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5/17/2022

Día Internacional contra la Homofobia: sentimientos encontrados

Llegar vivo al 17 de mayo de 2022 ha tenido el peso de elaborar muchos duelos de pérdidas: por los muertos por la pandemia, por los que ponen las circunstancias naturales, por los que provocan los accidentes, por los que están vivos pero han partido en busca de mejores condiciones de vida y de realización personal, entre otros.

En cuanto a nuestros derechos como personas con sexualidades no heteronormativas, los últimos cuatro años han sido muy favorables en la formulación de políticas de Estado. Sólo falta su implementación, con las contradicciones propias de un proceso complejo, en el que hemos visto cómo se plebiscitan selectivamente algunos derechos y cómo se retrasan la puesta en marcha de otros.

Sin dudas, siendo optimista, me alegra sinceramente un día como hoy que tengamos una Constitución, un Proyecto de Ley Código de Familias y un Código Penal que incluyan la protección y reconocimiento de muchos de nuestros derechos. 

Sin embargo, siendo radicalmente revolucionario, un día como hoy no sólo proceso los duelos que mencioné al comienzo de esta publicación. Aquí me apropio del duelo, como lo define Judith Butler en su dimensión transformadora y política. En esta línea de pensamiento un día como hoy lamento:

• La precariedad social de las personas trans en Cuba y los desafíos que enfrentan en el disfrute de otros derechos sociales, civiles, económicos y políticos.
• Las violencias sexuales y de género hacia las mujeres cis y trans, sobre todo aquellas que han perdido la vida, y la ausencia de una política real (no sólo en la letra) e integral para enfrentar la violencia.
• El no disfrute de los derechos reproductivos de las mujeres lesbianas y de las personas trans.
• El avance de los conservadurismos y reaccionarismos religiosos y seculares.
• La ausencia de una Ley de Identidad de Género que pavimente el camino hacia la modificación del Código Civil.
• La instrumentación ideológica de la articulación de los movimientos por los derechos sexuales que lastran una agenda consensuada.
• La vulgarización neoliberal de las estrategias de visibilidad pública de las personas LGBTIQ, con pactos y guiños mercantiles desde las propias instituciones. En otras palabras: la conga contra la homofobia institucional (suspendida por segunda vez) no es marcha política, es una performance festiva; mientras las marchas no institucionales que comienzan siendo espontáneas y multitudinarias, terminan con la provocación de sujetos cuya abyecta agenda no tiene compromiso alguno con el activismo social por nuestros derechos.
• La situación de vulnerabilidad de las personas LGBTQ privadas de libertad, sobre todo la población trans y las personas seropositivas al VIH.
• La no implementación del Programa Integral de Educación y Salud Sexual, la ausencia de programas y espacios seguros para las personas LGBTIQ que pueden sufrir acoso escolar.
• Las personas LGBTIQ en las que la homofobia familiar, social, laboral e institucional favorecen a un diagnóstico tardío del VIH y el Sida, situación vivenciada en mi práctica profesional.
Un día como hoy celebro que hayamos logrado mucho viviendo en Cuba, desde nuestro proyecto mayoritario de construcción de esta Nación, pero lo que seguimos perdiendo y lo que falta por lograr, me impulsa a creer en la transformación permanente, con optimismo, pero sin triunfalismos vacíos de contenido político.

Santos Suárez, 17 de mayo de 2022, Día Internacional contra la Homofobia y la Transfobia

http://aroqueg.blogspot.com

10/23/2020

Progresismos papales y matrimonio igualitario en Cuba

Publicado en: Blog Matria, El Toque

El papa Francisco ha abierto una pequeña brecha en la infranqueable doctrina cristiana: es el primer sumo pontífice que reconoce a las personas homosexuales como parte de una familia y condena alto y claro la homofobia familiar.

Las posiciones progresistas del Bergoglio no son nuevas. Se reconocen sus intentos de tratar la homosexualidad durante el Sínodo Extraordinario de los Obispos sobre Familia en 2014-2015. Aunque Su Santidad encargó al cardenal Baldisseri, junto a otros purpurados liberales, incluir esta discusión, el ala conservadora del Vaticano mostró una marcada resistencia al asunto. Sin embargo, en el texto final del Sínodo se reconoce que la dignidad de las personas homosexuales debe ser respetada en el seno de sus familias.

A contrapelo de la rigidez conservadora y el ocultamiento que la homosexualidad tiene en el seno de la Iglesia Católica, Francisco ha mostrado audacia al negarse a juzgar a las personas homosexuales. La necesidad de una Ley de convivencia civil, sin hacer mención al matrimonio igualitario, también es, en parte, un paso de avance que pudiera representar un alivio ante la flagrante violación global de los derechos humanos de las personas con sexualidades y géneros no heteronormativos. La gran influencia de la Iglesia Católica a nivel mundial pudiera también favorecer un cambio favorable en los 68 países que penalizan las relaciones consensuadas entre personas del mismo género.
Sin embargo, cuando el papa se refiere a una Ley de convivencia civil, propone un desplazamiento que deja intacta la institución del sacrosanto matrimonio. Cuando el actual pontífice fue cardenal y arzobispo de Buenos Aires, optó por proponer la unión civil para homosexuales ante el embate imparable de los grupos LGBTIQ y sus aliados políticos a favor del matrimonio igualitario en Argentina. Su posición actual no colisiona con lo planteado en las conclusiones del Sínodo de los Obispos sobre la familia con relación al matrimonio: “no existe ningún fundamento para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el designio de Dios sobre el matrimonio y la familia”.

¿Por qué la reciente declaración del papa aviva las preocupaciones sobre la aprobación del matrimonio igualitario en Cuba?

La Constitución de la República de Cuba establece el reconocimiento del matrimonio y otras uniones sin especificar género o números de cónyuges, despoja al matrimonio de sus fines reproductivos, junto a los artículos que prohíben la discriminación por orientación sexual o identidad de género.

En la Ley civil cubana se amparan tanto la figura jurídica del matrimonio como las uniones de hecho para las personas heterosexuales con similares derechos y obligaciones. Dicho privilegio heterosexista no tiene significado religioso desde el punto de vista jurídico en nuestro país, como no tiene ningún valor legal el matrimonio formalizado bajo los sacramentos de las Iglesias.

Las declaraciones del sumo pontífice, que sugieren el reconocimiento de uniones civiles entre personas del mismo sexo como otra institución diferente al matrimonio, también han sido esbozadas por algunos decisores políticos durante los decenios que anteceden al Anteproyecto de Código de las Familias en Cuba. En la actualidad algunos líderes evangélicos se han expresado en esta misma vertiente para evitar el choque con sus fundamentos sacros del matrimonio.

Dichos postulados presuponen una política francamente discriminatoria si las personas del mismo género no pueden acceder al disfrute de los derechos que ofrecen tanto el matrimonio como la unión civil. Ello incluye el derecho a la adopción, asunto que genera intensas resistencias en los ámbitos religiosos y seculares por el imaginario homofóbico que pervive en Cuba, tanto a nivel social como estructural.

El escenario actual tiene el antecedente de que el debate constitucional estuvo permeado por posiciones neoconservadoras cristianas que se opusieron y presionaron al Estado/Partido. Las denominaciones religiosas evangélicas fueron las más incisivas, con gran movilización de recursos humanos y materiales en sus acciones pastorales contra el artículo 68 del anteproyecto de Constitución, que abría la posibilidad del matrimonio igualitario. El contradiscurso de dichas denominaciones se basó fundamentalmente en una narrativa legitimadora del “diseño original de la familia”. El asunto se tornó más complejo cuando se propuso por la Comisión Constituyente someter a referendo el futuro Código de las Familias. Numerosos activistas e intelectuales expresamos nuestra oposición a que se plebisciten derechos humanos.

Las actuales declaraciones del máximo líder de la Iglesia Católica son preocupantes ante la posibilidad de que se reconozca una figura jurídica paralela al matrimonio, con el consiguiente menoscabo de los derechos de parentesco de las personas con sexualidades y géneros no heteronormativos. Aunque se desconoce el contenido del Anteproyecto del Código de las Familias, se disparan las alarmas de que el Estado/Partido conceda una gratificación a las Iglesias cristianas, sobre todo, a la católica, con quien mantiene excelentes relaciones bilaterales.

Adicionalmente, el Estado/Partido enfrenta serios dilemas políticos entre el respeto a la libertad religiosa y de los fundamentos de su laicidad. La creación de la Alianza de Iglesias Evangélicas de Cuba y el uso de algunos grupos evangélicos en acciones de subversión del orden constitucional y de Gobierno cubanos constituyen una amenaza nada despreciable para la adopción de políticas garantes de derechos de las personas LGBTIQ.

Más allá del entusiasmo generado por las declaraciones del sumo pontífice, debemos prestar atención a que no se percibe necesariamente un cambio doctrinal en el seno de la Iglesia Católica y que los grupos neoconsevadores, dentro y fuera de las iglesias, tendrán una alineada posición antiderechos LGBTIQ.

El éxito relativo de las denominaciones cristianas en implantar un discurso que avala la existencia de una supuesta ideología de género, basada en estereotipos patriarcales y discriminatorios, el pobre alcance de las políticas de educación en la sexualidad, la debilidad en la construcción de alianzas entre actores de la sociedad civil que aboga por el respeto de estos derechos, son desafíos importantes.

El reconocimiento de los derechos de las personas trans, de las políticas específicas sobre los derechos reproductivos de las mujeres lesbianas y bisexuales, el derecho a la adopción y la configuración de familias homoparentales y homomaternales serán objeto de una agresiva oposición de dichos grupos religiosos. El asunto de cómo se reconocen —o se deshacen— los parentescos no heterosexuales tiene un valor real y simbólico que impacta en el resto de los derechos, pues son interdependientes e inalienables.

Si el Estado/Partido adopta la estrategia de no respetar todos los derechos para todas las personas incurriría en una violación de los artículos constitucionales de igualdad y no discriminación, del respeto a la dignidad humana y de la separación entre Iglesias y Estado. Esperemos que prime la congruencia entre la voluntad y la política real. El matrimonio es para el Estado Cubano una institución civil, y será igualitario o no será.

1/17/2018

Reforma constitucional cubana y futuros escenarios en la formulación de políticas: envejecidas y nuevas propuestas sobre los derechos de las personas con sexualidades no heteronormativas


1. Hacer explícito en el artículo 42 de la Constitución de la República la no discriminación por orientación sexual e identidad de género.
2.Garantizar el marco constitucional para la promulgación de una Ley que condene explícitamente la discriminación por orientación sexual e identidad de género en el Código Penal Cubano, incluyendo la incitación al odio, que garantice una plena protección de las personas LGBT en Cuba.
3. Propiciar el marco constitucional para la definición de crímenes de odio, incluyendo su prevención y penalización.
4. Aprobación del Código de Familia y la Ley civil a favor del reconocimiento de las parejas del mismo género, con garantías de todos los derechos ciudadanos, incluso de la adopción.
5. Modificar los reglamentos de los cuerpos armados que permita una plena garantía a la participación de personas no heterosexuales y transgénero en la defensa de la patria.
6. Reformular las políticas hacia la población penal con sexualidades y géneros no heteronormativos así como a las personas seropositivas al VIH.
7. Retirar del Código penal los artículos en relación a la peligrosidad predelictiva y eliminar la figura de pederastia con violencia (incluirla como violación, independientemente del género de la víctima y el victimario).
8. Implementar el Programa Nacional de Educación Sexual a todos los niveles de enseñanza, con énfasis en los principios de igualdad y no discriminación.
9. Implementar leyes específicas que garanticen la protección y reconocimiento de los derechos laborales de las personas con sexualidades y géneros no heteronormativos.
10. Aprobar una Ley de Identidad de género, con pleno reconocimiento de la identidad de género con la que la persona se identifica, independientemente a la realización de la Cirugía de Reasignación Sexual, en el cual el proceso de cambio de identidad se garantice mediante proceso administrativo.
11. Garantizar el derecho al acceso a la atención de salud de las personas trans, sin necesidad obligatoria de valoración psicológica ni de castración hormonal y quirúrgica, así como la descentralización de dichos servicios.
12. Implementar una política informativa sistemática que permita educar a la población en el disfrute de una sexualidad plena, basada en la igualdad y la no discriminación.
13. Participación pública y activa de los decisores políticos en el respeto a los derechos de las sexualidades y géneros no heteronormativos.
14. Garantizar el acceso a los procedimientos de reproducción asistida, para mujeres y para hombres, sin necesidad de especificar su orientación sexual, identidad de género o estado civil.
15. Crear un observatorio contra las discriminaciones, que lleve un registro de hechos de este tipo y donde la población pueda acudir, lo cual podrá ser de gran ayuda para el Partido y el gobierno en la elaboración de políticas correctas en contra de estas manifestaciones en la sociedad.
16. Abrir la sociedad civil a organizaciones de la población LGBT, lo que permitirá dar respuesta oportuna a las necesidades de estas personas, facilitará su representatividad y visibilidad en la sociedad. Dicho apartado requiere una reformulación de la Ley de Asociaciones.
17. Redefinir el trabajo de las “Casas de Orientación a la Mujer y la Familia” para su reactivación y lograr nuevamente el papel social que le corresponde, sobre todo en el abordaje de violencia doméstica.
18. Enfocar el trabajo político ideológico desde la participación ciudadana comprendida en todas sus dimensiones, más allá de la mera consulta.
19. Incidir con mayor intencionalidad en erradicar el estigma y la discriminación como factores de riesgo y de vulnerabilidad para la transmisión del Vih Sida.
20. Eliminar las políticas de acoso y de «saneamiento social» parcializadas a la práctica de la prostitución femenina y penalizar al cliente cuando se demuestre coerción, violencia, intimidación o delito potencial de trata o tráfico humanos.
21. Implementar políticas para el mejoramiento de las condiciones socieconómicas de las personas que practican el trabajo sexual como forma de subsistencia, sin privación de su libre movimiento ni violación de otros derechos inalienables.