Espacio para debatir sobre sexualidad y diversidad sexual, con total apego a la equidad y al respeto a la dignidad humana
3/09/2017
Mujeres e ideología de género
silencios en relación a las féminas en la mayoría de los espacios y
contextos, quiero referirme a la ideología de género.
El término en cuestión, enarbolado por la Iglesia Católica Apostólica
y Romana, se refiere a los principios ideológicos que inspiran las
luchas de los movimientos de derechos humanos feministas y de las
personas trans.
El Estado Vaticano y sus dispositivos de poder bien engrasados
pretenden asirse con la peregrina idea de que la dominación masculina
es parte de una Ley moral natural. Es decir, las bases del patriarcado
y toda su carga maligna, violenta y excluyente no es ideología, es
natural, inamovible y justifica los crímenes pretéritos y presentes
contra las mujeres.
En tiempos pasados, ellas no tenían almas y eran consideradas brujas,
categoría específica para denominar y condenar su herejía, ahora son
negadas y demonizadas cuando transgreden ese orden «natural», que
descaradamente pretenden presentarlo como desideologizado.
El aborto y la transexualidad son las zonas más delimitadas como
blancos de la ideología de género patriarcal. Son temas recurrentes y
obsesivos sobre los cuales se construyen nuevos regímenes de verdad.
El tema del aborto ocupó recientemente algunos espacios noticiosos,
cuando la rapera cubana Danay Suárez recibiera el premio especial
Gaviota en el Festival de Viña del Mar de Chile. Además de cambiar la
letra de su canción (por el que sería automáticamente descalificada)
amplió su posición en contra del aborto durante sus palabras de
agradecimiento.
Suárez tiene todo el derecho a expresar su opinión y aunque ha nacido
y crecido en un país donde el aborto es legal y se garantizan los
derechos reproductivos de las mujeres cisgénero (no transgénero)
heterosexuales, fue laureada extraordinariamente desde basamentos
patriarcales y conservadores. Si esto no es ideología que alguien me
explique la excepcionalidad de este premio y por qué en Chile y en la
mayoría de los Estados que se autoproclaman laicos en la región el
aborto sigue siendo ilegal.
Aunque el periódico Granma y algunos sitios digitales se pronunciaron
favorablemente sobre el premio a la cantante cubana, no hicieron
mención a sus palabras. Quiero pensar que no lo sabían, que fueron
superficiales, pero ahora que lo saben me preocupa profundamente: la
rapera Danay Suárez no está sola en Cuba, las posiciones Pro Vida
(antiaborto) son más frecuentes de lo que creemos y están en todos los
niveles del tejido social cubano.
Resulta llamativo que exista todo un marco conceptual desde la
Bioética personalista (estandarte de la ideología cristiana,
fundamentalmente católica) que considera el comienzo de la vida humana
desde la concepción y en consecuencia al aborto terapéutico como
moralmente inaceptable. Dicho enfoque es muy fuerte en América Latina.
Hablando de silencios y omisiones cómplices es necesario destacar que
los opositores a la llamada ideología de género a nivel global y local
hacen mutis en relación a las muertes maternas durante el embarazo y
al parto y no está clara su posición ética sobre aquellas que son
víctimas de la violencia machista.
Aunque hasta el mismísimo Papa Francisco y la Bioética personalista
muestran preocupaciones serias y profundas en cuanto a la conservación
de la vida y el medio ambiente, jamás se refieren al papel de la
ideología de género patriarcal en la depredación ambiental, tal y como
lo plantea el ecofeminismo y sus diferentes corrientes.
Que nadie lo dude, la lucha por la equidad y los derechos de las
mujeres es ideológica. Las féminas son más que una clase social y debe
desarraigarse de la academia, de la cultura y de la política de todos
los atributos y roles que impliquen su subordinación natural al
patriarcado.
Cuando digo mujeres se hace extensivo a las mujeres migrantes, a las
mujeres de piel negra, a las mujeres transexuales, a las mujeres
lesbianas, a las que se resisten fluidamente a las asignaciones
culturales dominantes de lo femenino, a las trabajadoras sexuales y
también a los hombres. Porque no habrá equidad de género si no se
producen cambios profundos y radicales en todos los seres humanos.
Más que flores y homenajes sindicales y mediáticos formales a las
mujeres por el 8 de marzo, se requiere de cambios en el plano de las
ideas. [Santos Suárez, 9 de marzo de 2017].
1/25/2017
Prostitución, trata de personas y turismo sexual
Esta entrada será breve en virtud del poco tiempo que tengo con mis ocupaciones académicas y profesionales, pero no quiero dejar pasar por alto el tema tratado ayer en el programa Mesa Redonda de la televisión cubana.
Aunque en las páginas digitales Cubadebate (apéndice del programa televisivo de marras) y Cubasí y en el propio programa los titulares solamente mencionaron la palabra «violencia», el tema central fue la prostitución y la trata de personas.
Felicito a los panelistas y su conductora por poner «sobre la mesa» dicho tópico, tan evidente y la vez tan silenciado por los discursos políticos. Las reflexiones fueron serias, balanceadas y propositivas.
El tema de la prostitución, el tráfico humano y la trata de personas tienen implícito la violencia de género y coloca en situación de vulnerabilidad a las mujeres, a las niñas y también a los hombres que practican la prostitución.
Cuando el colega Manuel Vazquez Seijido se refirió a las cuestiones jurídicas sobre la prostitución en Cuba sonó bastante absoluto y farragoso cuando afirmó que en nuestro país no se criminaliza a quien ofrece el servicio. Esto es parcialmente cierto: no se penaliza en el Código Penal, pero en la práctica es una verdad escandalosa que criminaliza la práctica de la prostitución femenina.
En Cuba solamente se penaliza al proxeneta y las féminas que practican la prostitución, se les envía a centros de rehabilitación para su “reinserción” social, es decir, se les limita su derecho al disfrute de su libertad por políticas que no tienen basamento legal y que se ejecutan desde estrategias consensuadas entre el Ministerio del Interior y ¡la Federación de Mujeres Cubanas!
Esta doble victimización es aún más seria cuando las propias autoridades son permisivas con la práctica de la prostitución masculina. A ellos lo regresan a sus provincias (cuando este sea el caso) mediante otro decreto también discriminatorio que permite la deportación de los migrantes internos que no tienen residencia oficial en la capital.
Tradicionalmente, los estudios académicos sobre prostitución son censurados sin ambages, como si fuese algo de otro planeta o como si su tratamiento científico atentase contra la seguridad nacional.
En lo personal respeto el derecho de cualquier persona a utilizar el cuerpo para trabajar y para su sustento económico. Lo mismo hacemos con nuestras manos y otras partes del cuerpo, por lo que me parece hipócrita la condena moral cuando dicha actividad es sexual. En este particular deseo expresar que no siempre la persona que se prostituye no tiene acceso a un trabajo digno, pues conozco a profesionales y a trabajadores y trabajadoras que ejercen la prostitución. La Epidemiología le denomina eufemística y estratégicamente «sexo transaccional».
Sin embargo, existen límites sobre los cuales deben plantearse mínimos morales. La prostitución es una actividad organizada por y para beneficios de los hombres y se basan en la explotación violenta de mujeres cisgénero, mujeres trans y hombres (en nuestro contexto se les conoce como pingueros).
Dicha práctica se torna peligrosa por la vulnerabilidad que implica ser la única alternativa que tienen estas personas para subsistir y cuando se cercena la libertad, la equidad y la autonomía de quien ofrece el servicio.
No apoyo el término «trabajo sexual» propuesto por el movimiento feminista y adoptado en los discursos y narrativas de derechos humanos de las Naciones Unidas por pactar sospechosamente con las bases ideológicas del patriarcado, implementadas en un mundo crecientemente desigual y neoliberal.
Llamemos las cosas por su nombre, desmantelemos las relaciones patriarcales. Los Estados que legalizan la prostitución son Estados proxenetas. Apoyo la propuesta del Centro Nacional de Educación Sexual de penalizar al cliente y de ampliar el debate académico y popular en relación a las causas, impactos y el análisis franco de los valores morales y sociales que se ponen en juego cuando de prostitución se trata. [Santos Suárez, 25 de enero de 2017]
10/11/2016
Misoginia en Estados Unidos, Donald Trump y las trompetillas mediáticas
Desde el hotel donde pasé parte de mis vacaciones pude ver el circo mediático orquestado por CNN durante la campaña electoral en los Estados Unidos. El blanco de tanta alharaca fue Donald Trump y sus «nuevas» expresiones misóginas.
En 2005 el magnate, refiriéndose a las mujeres, dijo «Es como un imán. Las beso. Ni siquiera espero. Y cuando eres una estrella, te dejan hacerlo. Puedes hacer cualquier cosa. Lo que quieras. Agarrarlas en la [entrepiernas*]. Lo que sea».
La televisora CNN utilizó a comentaristas mujeres, predominantemente blancas y representantes del establishment, para combatir o apoyar al candidato republicano. Ellas se manifestaron desde sus intereses políticos electorales, ninguna hizo mención alguna a la ideología patriarcal.
A fin de cuentas, no era la primera vez que Trump hacia declaraciones misóginas, sexistas, racistas y xenofóbicas. El empresario conservador es todo un compendio interseccional de odios y discriminaciones.
Lo que pasa es que la misoginia se ha verbalizado en una coyuntura electorera que no hace propuestas liberadoras en relación a las asimetrías de género.
Las narrativas mediáticas apelan de forma simplona y conservadora al respeto de las hijas y de las hermanas por parte del candidato republicano, mientras los propios medios cosifican los cuerpos de las mujeres en los anuncios comerciales, que representan el súmmum del poder patriarcal.
Minutos después de amplios análisis sobre la misoginia de Trump, la televisora pasaba comerciales donde la mujer es objeto de deseo, y se refuerza su papel de ama de casa y dueña del espacio privado. En fin, CNN lanzó trompetillas a Trump, nunca fue a la esencia real de este problema.
Tanto Trump como CNN ejercitan la violencia de género. La del magnate es verbalizada, la de los medios es simbólica.
¿Por qué CNN no presentó la perspectiva de las lideresas feministas radicales estadounidenses?, ¿por qué no se dio voz a las académicas y académicos estadounidenses para hablar sobre patriarcado, pobreza, racialidad, etnicidad y políticas públicas?
Se nos presenta a la alternativa demócrata, la enarbolada por una mujer inteligente, sagaz, pero peligrosamente veleidosa, pues cambia como una veleta cuando de dineros e intereses patriarcales se trata.
Sin embargo, la Clinton tiene un discurso que beneficia a las mujeres, de hecho representó a su país siendo primera dama en la Conferencia Internacional de la Mujer, celebrada en 1995 en Beijín, China.
Ella cuenta con el apoyo de parte de grupos feministas que se considera por muchas académicas como conservadores, muestra una posición de garantizar beneficios sociales en cuanto al sistema de salud, aún y cuando el lobby conservador y patriarcal de las farmacéuticas compró su silencio en la década de 1990.
El hecho de que sea electa presidenta no significa que logre cambios significativos en cuanto a la equidad de género. Lo mismo ha pasado con Obama, que durante su mandato se ha reactivado a niveles escandalosos los hechos discriminatorios hacia las persona de piel negra.
Quien sea elegido encuentra un país con un pago desigual a las mujeres en relación a los hombres con igual calificación, con violencia sexual hacia las mujeres en las universidades, con asimetrías en el acceso a beneficios sociales a las mujeres migrantes, negras y latinas; sin acceso gratuito y universal a los tratamientos médicos de transición a las personas trans, sin derechos reproductivos plenos a mujeres heterosexuales y lesbianas, entre otros.
El desmontaje de la ideología patriarcal también pasa por la carrera armamentista, la destrucción rapaz del medio ambiente y la imposición forzosa y violenta de valores culturales estadounidenses. Ojalá contemos con personas, que independientemente de su género, sean capaces de comprenderlo.
Evidentemente la libertad de prensa y de opinión tiene límites desde el poder pues existe todo un corpus narrativo invisible, cuidadosamente ocultado, que va al centro del problema, más allá de los deseos de Trump de ser presidente y de agarrar las entrepiernas femeninas. [Santos Suárez, 11 de octubre de 2016]
*Trump utilizó pussy, término vulgar para denominar a los genitales externos femeninos.
9/14/2016
Humor y opresión: complicidad peligrosa
8/07/2016
SemLac: Uniones homosexuales en Cuba, contrapunteo a favor de los derechos
Carlos Alejandro Rodríguez |
Alberto Roque |
Nomi Ramírez |
6/14/2016
Masacre en Orlando, Estados Unidos: crimen de múltiples odios
6/10/2016
«La familia nuclear es radioactiva», ¿en serio?
El título entre comillas de la entrada hace alusión a un cartel —bastante creativo por cierto— portado por integrantes de un grupo radical que luchaba por el reconocimiento del matrimonio entre personas del mismo sexo en España hace algunos años.
La contraprotesta en realidad se dirigía entonces a los grupos conservadores y neofascistas que defendían a la familia nuclear, tradicional o heteroparental y que compartían el mismo campo de batalla de las calles madrileñas.
Aunque la pancarta tiene mucho de humor por el juego de palabras y sus significados, muchas personas allí, autodefinidas como gays, lesbianas, bisexuales, trans, queer, bolleras, prostitutas, osos y feministas, pretendían denunciar que la familia donde crecieron no era modélica de paz, unión, ni bienestar, sino el marco propicio para la discriminación, la violencia física, psicológica, sexual, real y simbólica.
En sus familias nucleares fue donde escucharon, se apropiaron y sintieron por primera vez el peso de los términos peyorativos y discriminatorios con que se prentende normalizar a las personas raritas, a los que no encajan con los dictados heterosexistas y patriarcales que le da forma a la familia tradicional.
En Cuba tenemos algunos de estos inventarios, pero también contamos con magníficos ejemplos de familias nucleares que han significado el espacio de apoyo, crecimiento y realización de las personas con sexualidades y géneros que no se ajustan a la norma heterosexual.
Desde hace tiempo existen muchas otras configuraciones de familias en nuestro país, inclusive, antes de aprobarse el Código de Familia en 1976. Acá el debate sobre su legitimidad llega tarde, y de verdad que ni siquiera ha empezado.
Como mis amigos más queridos me advierten que deje ser un poquito hipercrítico, más otras lindezas que escucho de los que dicen ser mis enemigos, creo que es momento de reconocer que el diario oficial del Partido Comunista de Cuba comenzó a poner el dedo en la llaga de forma positiva, bastante objetiva y sosegada.
El 7 de junio Granma publicó una entrevista al doctor Leonardo Pérez Gallardo, profesor titular de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana, titulado «Las nuevas construcciones familiares, desafío para el Derecho».
La señal es buena, pero como un pequeño aporte a ese debate necesario que mencionaba antes, creo que debe considerarse que para el Derecho no son nuevas estas familias. Tanto expertos como público en general saben que las familias no nucleares son visibles y existen desde hace muchos años. No debe confundirse lo nuevo con lo miopía, con la negación de lo que está; o dicho de manera más simple: una cosa es que las familias no nucleares sean nuevas y otra bien distinta es que se nieguen, se borren o no se visualicen.
Otro aspecto que menciona el experto de la Universidad de la Habana es que las familias homoparentales es la de más interés mediático. Al parecer se refiere a los medios masivos de los países occidentales del primer mundo, porque en Cuba se habla de familia en singular. Las imágenes y contenidos mediáticos refuerzan el estereotipo de familia heteroparental (nuclear y «no radiactiva»), blanca, pulcra (casi estéril) y urbana. Tanto fuera como en Cuba esos son los mensajes que predominan, lo que son percibidas de forma tan natural que cualquier variación de la norma despierta interés, atención y hasta morbo.
La primera parte de este artículo no habla de las familias creadas a través de técnicas de reproducción asistida (derecho reproductivo negado a las lesbianas cubanas), embarazos subrogados o vientres de alquiler, sobre las familias compuestas por personas trans e intersex, las integradas por varias figuras paternales o maternales entre otros «modelos». Me pregunto: ¿serán también tema de debate en la segunda parte, en los que están por venir?
Me preocupa que incluso las personas más sensibilizadas y aliadas en el reconocimiento de todas las configuraciones de familias, utilicen a la nuclear como referente o norma desde la que se legitima o compara a las «otras», a las «nuevas». Escarbemos un poquito y veremos cómo se reproducen estereotipos discriminatorios y normativos en todas.
Pero a mi entender unos de los temas más importantes a debatir son: ¿se modificarán las relaciones de poder y las asimetrías en todas las configuraciones de familias?, ¿Cómo lograr que no sean tan «radioactivas» y se conviertan en espacios humanos de paz, concordia, crecimiento, bienestar y respeto a la dignidad de sus integrantes? [Santos Suárez, 10 de junio de 2016]