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5/17/2024

Planto mi bandera

Como cada 17 se mayo, planto mi bandera. Un día como hoy se retiró la homosexualidad de la Clasificación Internacional de Enfermedades de la OMS.



El mundo sigue siendo un lugar inhabitable: genocidio en Palestina, crecimiento del odio y las injusticias, la patologización de la homosexualidad y la transexualidad por la presidenta sanguinaria del Perú usando una nomenclatura antigua de la OMS, entre otras.


En Cuba vivimos un incremento de la precariedad económica y social con prioridades que no se conocen en detalles por la ciudadanía y lastra la participación en la toma de decisiones. La homofobia, el patriarcado, la misoginia, la ginopia, la lesbofobia y la transfobia siguen ahí y adoptan nuevas formas.  


Es tiempo de seguir abogando por lo que no se ha logrado y bajar la intensidad del discurso triunfalista con causas, que aunque justas, nada tienen que ver con la lucha a la que me refiero.


Como no me voy a callar, reitero ahora las líneas de políticas pendientes:


-Educación integral de la sexualidad como política de Estado. Más que un programa coordinado y dirigido a las escuelas.

-Dejar de considerar la sexualidad y los géneros como un asunto de salud. De hecho, a estas alturas #CENESEX debiera ser una institución subordinada al nivel central del Estado, no al MINSAP.

-Reconocimiento de personalidad jurídica a los emergentes colectivos no gubernamentales que luchan por los derechos LGBTIQ, que también son feministas, antiracistas, animalistas, anticoloniales y antimperialistas. Todo el mundo sabe que ninguno es "independiente".

-Implementar políticas específicas para las personas trans e intersexo. Incluye las infancias y adolescencias. Llevamos décadas de talleres, simposios e investigaciones mientras las omisiones y retardos siguen ahí.

-Abordaje de la homofobia, lesbofobia y transfobia en los cuerpos armados.

-Debate (para empezar) sobre homolesbotransfobia en el Deporte.

-Políticas específicas para enfrentar la discriminación y tratos degradantes en los servicios de salud hacia las personas LGBTIQ.

-Enfrentamiento y prevención del acoso (bullying) escolar.


No me extiendo más, quedan otros, pero no voy a hacer más largo el post. Ya casi nadie lee...

10/07/2020

Matrimonio Igualitario en Cuba: voluntades políticas, entuertos y justicia





26 de mayo 2020

El matrimonio igualitario es un derecho humano, enmarcado en el ejercicio de un derecho civil que establece obligaciones y deberes, tanto de la ciudadanía como por parte del Estado. Contiene elementos culturales, jurídicos, religiosos que se expresan en políticas que deben estar al alcance de todas las personas naturales y con capacidad para conformarlo. Es un ejercicio de libertad para todas las personas, que no se circunscribe únicamente a la orientación erótica del deseo, sino también a la representatividad y legitimidad de géneros fluidos y no binarios (masculino/femenino), al parentesco, a la reconfiguración de familias originales y diversas, al reconocimiento pleno de los derechos reproductivos, sin que estos sean imperativos derivados de él.  No es una amenaza a los derechos de las personas heterosexuales, los derechos son inalienables a la dignidad humana y no reconocen privilegios de un grupo en relación a otro. 
La aprobación del matrimonio igualitario tiene implicaciones políticas al ser un acto de justicia y una deuda histórica, es una de las leyes que, de ser aprobada, abrirá el camino para la implementación de otras políticas equitativas que mejoren nuestra ejecutoria en derechos humanos. También tendría implicaciones educativas en relación a la justicia y al reconocimiento de nuevos derechos, que incluye la garantía de protección a otras personas heterosexuales que desean el reconocimiento jurídico fuera del marco que establece la Ley vigente. Su aprobación tendría significados ideológicos contra el patriarcado, contra los dogmas burgueses y en ratificar que las discriminaciones son contrarias a los valores e ideales que se promulgan desde los principios de la construcción socialista. Significa respeto por la dignidad humana.
El matrimonio igualitario establece el ejercicio de un derecho ciudadano sin discriminación. Dicho derecho se ejerce independientemente a la orientación erótica del deseo o identidad de género de los cónyuges.  Es una política pública equitativa, que protege a las personas a través del cumplimiento de derechos y obligaciones jurídicas relacionadas con el parentesco, los intereses patrimoniales en común, entre otros. De aprobarse en Cuba sería superior a la rígida definición binaria que establece como matrimonio la unión consentida entre hombre y mujer y que en la antigua Constitución establecía cuestiones de índole reproductivo. El ejercicio del derecho a la protección jurídica en caso de fallecimiento, discapacidad, herencia, filiación, voluntades anticipadas, adopción, no incluye a un grupo numeroso de personas con orientaciones eróticas homosexuales, bisexuales e identidades de género trans que desean legalizar sus uniones. Las personas heterosexuales unidas consensualmente están obligadas a contraer matrimonio para acceder a la protección jurídica en estos asuntos. 
El matrimonio se está redefiniendo desde nuevos desplazamientos culturales, es de hecho una construcción que enfrenta una nueva crisis de las tantas que lo han modificado desde su surgimiento milenario.  En las culturas judeocristianas, poco antes de la Revolución Francesa, fue un pacto de carácter económico y político, en el siglo XIX transitó por la sentimentalización del contrato social mediante la legitimación del amor romántico, y en el siglo XX se sexualizó. En los últimos treinta años el constructo del matrimonio ha cambiado más que en miles de años. Las personas a quienes se les ha negado este derecho podrían hacerlo progresista si se le despoja a este privilegio heterosexual de su carácter burgués y heteronormativo. No basta con acceder a ese derecho, también debe modificarse hacia pactos equitativos y no estructurados en relaciones de poder. 
El debate sobre el matrimonio igualitario en Cuba tiene múltiples aristas. De hecho, no ha ocurrido un verdadero debate por la asimetría de representación de las voces y actores sociales en la esfera pública. También se diferencia con otras Naciones en que el reclamo de reconocimiento jurídico al matrimonio de las personas con sexualidades y géneros no heteronormativos está anclado al anteproyecto de Ley Código de Familia. Desde hace 15 años se han formulado propuestas pendulares que promulgaban el reconocimiento de las parejas de hecho, sin modificar el matrimonio tal cual lo establecía la Constitución de 1976, y otras, esbozadas desde los discursos institucionales, sobre todo del CENESEX, en el que se ha hablado de matrimonio como tal en los últimos cinco años. Desde la experiencia de Argentina, el reconocimiento del matrimonio igualitario ganó fuerza en Cuba.
Las opiniones a favor se expresan con matices en las que se percibe como un derecho civil que no debe ser plebiscitado, como una política pública equitativa que es congruente con la justicia social de la Revolución cubana o como una oportunidad para subvertir un privilegio heterosexual que modifique a esta institución agotada jurídica y culturalmente. Las opiniones en contra son fundamentalmente culturales y se erigen desde la homofobia y la transfobia asociadas a la construcción de la Nación cubana, que perduran en la experiencia de transición socialista en Revolución, por lo que en la sociedad civil se reproducen como verdades naturales inamovibles o mediante el silencio violento. Tampoco faltan posicionamientos ideológicos y políticos contrarios, que han operado a muy alto nivel con el consecuente retardo en la implementación de esta política. Las Iglesias en general han tenido oportunidades de incidir en la esfera pública, mediante declaraciones de carácter teológico y manifestaciones y celebraciones fundamentalistas de varios grupos evangélicos.
En el flujo asimétrico de opiniones en relación a la definición del matrimonio durante la discusión del proyecto de Constitución, las Iglesias tuvieron libertades y recursos para exponer sus posicionamientos. Las Iglesias Evangélicas distribuyeron, en diferentes formatos y espacios públicos, contenidos proselitistas en defensa de algo llamado “diseño original de familia”, en alusión a la familia nuclear heterosexual. La noción del “diseño original de familia” es cuestionable con sólo revisar los aportes de las ciencias sociales, sobre todo de las ciencias de la religión que realizan una hermenéutica de las Sagradas Escrituras desde la pluralidad cultural, de cuerpos y de géneros. 
Existen demasiadas evidencias científicas y empíricas que sobrepasan los rígidos principios medievales del matrimonio: proles, fides, sacramentum; es decir, procreación y educación de los hijos, confianza de los cónyuges e indisolubilidad del vínculo, respectivamente. 
En las redes sociales señalaron el peligro de la “ideología de género” al hacer referencia a las propuestas de políticas públicas que abogan por la equidad de géneros. Los presupuestos ideológicos de carácter feminista que reclaman cambios a favor de la equidad son muy heterogéneos, incluso en Cuba, pero tienen en común desmontar las estructuras sociales, culturales y políticas que sustentan la ideología patriarcal. En la sociedad civil y política existen creyentes y no creyentes que se adhieren a los discursos fundamentalistas en relación al matrimonio; lo cual es comprensible, pues Pierre Bourdieu y Paulo Freire han enunciado que la opresión sólo funciona cuando es aceptada por los oprimidos. 
Corresponde a nuestro Estado ser congruente con el carácter laico de la Constitución de la República y establecer los límites de la libertad religiosa cuando se trata de los derechos humanos de grupos vulnerados, además de garantizar la expresión de todas las voces en relación a este tema.
Los artículos 81-82 de la Constitución de la República vigente superan al artículo 68 que quedó en el proyecto, pues establece el marco jurídico para las leyes y políticas públicas que amplían la definición del matrimonio y lo despoja de sus fines reproductivos. No menciona géneros y se refiere a cónyuges e iguala en derechos a todas las conformaciones de familias, en congruencia con los artículos referentes a la igualdad y al respeto de la dignidad humana. Las Leyes en relación al matrimonio y las familias no pueden contradecir estos artículos porque sería anticonstitucional.  
De aprobarse el matrimonio igualitario, las diferentes conformaciones de familias se ajustarían mucho más a la pluralidad de sexualidades, géneros y parentescos existentes en Cuba y debe acelerar los cambios del imaginario social en relación a la erosión del patriarcado como ideología opresiva. Dichos artículos también ofrecen nuevas potencialidades de robustecer la sociedad civil en relación al activismo social por la equidad de género, por la no violencia y contra las discriminaciones.  
La definición de matrimonio se inserta en un conjunto de artículos incluidos en el anteproyecto Código de las Familias. Este ha sido un proceso de muchas décadas, que asumo se actualice en relación al Derecho de Familia. El Proyecto de Ley Código de las Familias requiere ser consultado con el soberano, pero su aprobación debió estar a cargo de los legisladores en la Asamblea Nacional, de manera que no se omitan las principales modificaciones que se propongan por la población y al mismo tiempo se respeten las cuestiones inherentes a la garantía y protección de los derechos humanos y la no violación de los artículos constitucionales referentes a la igualdad y al respeto de la dignidad humana. 
Se conoce que será sometido a votación por la población el proyecto final, después de la consulta popular y del debate parlamentario, cuestión decidida por el Parlamento a punto de partida de la propuesta de algunos de los miembros más jóvenes de la Comisión para la Reforma Constitucional. 
Sería anticonstitucional aprobar una figura jurídica diferente al matrimonio heterosexual porque se estaría sosteniendo un privilegio que hace siglos no es asunto de las Iglesias sino una cuestión secular a cargo del Estado, y al seguir la norma heterosexual se estaría incurriendo en la violación de los artículos referentes a la igualdad. 
La aprobación del matrimonio igualitario como Decreto Ley es otra de las opciones, pero haría un flaco favor a la tradición de intentar construir una República bajo el dictado de decretos leyes. Reitero, el soberano debe ser consultado y es responsabilidad del Estado y la sociedad civil de crear las condiciones apropiadas para un debate amplio, con participación de todos los actores sociales, basado en el respeto, el diálogo, sin fundamentalismos, ni discriminaciones de ninguna índole. [Santos Suárez, 26 de mayo de 2020]

No parece suficiente



Obsesiones homofóbicas o Verde, verde, maduro


Muchos se preguntan la razón por la que algunas personas tienen una obsesión con las personas homosexuales, lesbianas, bisexuales y trans. Cuando uso el término obsesión me refiero a ideas, afectos y acciones negativas, dañinas para sí y para los demás, que son persistentes o al menos recurrentes.

La homolesbotransfobia, rayana con lo enfermizo, es un asunto complejo que opera a nivel psicológico y que se canaliza en el entramado de las relaciones sociales. Por lo tanto, este sistema de pensamiento está atravesado por un sistema de valores morales que imponen las ideologías, la política, las creencias religiosas, las tradiciones, entre otras.

Espero me excusen por usar un término casi impronunciable, pero es necesario mencionar casi todas las identidades, no por sonar más inclusivo, sino porque la homofobia, la lesbofobia y la transfobia tienen matices y elementos distintivos que permiten delinearlas, estudiarlas y enfrentarlas.

Una de las expresiones más complejas en las que opera la homolesbotransfobia son en aquellos sujetos que no aceptan internamente su homosexualidad. Esa lucha interior, que devora, oprime y genera tanta infelicidad, puede expresarse en violencia hacia las personas con géneros y sexualidades no heteronormativas. 

Esos sujetos enclosetados pueden ser muy peligrosos cuando combinan liderazgo, masculinidad tóxica (hegemónica) y poder. Se erigen ellos en estrategias de acoso en las familias, las escuelas y, sobre todo, en el ambiente laboral.

En mi experiencia los he tenido cerca y los he enfrentado, sin condescendencias ni pausas. Mi gaydar (del inglés gay radar) se activa en estos casitos de obsesión desmedida. 

Aunque no me gustan los perfiles psicológicos, puedo identificar que son personas agrias, rígidas, aparentemente respetadas por la mayoría (más que respeto, se les teme), aparentemente mujeriegos y en el caso de las mujeres, en su mayoría no tienen pareja, son centradas en el trabajo y en hacerlo todo bien para encajar a toda costa. Todas estas personas tienen en el fondo un miedo atroz a ser descubiertas, por eso señalan, acusan, persiguen y acosan; se adscriben una autoridad moral que luce y suena convincente.

Me atrevo a afirmar que muchos de las personas que no ocultamos en la actualidad nuestros deseos eróticos ni nuestras identidades, hemos interiorizado la homofobia durante el proceso de salir del armario heterosexual opresivo. Si algo aprendemos desde edades muy tempranas son las discriminaciones. De hecho, nos constituimos en sujetos sociales desde la negación de lo que no somos.

Dentro de los grupos humanos históricamente marginados también se interioriza esta homofobia, así tenemos a muchas personas LGBT que son homolesbotransfóbicas. Por eso es tan peligroso convertir el orgullo de pertenencia a una identidad afirmativa pero que discrimina a otros grupos marginados.

Las personas con creencias religiosas son también un ejemplo de grupo social históricamente marginados. La historia de las religiones está plagada de muerte, persecuciones y discriminaciones. 

Las Iglesias protestantes evangélicas lo saben muy bien. El ecumenismo no ha sigue siendo una utopía en los tiempos que corren. En la medida que dichos grupos han accedido al poder político y han aumentado su membresía han desplazado en influencia a sus antiguos perseguidores: los cristianos católicos.

En algunas de estas Iglesias evangélicas se reconocen en Cuba personas y grupos que tienen una especie de homo-obsesión misógina con el movimiento feminista, las personas LGBT y las políticas de Estado que ellos consideran una ideología de género. 

Las declaraciones y acciones de estos grupos no versan sobre la pobreza creciente, las inequidades sociales, la precariedad económica y otros serios problemas que enfrentamos. En los momentos de mayores problemas su silencio es acusatorio. Así funcionan las ideas conservadoras en el Mundo entero. Los ejemplos están disponibles en Google. 

Cuando se trata de las familias, el aborto, las identidades trans, los derechos de las personas LGBT, estos grupos neoconsevadores arremeten contra sujetos, hermanos religiosos progresistas, grupos sociales específicos, colectivos políticos y contra el Estado. Se alinean sin ambages con la derecha neoconservadora.

Estos paladines fundamentalistas padecen de una homo-obsesión matizada con una ignorancia supina sobre las ciencias puras y las humanidades. Las personas entendidas me dicen que su hermenéutica bíblica deja mucho que desear. Identifico en algunos una obsesión patológica que me recuerda a personas enclosetadas, que abrazan la religión para “salvar sus almas”. 

En las redes sociales es fácil identificar a algunos sujetos así. Ellos hablan de amor, pero se leen mentiras, manipulaciones de datos científicos (jamás citan las fuentes), una intención deliberada de dañar, excluir, injuriar, difamar, despreciar y acosar.

Muchos colegas están, con razón, preocupados. Mi opinión es que hay que ocuparse. Jamás espero que el Estado/Partido frene a estas personas. En este aspecto en lo particular me parece estar viviendo en un país que sigue la Primera Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos (sobre libertad de expresión) con más cuidado que los artículos de la nuestra que reconocen el derecho a la igualdad y al respeto de la dignidad humana. [Santos Suárez, 2 due octubre de 2020]

Blasfemias neoconservadoras más frecuentes de la semana

En los infelices intercambios más recientes en las redes sociales sobre los fundamentalismos religiosos en Cuba he identificado algunas blasfemias y bulos sobre las personas LGBT y las políticas del Estado Cubano sobre sexualidades y géneros.

Aunque es una producción inacabada, pueden resultar útiles para desarticularlas con argumentos y con respeto. Aquí les va:

-Las personas LGBT hemos crecido en ambientes familiares inestables y carentes de amor (se refieren a ambientes de “Familias del Diseño Original”).

-Las personas homosexuales han sido víctimas de abuso sexual en la infancia. 

-Las personas LGBT “se revuelcan en excremento” (esta perla me la dijeron recientemente, pero Facebook no la consideró discurso de odio).

-La homosexualidad y la pedofilia tienen las mismas bases ideológicas (ya saben quién fue).

- Una “tortillera” no puede ser Pastora de una Iglesia. 

-La comunidad cristiana en Cuba tiene una posición unánime contra la homosexualidad y el matrimonio igualitario.

- La educación sexual en las escuelas impulsadas por el CENESEX es un acto de ¿pedofilia?

-Sólo existe la Ley de Dios y él nos juzgará (a pesar de los pesares, no entendieron qué significa el Poder Judicial en nuestro Estado.

-El Estado quitará el derecho a la Patria Potestad a través de la imposición de la ideología de género (¿les recuerda algo de la década de 1960).

-Los niños y niñas tienen que aprender la moral en la casa y los contenidos en las escuelas. (¿y el barrio?).

-Los niños y niñas no pueden tomar decisiones sobre sus cuerpos, para eso están los padres.

- El aborto es asesinato, al paso que vamos desaparecerá la especie.

-Las personas homosexuales viven menos por las enfermedades que transmiten la práctica del sexo anal. Esto último hizo que el autor se enterara en los comentarios que los heterosexuales adoran (sic) esta práctica.

-Las personas LGBT no pueden tener familias porque sus descendientes se trastornan (publicaciones de casos individuales y una serie de un científico religioso de la Universidad ¡de Texas!). En este apartado no se contrasta con un grupo control de la “Familia del Diseño Original” ni se toman en cuenta resultados de cientos de investigaciones multinacionales de hace más de 30 años. Vamos a leeeeer.

- Aman (sic) a las personas homosexuales y tienen que arrepentirse ante su Dios (que suerte, soy ateo).

-Fuego e infierno por los pecados de la carne (además de amor, claro está).

- Ser gay es un estilo de vida y una condición (esta última se usa en Medicina como sinónimo de enfermedad, recuerden, no hay palabras inocentes).

-El activismo LGBT en Cuba responde al Marxismo “Cultural” (bueno, no tan homogéneo, pero al menos no nos dicen neoliberales ni fascistas, ni repetimos las consignas de Trump)

Denuncia vs. Danay Suárez por delito contra el honor de las personas LGBTIQ

Entrada publicada en mi blog de Facebook en Junio de 2020

Hoy es un día importante para mi activismo por los derechos sexuales. Con el contrato de un abogado, realicé una demanda de querella criminal por el delito de injuria perpetrado por Danay Suárez Fernández. El proceso debe tomar curso en la Sala Primera de lo Penal en el Tribunal Provincial de La Habana.

Ojalá no tuviera que escribir esta entrada, pero las personas deben asumir sus responsabilidades jurídicas cuando lesionan el honor de otras personas. Las disculpas públicas no son suficientes, tampoco nuestros lamentos, ya añejos por los siglos y siglos de acoso, persecusión y odio. La reparación de daños es también parte de las políticas equitativas. 

Hoy he abogado por la restauración de mis derechos y de las personas lesionadas y al mismo tiempo he utilizado las herramientas educativas aprendidas durante 18 años de activismo por la justicia social. Mi demanda puede ser vista como "inusual" en el contexto jurídico, por tal motivo hice uso de mis heramientas educativas para que los operadores del Derecho comprendieran las razones que me llevaron a tomar esta decisión. Ante una abogada de lo Civil y otro de lo Penal, apelé a comparar dicho crimen con los delitos contra el honor por estereotipos racistas, donde el color de la piel y los rasgos físicos pueden generar expresiones contra el honor de las personas no blancas. También me extendí sobre la pedofilia, nuestros antecedentes históricos penales de aplicar sanciones más severas en caso de abuso sexual homosexual (hasta 1997), el uso de antiguos códigos criminológicos lombrosianos para identificar perfiles delictivos en relación a la sexualidad y la racialidad, así como los límites de la libertad religiosa. 

A continuación anexo mi descargo oficial por escrito y la copia del contrato.

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La Habana, 17 de junio de 2020

A: Organización Nacional de Bufetes Colectivos


La ciudadana cubana, Danay Suárez Fernández, natural de El Cerro, La Habana, reprodujo el 13 de Junio pasado, en su página oficial de Facebook, un texto de Dayis Arizmendi titulado a «A mi generación». 

En el texto que Danay suscribe (ver documento anexo y captura de pantalla), se iguala la orientación sexual a la Pedofilia. Esta última se considera un trastorno psicosexual, de acuerdo a la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11) de la Organización Mundial de la Salud. 

Las personas pedófilas que, desde su atracción sexual por menores de edad llevan a cabo sus actos, incurren en un delito según la Ley Penal en su título 11 Delitos contra el normal desarrollo de las relaciones sexuales y contra la familia, la infancia y la juventud.

Danay es persona pública por ser cantante de Rap y Hip-Hop, con reconocimiento nacional e internacional. Su posicionamiento al publicar el mencionado texto, consiste en incluir a las personas homosexuales y bisexuales bajo las mismas bases ideológicas, que desde su perspectiva religiosa evangélica fundamentalista, denomina «ideología de género». 

Desde sus creencias cristianas, la cantante ha defendido en la Televisión Nacional y el Festival Viña del Mar, en Chile, su oposición al aborto, con toda la prerrogativa que le asiste el derecho a la libertad de credo. 

Sin embargo, en esta ocasión iguala a la homosexualidad con la Pedofilia, lo cual constituye un acto difamatorio, discriminatorio y es un ultraje a las personas homosexuales masculinas y femeninas cubanas. Dicho acto irresponsable constituye un delito contra el honor de un colectivo de personas que produce daños morales al afectar su reputación social, rebajarlo en la opinión pública o exponerlo a perder la confianza requerida a nivel político y social. 

Dicho acto también viola el artículo 42 de la Constitución de la República de Cuba referente a la igualdad, donde incluye entre las causales a la no discriminación por orientación sexual. También se viola el artículo 45 que se refiere a la limitación de los derechos (en este caso de expresión y credo) al infringir en la violación de los derechos de las personas con orientación sexual homosexual y bisexual. 

Desde el marco legal contemplado en el artículo 99 de la Constitución vigente, en la que se establece el derecho a reclamar ante los tribunales la restitución de los derechos y la consecuente reparación moral, más los artículos mencionados en la Ley Penal, solicito representación legal para llevar a cabo dicho proceso.


Cordialmente,


Alberto Roque Guerra



5/13/2019

Sobre el 11M, nuestros derechos y desafíos

Me he tomado un tiempo para reflexionar sobre los hechos lamentables que han ocurrido durante la 12 edición de la Jornada contra la Homofobia. Me detengo en este momento con la convicción de que no es un debate acabado.
Soy fundador de las Jornadas Cubanas contra la Homofobia, en los  tiempos en que ya había madurado en mí la idea de que todo el activismo en relación a los derechos sexuales es político;  por lo tanto,  estará  siempre atravesado por valores e ideologías  políticas específicas. Quien no se sitúe desde este ángulo peca por ingenuidad o pretende manipular la compleja realidad.
Ninguna lucha ideológica  está exenta de contradicciones y el complejo proceso de construcción  de consenso  político  (si es que eso es posible entre cubanas y cubanos) siempre tiene avances y retrocesos.
La marcha no autorizada por el gobierno el pasado 11 de mayo no se produjo únicamente por suspensión por el Estado/Partido de la tradicional conga incluida en los programas de las Jornadas  cubanas contra la homofobia. Los antecedentes y las coyunturas que percibo son:
1. Interlocución vertical y legitimidad únicas del liderazgo CENESEX por parte del Estado/Partido en la lucha contra la homofobia.
El miedo obsesivo y pernicioso por parte del Estado/Partido al liderazgo horizontal y al surgimiento  de grupos LGBT dentro de la sociedad civil colisiona con una gradual toma de conciencia de la ciudadanía sobre los derechos sexuales como derechos humanos. La formación de activistas por parte del CENESEX y las Jornadas Cubanas contra la homofobia han generado una masa crítica de activistas que desborda los espacios institucionales y desafían las doctrinas de control del pensamiento y acción que desde allí se generan. También existen muchas personas de bien que son activistas sin haber estado vinculados a institución alguna.
Desde que  un grupo de activistas introdujimos los Principios de Yogyakarta en 2007, su uso se ha extendido para abogar por políticas no discriminatorias por orientación sexual e identidad de género, acorde a la legislación internacional de derechos humanos. La heterogeneidad de estos grupos incluye muchas posiciones ideológicas que fluctúan entre marxistas radicales, socialdemócratas burgueses, anarquistas y neoliberales y neoanexionistas. También aparecen los mercenarios de siempre que le sirven a cualquier ideología. Para la visión monocroma del Estado/Partido y sus instituciones estas personas no son más que contrarrevolucionarios y se criminaliza cualquier iniciativa que de ellos surja, a nombre de la unidad nacional. No se toma en cuenta que salvo los neoliberales, los anexionistas y los mercenarios, existen muchas personas progresistas que harían avanzar, desde la sociedad civil organizada, las políticas públicas antidiscriminatorias.
Las detenciones arbitrarias, la represión violenta, la censura y el descrédito ni son revolucionarias ni se adhieren a los principios martianos de una República, tal y como se ha refrendado en la reciente Constitución.
2. Las Jornadas Cubanas contra la Homofobia y la Transfobia han perdido su carácter político y su capacidad de interlocución con las personas con sexualidades y géneros no heteronormativos.
Desde las primeras ediciones surgieron las tensiones en concebir este espacio como celebración o conmemoración política y revolucionaria. El resultado ha sido la celebración y el acercamiento peligroso a la banalidad y a lo que precisamente se ha querido evitar: convertirla en una marcha del orgullo gay cubano con fuerte inspiración clasista y neoliberal. Sin dejar de reconocer que el orgullo por nuestra identidad es una actitud política,  la conga en sí misma ha desvirtuado ese significado y el desfile de sus líderes en automóviles descapotables  de color rosa, las carrozas, el ambiente carnavalesco y la extraña participación  de emporios transnacionales como Google (en la edición 11) son sólo algunos de los elementos más notorios de este punto.
La suspensión de la conga el pasado 11 de mayo y el cambio de la fiesta a la misma hora que tendría lugar la marcha no autorizada, fue una maniobra muy contrarrevolucionaria e irresponsable. La alta participación en la marcha y el seguimiento en las redes sociales por parte de los participantes en la fiesta de lo que acontecía en el Padro hablan por sí sola de la fragmentación y la violencia que pudiesen haberse evitado.
El desfile de más de cien personas, de forma pacífica y coreando consignas a favor de los derechos sexuales y de reconocer los derechos para toda la ciudadanía, sin que se produjeran expresiones contrarrevolucionarias por el paseo del Prado, alejan las declaraciones no fundamentadas (como las que acompañaron la suspensión de la conga) de que la marcha se organizó desde Miami. Lo que sucedió al final, con la burda represión policial y la detención de cuatro personas fue una provocación alejada del sentido de la marcha. Se aprovechó la presencia de los medios y se desencadenaron los lamentables hechos que ahora circulan en las noticias.
Por otra parte, hace más de 6 ediciones que no se producen en La Habana los ricos intercambios públicos con las personas LGBT. Los discursos escritos, la introducción  de otras causas justas pero sin el convencimiento de las personas asistentes, han lastrado la participación  ciudadana. Tal pareciera que música,  cuerpos semidesnudos, transformismo y bailar en la conga son el objetivo fundamental. Lo esencialmente político se ha enclosetado a espacios académicos donde nos cocinamos en la misma salsa.
3. El Estado/Partido ha negociado con los derechos por orientación sexual e identidad de género de forma pendular.
Este punto es también complejo. Sin lugar a dudas, el CENESEX, el liderazgo de su directora Mariela Castro y la voz de numerosos activistas han contribuido a situar los derechos de las personas LGBT en las agendas políticas y en los discursos  de derechos humanos en Cuba. Sin embargo, en el contexto internacional se han mostrado posiciones pendulares.  En 2010 nuestro Estado/Partido tuvo que rectificar su voto en Naciones Unidas cuando se alineó a países del tercer mundo que condenan la homosexualidad con pena de muerte y no la consideraban como causal de ejecuciones extrajudiciales. Desde entonces, nuestros representantes se han ausentado en varias votaciones sobre derechos LGBT, sobre todo en el ECOSOC.
Desde 2011 a la fecha se reconoce la necesidad de eliminar todas las formas de discriminación por orientación  sexual e identidad de género en documentos emitidos por el Estado/Partido que incluye los Estatutos del Partido Comunista  de Cuba y la Ley Código de Trabajo. Sin embargo, desde 2012 a 2013 se generaron serias tensiones por los discursos públicos de numerosos activistas asociados al CENESEX sobre las políticas pendientes, incluyendo el matrimonio  igualitario.  Sobre este  asunto la propia directora del CENESEX ha mostrado opiniones variables de acuerdo a las coyunturas. Su discurso finalmente se perfiló a favor del matrimonio igualitario durante el debate del proyecto  constitucional. Posteriormente supimos que en el mismo periodo la Iglesia Católica había  sido la mediadora en el restablecimiento de las relaciones diplomáticas  entre los gobiernos  de Cuba y Estados Unidos. En este punto parafraseo al Apóstol: en política lo más importante es lo que no se ve.
Más recientemente, la eliminación del artículo 68 que abría la posibilidad en el Proyecto Constitucional de reconocer al matrimonio igualitario, fue un guiño cómplice del Estado/Partido a los grupos religiosos fundamentalistas, que han tomado fuerza en Cuba y gozaron de toda libertad para manifestarse en contra del mencionado artículo. Mientras tanto,  mantuvieron un férreo control de los activistas asociados a la institución y  no se permitieron acciones de calle contra los discursos de odio religiosos y fundamentalistas. Han pasado los primeros tres meses desde la proclamación de la Constitución y no se percibe ni debate ni acciones concretas para dar cumplimiento a las leyes complementarias que definen la aprobación del Código de Familia en el plazo de dos años. La aprobación de dicha Ley será llevada a referéndum, gracias a las decisiones de nuestros representantes, expertos en dictar políticas a través de decretos leyes en agendas que les son perentorias.
Hago notar que las iglesias cristianas han estado demasiado tranquilas durante la presente jornada, aunque sabemos de buena tinta que muchos de sus proselitistas estuvieron en las inmediaciones de la fiesta organizada por el CENESEX haciendo su trabajo ideológico fundamentalista.
4. La marcha del 11/5 marca un hito histórico en la construcción de un movimiento LGBT cubano
Depende. No es la primera marcha no autorizada. Le anteceden algunas acciones a finales de 1990, la boda entre una persona transexual y un hombre gay y otros intentos poco populares que estaban marcados por intereses de subvertir el orden. La mayoría de esos activistas sin convicción están en los Estados Unidos gracias a las gratificaciones de sus amos políticos. No perdamos de perspectiva que tenemos muchos más acá que harán lo imposible por torpedear todo intento de organización civil que dialogue con el Estado/Partido.
También tenemos ex activistas que viven ahora en el exterior, que son patriotas y quieren seguir participando en la construcción de una Nación soberana y tienen todo el derecho a hacerlo.
Algunos han dicho que lo sucedido el sábado se compara a Mayo del 68 en Paris. Otros han evocado la Rebelión de Stonewall*, cuyo legado ha sido tomado como referente global pero desvirtuado por generarse un movimiento LGBTI universalmente clasista, elitista y que reproduce las esencias de mercado y de dominación patriarcal de la opresión heteronormativa. De hecho en muchos países se ha intentado fundar movimientos y praxis antisistema que se alejan de la derechización ideológica y de la banalización política y comercial del movimiento LGBTI internacional.
Lo que suceda de ahora en lo adelante dependerá de la concertación de acciones y de los aprendizajes que emanen de estas experiencias. La permanencia en vigor de una Ley de Asociaciones limitante y subsumida en la retórica de plaza sitiada más los frágiles mecanismos de participación ciudadana lastran  estas acciones.
Algunos miran la marcha como asunto de ganadores y perdedores y centran su activismo en la oposición al CENESEX y a Mariela Castro. Con esa visión tan estrecha tampoco se puede avanzar mucho. Tener una institución gubernamental que se ocupe de esos temas es necesario, pero eso no limita que se reconozca el derecho a las personas LGBT a autoorganizarse como parte de la sociedad civil, con capacidad de participar y de interpelar las políticas.
La marcha del 11/5 también refleja que Cuba no es Paris del 68 ni Nueva York del 69. Una buena parte de la participación política y el ejercicio de los derechos civiles se hacen en las redes sociales. La convocatoria se hizo viral y a pesar del desenlace final, la gente acudió a expresar sus posiciones en relación a este tema. Decir que todos fueron engañados o confundidos es un desprecio a la inteligencia de las personas y al mismo tiempo debemos tener mucho cuidado sobre a quién (o a quienes) se beneficia con resultados ajenos a nuestras luchas.
Por otra parte, a los que se crean dueños de la Revolución y del pensamiento les informo que en la sociedad cubana ha ocurrido un cambio de época.  Cumplan con la Constitución y devuelvan la Revolución. [Santos Suárez, 13 de mayo de 2019]
*El bar Stonewall Inn fue el epicentro de una rebelión de hombres homosexuales y personas trans contra el acoso de la policía en la ciudad de Nueva York en 1969. En Junio se cumplirán 50 años.

12/10/2018

Derecho humano a la expresión sexual

Antes de que concluya el Día de los Derechos Humanos quiero dedicar esta entrada a la expresión sexual como derecho humano. Por eso me dirijo a aquellas personas que:


  • han tenido la fuerza y la valentía de salir de los armarios, de mostrar su sexualidad y sus expresiones de género sin miedo al que dirán y a contrapelo de los dictados heterosexistas de la cultura y las instituciones,
  • han sufrido discriminación y rechazo por sus familiares, han perdido amigos y han disuelto sus vínculos amorosos por mostrarse tal cual son en relación a su sexualidad,
  • el dolor por estas pérdidas ha sido un punto de partida para retomar el rumbo de sus vidas a plenitud,
  • han dejado de sentir verguenza por transgredir las normas heterosexistas y se han erigido como ejemplo moral ante su familia y la sociedad,n
  • no están entre nosotros físicamente por cometer suicidio, o ser víctimas de la violencia machista por su orientación sexual o identidad de género; y a los que han muerto víctimas del Sida,
  • practican el poliamor o pactan relaciones no monogámicas, contrarias a los rígidos dictados de la heterosexualidad dominante, 
  • se oponen a las clasificaciones sexuales y de género y practican su derecho a nombrarse a sí mismo,
  • no se incluyen en las políticas públicas o son ninguniedos por las iglesias por su sexualidad o su género,
  • que modifican sus cuerpos con entera libertad, de acuerdo a sus vivencias personales en relación a la sexualdiad y el género,q
  • que se atreven a decir ¡basta de violencia, odio y discriminación! y toman conciencia política de su cuerpo y su sexualidad.

Ssntos Suárez, 10 de diciembre de 2018

5/09/2018

Acoso escolar por orientación sexual e identidad de género

El pensamiento feminista nos ha dicho hace mucho tiempo que lo personal es político.  Por eso, al ser yo un sobreviviente del acoso escolar homofóbico, para mí tiene un significado especial participar en un evento de este nivel. Aunque por esa y otras razones también he sentido el peso del acoso en momentos posteriores de mi vida, las vivencias de mi infancia y la adolescencia me dieron herramientas para expresar plenamente mi sexualidad y luchar por la libertad sexual de las personas.

Sobrepasado este preámbulo quisiera agradecer a la Dra.C. Yoanka Rodney la posibilidad de participar en un panel que trate el tema del acoso escolar y al mismo tiempo pedir disculpas por la referencia de carácter personal que encabeza mi ponencia.

El acoso escolar por orientación sexual e identidad de género es un fenómeno multidimensional que debe ser visto de forma holística y transdisciplinaria.

En esta ocasión me referiré primeramente a algunas dimensiones teóricas en relación al género desde una perspectiva de derechos humanos, que matizados críticamente con elementos bioéticos, guardan relación con el acoso escolar.

El uso del enfoque bioético y derechos humanos obliga, en un segundo momento de mi intervención, a pasar de la reflexión crítica al esbozo de elementos biopolíticos de intervención en las políticas públicas.

La homofobia y sus variantes específicas son una de las formas en que se expresa el acoso escolar. El rechazo, la exclusión, la humillación y las agresiones físicas reiteradas hacia las y los escolares que muestren expresiones de género diferentes al sexo asignado o  hacia la demostración de elementos identitarios homosexuales o bisexuale, son las formas en que se manifiesta el acoso escolar por estos motivos.

Aunque pueden combinarse con otros estigmas (color de la piel, origen geográfico, creencias religiosas, rasgos morfológicos) en el acoso homofóbico y transfóbico  quien acosa y su víctima tienen una relación basada en asimetrías de poder, que en el caso de la sexualidad y el género se asientan sobre una matriz heterosexual dominante, legitimada por la cultura, la moral y las instituciones.

En dicha relación las y los acosadores devienen en policías del género, representantes del poder heteronormativo que la víctima termina aceptando. A decir de Bourdieu[1], dicha relación se articula desde una relación de violencia simbólica donde la opresión es concebida como natural e inevitable, pero en muchas ocasiones evoluciona hacia una escalada de hechos discriminatorios y vejatorios capaces de aniquilar a la víctima.

Dicho poder heteronormativo descansa en las bases ideológicas de la dominación masculina, que también es ejercida por las niñas y las adolescentes cisgénero. Sus bases se ubican en un sistema sexo-género-deseo lineal, esencialista y binario, que toma como punto de partida a las características biológicas que definen la categoría sexo y desde el guión cultural del género se le atribuyen significados subjetivos, sociales y políticos estratificados en poder.

Así se configuran los mandatos culturales que persiguen fines reproductivos en relación al deseo erótico heterosexual. Todas las variantes que ponen en tela de juicio dicho sistema heteronormativo conllevan a descalificar a las y los infantes que expresen un género diferente al asignado o que con el advenimiento de la pubertad comiencen a mostrar inclinación hacia personas de su mismo género. El acoso escolar se convierte así en una operación perversa y violenta que pretende aniquilar a los raritos, a los indeseables por la cultura o por los valores morales que nuestra sociedad jerarquiza en una escala axiológica de higiene social.

Resulta notable que desde las edades preescolares y hasta el comienzo de la adolescencia el acoso se expresa como trasgresiones de género. La condena a los infantes «afeminados» o hacia aquellos que se identifican con roles o expresiones de género transgenéricos comienza desde los espacios familiares y comunitarios para canalizarse en las escuelas.

Cuando las expresiones de género trans son profundas y sostenidas (niñas y niños trans) las relaciones interpersonales con sus pariguales producen síntomas disfóricos que tienen un profundo impacto deletéreo en su desarrollo psicosexual. En nuestro país esta es una realidad silenciada y desatendida, salvo algunos servicios aislados de la salud mental.

Según algunas series internacionales publicadas, la mayoría de estos individuos no llegan a ser personas transexuales en el futuro, sin embargo, no se ha valorado el impacto psíquico que dichas hechos provocan[2].

El análisis de la categoría sexo es aún más complejo y silenciado en el contexto del acoso escolar. Se conoce que no es una categoría naturalmente estable y que pueden observarse variabilidad en sus expresiones que no son patológicas. Los infantes intersexo, al no tener una genitalidad inteligible, son víctimas de un pacto de silencio impuesto por sus progenitores y los profesionales de la salud. Durante la edad escolar y la adolescencia se les somete a cirugías de corrección genital sin que se tengan la capacidad de consentir sobre las intervenciones sobre sus cuerpos. Dicha violación del principio bioético de autonomía se agrava con los potenciales ataques de otros educandos cuando el sexo asignado a los individuos con ambigüedad genital no coincide con la identidad de género sentida por el infante.

Otros aspectos importantes en la dimensión intersubjetiva del bullying homofóbico y transfóbico son las percepciones y valores morales de las y los educadores en relación a la heteronormatividad.

La deficiente formación con enfoque de género del profesorado contribuye a empeorar el acoso escolar, que además de no reconocer a los grupos de educandos vulnerables, no cuentan con herramientas para la prevención y protección de las víctimas. De hecho, si las concepciones de género de las y los educadores son binarias, reproductivas y heteronormativas se corre el riesgo de legitimar el bullying por orientación sexual e identidad de género. 

A este panorama se asocia la dimensión institucional de la homofobia que parte de la ausencia de políticas de Estado que reconozcan la diversidad de expresiones de género y de construcciones del deseo erótico, el enfoque positivista, paternalista, verticalista y esencialista de los modelos pedagógicos, el no respeto de la autonomía de las y los infantes como legítimos sujetos de derecho y la no promoción del desarrollo del pensamiento crítico y de la participación de acuerdo a cada momento del desarrollo vital.

Tampoco se promueve efectivamente una educación en valores que con su componente bioético interrelacionaría los principios de pluralidad, responsabilidad, respeto de los grupos vulnerables, equidad y no estigmatización y no discriminación.

Resulta notable que el Programa Nacional de Educación Sexual, redactado desde 1972, no haya sido implementado de forma transversal en el Sistema Educativo y que en fecha tan reciente como 2011 se cuente con la Resolución Ministerial 139 «Programa de Educación de la Sexualidad con Enfoque de Género y de Derechos Sexuales en el Sistema Nacional de Educación»[3]. Dicho documento normativo es amplio y ambicioso en su alcance, pero en nada se refiere al acoso escolar, su tipificación, prevención y abordaje.

Aunque se evidencian cambios favorables en relación a la homofobia y la transfobia escolar, el escenario actual en que el Sistema Educativo ejerce sus funciones es complejo puesto que según López Bombino  en relación a los valores, a nivel global se evidencia una crisis del sentido, de las expectativas y de los proyectos de vida, una incongruencia entre el discurso verbal y el comportamiento moral efectivo, un crecimiento de la apatía, de la desconfianza y del afán de lucro, un crecimiento vertiginoso de la marginalidad conductual, falta de comunicación familiar y de modelos y ejemplos y una imposición de gustos estéticos mercantiles[4]. Dicho panorama global de crisis de valores Lipovetsky [5] lo definió como ética indolora. Nuestro país no está exento de ello.

Sin embargo, la educación en Cuba cuenta con suficiente capital humano y experiencia para retomar los valores morales que permitan una formación integral de ciudadanos libres de estigma y discriminaciones. Se requiere descolonizar el pensamiento y tomar referentes de la educación popular y del legado axiológico de Martí, Luz, Varela y Freyre.

La escuela podrá ser un espacio seguro si se desaprende a discriminar y si las relaciones entre educandos se basan en la empatía y el respeto a la dignidad humana. Uno de los retos es que su alcance llegue a la comunidad y se integre a acciones de participación real de acuerdo a las necesidades concretas de esta última.

A la vez, mientras no se produzcan cambios positivos en el imaginario colectivo en relación a las discriminaciones deben establecerse políticas de protección a los grupos vulnerables al acoso escolar en todas sus manifestaciones.

La enseñanza debe apropiarse de un enfoque de género no binario y de derechos humanos,  tanto a nivel de la formación del profesorado como de las y los educandos. También deben desarrollarse las habilidades y competencias que permitan tener un enfoque crítico a los esencialismos sexuales y de género, aún y cuando la cultura dominante y la familia no coincidan totalmente con sus postulados. Desde el punto de vista ético son los mínimos para la construcción de una moral civil y de los máximos en relación a la felicidad y la realización individual de cada persona[6] en cuanto a su orientación erótica del deseo y su identidad de género.

La educación en la sexualidad es un derecho humano que debe ser respetado, enmarcado en el derecho a la educación, contenida en la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño y en las normativas y leyes cubanas vigentes. También se aplican la necesidad de garantizar otros derechos relacionados: derecho de los niños a expresar su opinión y a ser escuchados, derecho al cuidado y la protección y el derecho a la protección contra toda forma de discriminación.


[1] Bourdieu, P., & Jordá, J. (2000). La dominación masculina. Barcelona: Anagrama. 
[2] Ehrensaft, D. (2011). Gender Made, Gender Born:  Raising Healthy gender-nonconforming children. New York: The Experiment y Cohen-Kettenis, P. T., Owen, A., Kaijser, V. G., Bradley, S. J., & Zucker, K. J. (2003). Demographic characteristics, social competence, and behavior problems in children with gender identity disorder: A cross-national, cross-clinic comparative analysis. Journal of Abnormal Child Psychology, 31(1), 41-53.
[3] MINED (2012). Programa de educación de la sexualidad con enfoque de género y derechos sexuales en el sistema nacional de educación. Resolución Ministerial 139/2011, La Habana.
[4] López Bombino, L. (2012). Entre la ética de la ciencia y la bioética: problemas y debates actuales. Félix Varela. La Habana p. 225
[5] Lipovetsky, G., Richard, B., & Moya, A.-P. (2008). La sociedad de la decepción (Vol. 127): Anagrama.
[6] Gracia, D. (1989). Fundamentos de Bioética (pp. 576). Madrid: Eudema (Ediciones de la Universidad Complutense).

1/17/2018

Reforma constitucional cubana y futuros escenarios en la formulación de políticas: envejecidas y nuevas propuestas sobre los derechos de las personas con sexualidades no heteronormativas


1. Hacer explícito en el artículo 42 de la Constitución de la República la no discriminación por orientación sexual e identidad de género.
2.Garantizar el marco constitucional para la promulgación de una Ley que condene explícitamente la discriminación por orientación sexual e identidad de género en el Código Penal Cubano, incluyendo la incitación al odio, que garantice una plena protección de las personas LGBT en Cuba.
3. Propiciar el marco constitucional para la definición de crímenes de odio, incluyendo su prevención y penalización.
4. Aprobación del Código de Familia y la Ley civil a favor del reconocimiento de las parejas del mismo género, con garantías de todos los derechos ciudadanos, incluso de la adopción.
5. Modificar los reglamentos de los cuerpos armados que permita una plena garantía a la participación de personas no heterosexuales y transgénero en la defensa de la patria.
6. Reformular las políticas hacia la población penal con sexualidades y géneros no heteronormativos así como a las personas seropositivas al VIH.
7. Retirar del Código penal los artículos en relación a la peligrosidad predelictiva y eliminar la figura de pederastia con violencia (incluirla como violación, independientemente del género de la víctima y el victimario).
8. Implementar el Programa Nacional de Educación Sexual a todos los niveles de enseñanza, con énfasis en los principios de igualdad y no discriminación.
9. Implementar leyes específicas que garanticen la protección y reconocimiento de los derechos laborales de las personas con sexualidades y géneros no heteronormativos.
10. Aprobar una Ley de Identidad de género, con pleno reconocimiento de la identidad de género con la que la persona se identifica, independientemente a la realización de la Cirugía de Reasignación Sexual, en el cual el proceso de cambio de identidad se garantice mediante proceso administrativo.
11. Garantizar el derecho al acceso a la atención de salud de las personas trans, sin necesidad obligatoria de valoración psicológica ni de castración hormonal y quirúrgica, así como la descentralización de dichos servicios.
12. Implementar una política informativa sistemática que permita educar a la población en el disfrute de una sexualidad plena, basada en la igualdad y la no discriminación.
13. Participación pública y activa de los decisores políticos en el respeto a los derechos de las sexualidades y géneros no heteronormativos.
14. Garantizar el acceso a los procedimientos de reproducción asistida, para mujeres y para hombres, sin necesidad de especificar su orientación sexual, identidad de género o estado civil.
15. Crear un observatorio contra las discriminaciones, que lleve un registro de hechos de este tipo y donde la población pueda acudir, lo cual podrá ser de gran ayuda para el Partido y el gobierno en la elaboración de políticas correctas en contra de estas manifestaciones en la sociedad.
16. Abrir la sociedad civil a organizaciones de la población LGBT, lo que permitirá dar respuesta oportuna a las necesidades de estas personas, facilitará su representatividad y visibilidad en la sociedad. Dicho apartado requiere una reformulación de la Ley de Asociaciones.
17. Redefinir el trabajo de las “Casas de Orientación a la Mujer y la Familia” para su reactivación y lograr nuevamente el papel social que le corresponde, sobre todo en el abordaje de violencia doméstica.
18. Enfocar el trabajo político ideológico desde la participación ciudadana comprendida en todas sus dimensiones, más allá de la mera consulta.
19. Incidir con mayor intencionalidad en erradicar el estigma y la discriminación como factores de riesgo y de vulnerabilidad para la transmisión del Vih Sida.
20. Eliminar las políticas de acoso y de «saneamiento social» parcializadas a la práctica de la prostitución femenina y penalizar al cliente cuando se demuestre coerción, violencia, intimidación o delito potencial de trata o tráfico humanos.
21. Implementar políticas para el mejoramiento de las condiciones socieconómicas de las personas que practican el trabajo sexual como forma de subsistencia, sin privación de su libre movimiento ni violación de otros derechos inalienables.