Mi primera entrada a mi nuevo blog ProQueer debería dedicarla a explicar un poco de qué va mi nuevo blog en la blogosfera Cubava, accesible en la intranet nacional. Bueno, no será la primera en realidad, pues ya publiqué en esta nueva bitácora mi más reciente entrada en el blog HomoSapiens@Cuba ubicado en la plataforma de blogs de Google, no accesible para todas y todos en Cuba.
Elegí el nombre ProQueer por considerar necesario enfocar mi bitácora en los contextos de las prácticas y teoría Queer. Sin denostar en lo absoluto otros enfoques en relación a los géneros y las sexualidades, creo en su potencialidad transformadora y revolucionaria.
Lo queer desconstruye las rígidas categorías en las que se ubican las identidades sexuales y de género, que en mi opinión tienen marcados sesgos y limitaciones en la promoción de cambios a nivel del imaginario social y sobre todo en las políticas hacia las sexualidades y géneros no heteronormativos. Ser hombre, mujer, gay, heterosexual, lesbiana, bisexual, transexual, practicar la monogamia o no asociarse eróticamente con alguien no son categorías inmutables ni fijas.
Desde lo queer se aboga por una flexibilidad infinita en las maneras de orientar y sentir el deseo sexual, gozar las prácticas sexuales y en el establecimientos de parentescos que no persiguen únicamente la reproducción y la subordinación de un grupo humano hacia otro, de acuerdo a los preceptos de la familia nuclear.
Algunas personas consideran que lo queer equivale al anarquismo en política, otras dicen que favorece el caos. A mi entender lo queer debe interpretarse desde un enfoque más complejo, menos reduccionista y binario.
Desde la fuerte influencia del pensamiento postmoderno postestructuralista lo queer percibe al género y al deseo erótico de forma no linear, considera las identidades de género porosas y fluidas, de manera que pueden parecer caóticas, con límites borrosos, pero al mismo tiempo ese aparente caos genera una organización que deviene en una nueva —y siempre cambiante— estructura social que no perciba a los diferentes sexos, géneros y deseos sexuales como elementos distintivos en la asignación de poderes asimétricos.
Lo queer propone responsabilidad y respeto consigo mismo y hacia otras personas y que nadie, absolutamente nadie, sea un paria por su género o deseo.
La vida empática, con entera libertad para expresar la singularidad del ser humano en cuanto a los géneros y a las sexualidades, sin requerir ser nombrado o normalizado por la cultura o el estado, resulta una propuesta para hacer el mundo habitable.
Aunque suene algo reduccionanista, si tuviese que relacionar lo queer con determinada ideología sería con la utopía del comunismo.
Las bases marxistas (antiestalinistas y antitotalitarias) de la teoría queer integran y reconocen a los géneros y al deseo sexual en las luchas por la emancipación del ser humano.
La Revolución Cubana tiene en lo queer una fuente de pensamiento crítico complejo, antineoliberal, mutidimensional e interseccional.
Lo queer también ofrece herramientas para erosionar otras causas de discriminaciones vigentes en Cuba, como la racialidad, el estatus económico, la clase social, el origen geográfico, la nacionalidad.
Comprende a múltiples ciudadanías más allá del paradigma de ser cubana o cubano en un estrecho marco. La integración verdadera, sin asimilaciones dictatoriales por las mayorías son las bases para una verdadera unidad en un proyecto de nación socialista y de inspiración martiana.
Desde esta perspectiva veo la conexión de lo queer con el proyecto revolucionario cubano en su transición al socialismo y en la necesidad de avanzar y despojarse de enfoques conservadores, y dogmáticos en relación a los géneros y las sexualidades. [Centro Habana, 26 de marzo, 2015]
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