento de que los derechos humanos no se plebiscitan demostraron que existe una influencia política que va creciendo, con contradicciones, aprendizajes y aparentes retrocesos.

La incidencia política no pública ocurre casi permanentemente. He sido testigo por años de las negociaciones, diálogos y emplazamientos ante injusticias y vacíos jurídicos de terminadas políticas que afectan a las personas LGBTIQ.

12. ¿Qué problemas se mantienen en la actualidad? ¿Cómo resolverlos?

Algunos de los problemas han sido expuestos en las respuestas anteriores. A manera de resumen percibo una ausencia de articulación entre las diferentes formas de activismo, pobre enfoque desde las teorías y prácticas feministas cubanas y latinoamericanas, enfoque esencialista e identitario de las acciones de activismo político, diferencias ideológicas y de proyectos de Nación que atentan contra la unidad del colectivo como ente político. El uso de las luchas LGBTIQ como punta de lanza para hacer oposición política, reproducción de las relaciones de poder patriarcales, clasistas y raciales dentro del colectivo LGBTIQ.

También percibo pobre cultura jurídica y de conocimientos sobre cómo funciona el sistema político cubano, más los obstáculos institucionales para la libre asociación desde la sociedad civil organizada, con personalidad jurídica y con enfoque marxista que define la participación política como un derecho y donde la oposición es también trabajar con el Estado en la implementación de las políticas.

En cuanto a los liderazgos no se visualizan modelos horizontales de gestión, ni se piensan las agendas como construcción colectiva donde emerja el consenso y el diálogo como herramientas permanentes. En este sentido se advierte el peligro que enfrentan algunas organizaciones LGBTIQ y feministas de legitimar el sujeto liberal identitario desde posiciones radicales y excluyentes. En Cuba tampoco se escapa de esas amenazas.

El asunto es complejo para proponer una sola solución, también evito ser prescriptivo. Mi activismo no asociativo quizás sea muestra de que no tengo una solución ante este escenario, lo cual no significa que esté solo, pues milito con las personas de bien que quieren transformar la sociedad en que vivimos en un lugar habitable, sin exclusiones. Trabajo junto a las personas que creen el diálogo, pero no temen a la controversia y a la construcción de consensos. Pero al mismo tiempo me posiciono contrario a las revanchas, al golpe bajo, al uso del activismo para causas innobles. También rechazo el abuso de poder, el liderazgo único y centralizado y a la burocracia conservadora y paralizante.

 

[1] Según Michel Foucault

[2] Celestino Álvarez Lajonchere, La homosexualidad: datos y consideraciones para la elaboración de lineamientos de trabajo, Grupo Nacional de Educación Sexual, febrero 1986, Archivos de la dirección del CENESEX.



11/06/2020

Detalles sobre juicio penal vs. Danay Suárez por presunto delito contra el honor de personas LGBTIQ

El 16 de octubre pasado tuvo lugar la vista oral de la querella judicial contra Danay Suárez, en la Sala de lo Penal del Tribunal Provincial Popular de La Habana.
Aunque la vista fue pública, se celebró bajo las medidas sanitarias por la Covid-19.

Solamente participaron cuatro personas en el público. Por mi parte, mantuve discreción sobre la vista oral y no extendí invitaciones a otras personas. Como el presunto delito ocurrió en redes sociales, creo necesario hacer públicos los detalles de la vista oral.

Ante la presencia de tres jueces profesionales y dos jueces legos, más los letrados que representaron al querellante y a la querellada, se expusieron los argumentos probatorios a favor y en contra de un posible delito contra el honor, en este caso, la injuria.

Como querellante expuse las razones por las cuales Danay Suárez injurió a las personas homosexuales, y por lo tanto a mi persona, cuando reprodujo en su página oficial de Facebook una publicación de la autoría de Dayis Arizmendi en la que iguala, desde las mismas bases ideológicas, a la pedofilia con la homosexualidad.

Las razones que expuse se basan en los siguientes elementos:

-La pedofilia es un trastorno psicosexual dentro del grupo de las parafilias y tiene amplio rechazo social, de acuerdo a los valores morales de nuestra cultura. Señalé la repulsa social violenta contra el actor que interpretó un personaje abusador y violador de una menor en la recién culminada telenovela El rostro de los días.

- La publicación tiene la intención deliberada de degradar moralmente a las personas homosexuales mediante el uso de información falsa que circula por internet con ese mismo propósito

-La existencia de un supuesto Movimiento MAP (término psicopatológico para nombrar a las Personas Atraídas por Menores): bulo demostrado por sitios en internet que monitorean información falsa y cuya bandera también es falsa. Aunque no se negó la existencia de grupos pedófilos que buscan reconocerse como parte de la diversidad sexual, se dejó claro que el Movimiento LGBTIQ no tiene relación alguna con estas agrupaciones.

- La existencia de una Ideología de Género: término acuñado por la Iglesia Católica y de amplio uso por otras denominaciones cristianas, con la que se pretende contrarrestar y presionar a los Estados en la no promulgación de políticas de equidad para las mujeres y las personas LGBTIQ. Es un contradiscurso conservador y anticientífico contrario a los movimientos feministas y LGBTIQ. No es una ideología, es una perspectiva heterogénea sobre el género y la sexualidad aplicable a las políticas de equidad para todas las personas.

- La publicación que reprodujo Danay Suárez fue bloqueada por Facebook en el sitio de Dayis Arizmendi por considerarse contrario a los estándares de la comunidad sobre discurso de odio.
En América Latina fue reproducido por el payaso mexicano cristiano Leito Paique. 
Este sujeto ha planteado que "las personas homosexuales somos mulas porque no podemos reproducirnos." La publicación de marras fue eliminada de su sitio oficial. Ambos argumentos fueron presentados por mí con pruebas impresas de las capturas de pantallas correspondiente s.

El letrado que representó a Danay Suárez intentó durante toda la vista disminuir el impacto de la publicación por no referirse a ninguna de las personas que demandamos, por esta injuria, la reparación de daño moral al colectivo LGBTIQ. Ninguno de los testigos homosexuales ni mi persona referimos daños secundarios a nuestro honor en nuestras comunidades o centros laborales después de la publicación, pero quedó claro que produjo serios malestares, daño e indignación por tratarse de una injuria a un colectivo de personas en redes sociales, sobre todo por ser Danay Suárez una persona pública.

El intento del letrado de la querellada de adjudicarme publicaciones supuestamente ofensivas contra Danay Suárez y su fe cristiana, quedaron sin efectos con mis declaraciones y por contar con los testimonios de tres testigos cristianos, una de ellas profesora de Teología y Pastora de una Iglesia protestante con más de 100 años en Cuba. 

En ningún momento el letrado de la querellada se refirió a las supuestas limitaciones a la libertad de expresión de su representada, cuestión por la que se me atacó, previo al juicio, por cristianos conservadores, memeros y periodistas de poca monta. No obstante, me referí al hecho de que Danay Suárez no ha retirado la publicación de su página oficial y declaró ante el Tribunal que ella no tenía razones para disculparse. También pude mostrar evidencias impresas de cómo la cantante ha publicado videos donde se menciona a mi persona con mentiras y comentarios malintencionados. Ellos son Agustín Laje y el rapero dominicano Redimi2, el primero un politólogo argentino conservador, que apoya al partido neofascista español Vox. El YouTuber Marcel García, de proyección de derecha neoconservadora ha dedicado un audiovisual a la querella centrado en mi persona y con una manipulación deliberada de mi discurso y posiciones científicas sobre el género. Estos personajes son adorados por Danay sin que haya recibido presión alguna de mi parte para que los retire de su portal oficial en Facebook. 
Por lo tanto, es falso que he restringido la libertad de expresión de la querellada.

En la vista participaron siete testigos (tres lesbianas y cuatro hombres gays). No publicaré sus nombres por respeto a la confidencialidad de cada uno de ellos. Cada quien puede ser libre de hablar de su experiencia si lo considera, después de publicada esta nota.

Sus testimonios fueron elocuentes en expresar el daño moral en las redes sociales infligido por la querellada. Confieso que sentí mucha admiración, y en no pocas veces me produjo emoción, escuchar sus testimonios, pues fueron expresados con mucha fuerza para reclamar sus derechos a que se les restituya su honor.

Las mujeres lesbianas argumentaron además sobre los derechos a decidir sobre sus cuerpos y a expresar susexualidad, dos de ellas defendieron su credo cristiano siendo mujeres lesbianas y ratificaron que la Iglesia a la que Danay pertenece no es la única, pues existen otras maneras de entender las sagradas escrituras por diferentes congregaciones religiosas.
 
Uno de los testigos gay desarticuló de manera aplastante la pregunta del letrado de la querellada en la que pretendía relacionar las bases ideológicas de la pedofilia con la homosexualidad. «Esa pregunta no tiene respuesta porque son dos cuestiones que no guardan relación alguna», dijo.

Sobre esa misma base presentaron sus argumentos periciales tres testigos expertos, todos profesionales de la salud mental y uno de ellos perito criminólogo. Los argumentos más importantes fueron la ausencia de relación entre pedofilia y homosexualidad, el impacto negativo sobre los derechos humanos y la salud mental de las personas homosexuales que pueden tener publicaciones como estas en las redes sociales, que usan un discurso excluyente y de odio, más la intencionalidad del discurso en rebajar moralmente a personas vulnerables. 

Una de las expertas se refirió al uso de la apropiación de la consigna "amor es amor" que legitiman las redes de pornografía infantil a nivel internacional, cuestión muy distinta a la existencia de un movimiento social y político MAP. 

Mi representante legal, el letrado Lázaro Arencibia, demostró durante toda la vista que nuestro honor fue dañado con la publicación de Danay. Su alocución final fue demoledora pues usó una anécdota que representaba muy bien el carácter injuriante de la publicación. A él le estoy agradecido por aceptar el caso, por su sensibilidad, su desempeño profesional y sentido de justicia. También quiero agradecer al Bufete Colectivo de Santos Suárez.

Su contraparte usó ejemplos desafortunados para tratar de desmontar la injuria como delito. Mencionó los referentes legales de las legislaciones cubana y española en relación a los delitos contra el honor y de cómo no se aplica en este caso, más el ejemplo de que cualquier persona puede presentar demandas por injuria por sentirse ofendidos personalmente o por su profesión. 
A mi pedido, el presidente de la sala me concedió la posibilidad hacer uso de palabra antes de Danay Suárez. Mi declaración amplió sobre el discurso de odio, que, aunque no es una figura penal en Cuba, el letrado de la querellada se apropió de forma inadecuada del concepto cuando me referí a este asunto en la declaración inicial. 
Expliqué que el discurso de odio en las redes sociales equivale a su uso en un espacio público cualquiera y que el ejercicio de la libertad de expresión tiene límites cuando se injuria, se difama y se excluye a personas o grupos vulnerables. Le demostré con ejemplos al letrado de la querellada que en España es penado por la Ley y que nuestros referentes del Código de Defensa Social de 1938 se han actualizado.
 
Resalté que para que pueda hablarse de discurso de odio en internet debe existir un grupo vulnerable, que en este caso somos las personas LGBTIQ, también debe usarse un estereotipo que tenga aceptación social (en este caso la pedofilia y la homosexualidad), debe haber malignidad al convocar a terceros (Danay Suárez tenía esa mañana 134180 seguidores en su página oficial, en su gran mayoría apoyan la publicación) y, por último, debe demostrarse una intencionalidad de dañar. 

En cuanto a la vulnerabilidad de las personas LGBTIQ me referí al odio, la exclusión y la persecución histórica de este grupo humano, sobre todo por las religiones, y los poderes jurídicos y biomédicos. De todo eso se habló en la vista oral y muchos elementos perviven en la actualidad. 

Sobre los estereotipos pregunté si necesitaríamos una vista oral de cuatro horas si el contenido de la publicación injuriosa dijera que «todos los negros son delincuentes» o que «todos los raperos, roqueros y cantantes de hip-hop son drogadictos».
  
Sobre la intencionalidad me referí a la obsesión de Danay Suárez, y otras personas cristianas, de usar su fe para denostar y rebajar socialmente a las personas LGBTIQ, sobre todo desde una aplicación selectiva y rígida de algunos versículos contenidos en libros escritos hace milenios por patriarcas (libros que componen la Biblia).

En la alocución final de la querellada, Danay Suárez no mostró compasión alguna, su discurso fue arrogante y realizó comparaciones absurdas con animales (vacas en este caso) al exponer sobre los efectos nocivos de «la ideología de género» y el derecho humano al reconocimiento de la identidad de género de cada persona. Sobre este particular dijo "Si estas personas se sienten como una vaca y alguien se le opone, te llevan a juicio por Injuria".

La querellada se mostró abrumada por los testimonios de sus contrapartes y los elementos científicos que se esgrimieron en la vista oral. Ante eso se refirió a los premios Grammy y Billboards que supuestamente ella ha ganado. De acuerdo a la información disponible solamente ha sido nominada, pero no premiada en tales certámenes.

La querellada también dijo que "el Tribunal no tiene acceso pleno a internet y que muchos argumentos allí dichos estaban fuera de su alcance". El presidente del Tribunal le aclaró a la querellada que las juezas y jueces que formaron parte del Tribunal tienen acceso pleno a internet y que saben muy bien hacer su trabajo.

En la secretaría de la sala de lo penal del Tribunal me confirmaron hace 72 horas que la sentencia está lista y que se le comunicará por vía electrónica a mi abogado Lázaro Arencibia. Este último me ha comunicado hace minutos que seré notificado a primera hora del lunes 9 de noviembre del 2020.

10/26/2020

Personas intersexo o ¿cómo desaprender el sexo?

El día de la visibilidad intersexo me hace recordar algunos (des)aprendizajes profesionales y del activismo por los derechos sexuales. Recuerdo cuando recibí hace unos años, en la consulta de atención a personas transexuales, a una mujer de alrededor de 60 años que solicitaba nuestra valoración y acompañamiento para realizar una transición de género.

Se trataba de una persona con sexo masculino asignado, con identidad legal masculina y que desde edades muy tempranas se sintió femenina. Mi colega psicóloga y yo no nos sorprendimos, porque si algo me aportó la experiencia profesional en este campo, es que no todo lo que parece es y que más que aprender, tenía que estar desaprediendo todo el tiempo sobre la ausencia de relaciones lineales entre cuerpos, identidades de género, orientaciones eróticas, prácticas sexoeróticas y parentescos.

La persona en cuestión lucía y se proyectaba femenina y en el examen físico tenía mamas femeninas, distribución corporal de la grasa femenina y genitales de aspecto masculinos. Cuando recibimos los exámenes médicos complementarios supimos que tenía próstata y que en los exámenes de los cromosomas tenía un mosaico (masculino y femenino) y los marcadores sexuales de ADN eran masculinos y femeninos. De acuerdo a la normalidad binaria de macho/hembra y de masculino/femenino establecida por el poder de las ciencias médicas, esta persona es intersexo (macho/hembra) y al mismo tiempo una persona trans, por sentirse profundamente identificada con un género diferente al asignado.

Después de superar el desconcierto de otros colegas profesionales y las limitaciones de los protocolos médicos para la reasignación sexual en situaciones no previstas como las que describo, esta persona ofreció su consentimiento para una cirugía genital en que una vagina le garantizó el reconocimiento legal de su identidad femenina. Su felicidad fue enorme. Sus deseos de ser asimilada e interpretada de forma inteligible por la cultura fueron cumplidos.

Este «final feliz» no es el de todas las personas intersexo, pues en muchos países se siguen practicando cirugías de asignación de sexo a infantes menores de 2 años, que persiguen aliviar los malestares de sus padres, herederos y reproductores de una cultura sexualizada, genitalizada y rígida.

La Medicina sigue aplicado mutilaciones de genitales bajo el rubro de Trastornos del Desarrollo Sexual. Sin bien es cierto que muchas personas intersexo requieren de intervenciones médicas precoces por el impacto nocivo de algunas condiciones morbosas sobre su salud, un número importante de personas intersexo no tiene otra cosa que variantes de genitales que se alejan de una norma clasificatoria y obsesionada por corregir. Esto último es sorprendente porque las personas que no somos intersexo tenemos penes, vulvas, escrotos, vaginas y clítoris de múltiples formas, colores y tamaños.

Los penes pequeños, los clítoris grandes, la coexistencia de pene y vulvas nos causan pavor, asombro, burlas o interés científico que colinda con el morbo; pero los penes enormes y las vaginas profundas y amplias son dotes o atributos. Sobre todo los penes, debo acotar.

Normalizar estos «cuerpos otros» han tenido un impacto sobre la salud mental de las personas intersexo, pues nunca se ha tomado en cuenta su capacidad de consentir para tales prácticas médicas. Se han reportado en la literatura internacional y en Cuba sobre los efectos negativos en la autopercepción corporal y en la sexualidad de estas personas.

Las personas intersexo pueden tener diferentes identidades de género y orientaciones eróticas. Lo que he descrito en los primeros párrafos nos enseña que lo que culturalmente interpretamos como sexo, no es una categoría fija, pues depende de, por lo menos, cinco factores no necesariamente alineados: ADN, cromosomas, hormonas y sus receptores, gónadas y genitales externos. El asunto se complica cuando actúan los factores ambientales, sociales y culturales que definen la identidad, los roles y las maneras en que desarrollamos nuestro erotismo.

Por eso, me sobrecogen los posicionamientos religiosos conservadores cuando apelan a la Ley de la naturaleza, a la Biología (que ellos negaron por siglos), a la diferencia sexual sobre la que se construyen los géneros y se asignan poderes y estratificaciones. Miro todo esto con sospecha, sobre todo porque estas interpretaciones tan biologicistas desde la fe sostienen que Jesús fue concebido sin cópula y nació de una mujer virgen. Para estas personas el positivismo del siglo XIX es ahora su bandera, mientras las humanidades y los aportes de las ciencias sociales son «marxismo cultural» y otras perlas.

La intersexualidad nos enseña que la biología no es destino, que los individuos con genitalidad variable deben ser respetados en su dignidad y su autonomía, hasta que sean capaces de tomar decisiones sobre ellos mismos. Al menos desde mi experiencia he comprendido que los cuerpos no son materia inerte donde se inscriben las signos y símbolos del lenguaje y la cultura.

La mutilación de los cuerpos intersexo debe parar y es necesario romper el silencio. Hoy, día de la visibilidad intersex, es un buen momento para comenzar a desaprender. [Santos Suarez, 26 de octubre de 2020]