Dedico la aprobación del Código de las Familias a:
-Los odiadores, a los reaccionarios conservadores religiosos y laicos, especialmente a Danay Suárez (cuyo discurso de odio quedó impune por el Tribunal Supremo Popular).
-A los decisores políticos que, por sus prejuicios históricos, retardaron por décadas la implementación de políticas equitativas a grupos socialmente desfavorecidos.
-A los activistas por los derechos LGBTIQ que votaron en contra del Código de las Familias o no votaron, por considerar esta Ley “un lavado de cara del gobierno cubano” en su ejecutoria de derechos humanos.
-Al movimiento evangélico transnacional, con su desempeño en Cuba que busca restaurar los antivalores patriarcales que privilegian a una casta excluyente.
La Ley Código de las Familias los beneficiará a todos ustedes.
Les doy las gracias por hacernos tomar consciencia de nuestros derechos ciudadanos. Vamos a por más derechos, la lucha continúa.
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