8/10/2013

Carta Abierta al Presidente del Parlamento Cubano, compañero Esteban Lazo, sobre Anteproyecto de Ley Código de Trabajo

La Habana, 10 de agosto de 2013
 
Cro. Juan Esteban Lazo Hernández
Vicepresidente del Consejo de Estado de la República de Cuba
Presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular
Calle 42 #3210 entre ave. 21 y ave. 23
Municipio Playa
La Habana
 
 
Estimado compañero,
Soy un ciudadano cubano, militante del Partido Comunista de Cuba y activista por los derechos de las personas lesbianas, gays, bisexuales, trans y heterosexuales que también sufren discriminación por la ideología y el orden patriarcal y heterosexista que impera en la sociedad cubana.
El motivo de mi carta es realizar algunas modestas observaciones y propuestas sobre el Anteproyecto de Ley Código de Trabajo, de acuerdo al pleno ejercicio de mis derechos como ciudadano cubano.
Antes de desarrollar el tema en cuestión que motiva la presente misiva, quisiera dejar constancia de los hechos discriminatorios que en la actualidad perviven en el contexto laboral en nuestro país. Dentro de ellos se encuentran la frecuente negación del derecho al trabajo a las personas travestis, transexuales y transgéneros cubanas (personas trans) y a las personas homosexuales, la obligación a mantener silencio en el ámbito laboral sobre la orientación sexual e identidad de género de los individuos que no cumplen con la norma heterosexista (que brinda todos los privilegios a las personas heterosexuales). También se aprecian hechos de acoso moral en el trabajo con un desfavorable impacto sobre la salud física y mental de las víctimas, además de la imposibilidad de acceder a cargos de dirección o a ser promovidos por tener una orientación sexual o identidad de género diferente a la norma heterosexual.
Las presentes observaciones serán planteadas en la asamblea correspondiente a tal efecto en mi centro laboral:
El artículo 2 del Anteproyecto dice:
Los principios fundamentales que rigen el derecho de trabajo son: a) toda mujer u hombre en condiciones de trabajar, sin distinción de raza, color de la piel, sexo, religión, opinión política, origen nacional o social, y de cualquier otra lesiva a la dignidad humana, tiene derecho a obtener un empleo con el cual pueda contribuir a los fines de la sociedad y a la satisfacción de sus necesidades y las de su familia, atendiendo a las exigencias de la economía y a su elección, tanto en el sector estatal como no estatal;
Este artículo contiene elementos discriminatorios, por omisión o ambigüedad conceptual, por los siguientes motivos: 
a)     Se menciona estrictamente «mujer u hombre», lo que excluye a las personas cubanas que no se identifican con ninguno de los dos géneros o se encuentran en proceso de transición de un género a otro.
b)     Las razas no existen, así lo expresó José Martí y, desde la primera mitad del siglo XX, Don Fernando Ortiz. El concepto de raza no tiene sustento bajo ningún argumento científico en la actualidad.
c)   El uso de la categoría sexo en sustitución de las categorías de género (identidad y rol de género) no se sustenta científicamente y se considera obsoleto en las normativas legales cubanas vigentes. El sexo legal depende del aspecto de los genitales de la persona o del sexo cromosómico, pero no siempre se corresponde con la identidad de género, además de que muchas personas no son ni varones ni hembras de acuerdo a otras variables biológicas que definen el sexo (personas intersex).
d)     No se distingue a la orientación sexual en relación a los derechos laborales, a pesar de que se le reconoce como causa de discriminación en los objetivos de trabajo y estatutos del PCC.
e)   No se menciona a la discapacidad como causa de discriminación, a pesar de las políticas equitativas que el Estado cubano ha implementado hacia este grupo humano.
f)   No se distingue el seroestatus de la persona en relación al derecho al trabajo, a pesar de que en muchas ocasiones se exige un test de VIH (sin el debido consentimiento informado) en el chequeo médico pre-empleo y no se define de forma explícita en este Anteproyecto la protección de los derechos de las personas positivas al VIH. Por otra parte, hago notar que en el Código Penal sí se hace mención al seroestatus de la persona en varios de sus artículos. Si se les menciona para imponer sanciones, también debe mencionárseles en las legislaciones que protegen contra la discriminación.
g)  La inclusión de las categorías anteriores en el apartado considerado como «lesivas a la dignidad humana» no ofrecen protección suficiente ante violaciones de los derechos laborales de las personas comprendidas en estos grupos, por ser ambiguo y dar pie a múltiples interpretaciones de carácter moral, de lo que se considere como «dignidad humana» por parte de los administrativos y de los operadores del Derecho.
La propuesta del texto del artículo 2 sería: 
Los principios fundamentales que rigen el derecho de trabajo son: a) toda persona en condiciones de trabajar, sin distinción del color de la piel, identidad de género, orientación sexual, religión, opinión política, seroestatus al VIH, discapacidad, origen nacional o social, y de cualquier otra lesiva a la dignidad humana, tiene derecho a obtener un empleo con el cual pueda contribuir a los fines de la sociedad y a la satisfacción de sus necesidades y las de su familia, atendiendo a las exigencias de la economía y a su elección, tanto en el sector estatal como no estatal;
El artículo 3 plantea:
Basado en los principios constitucionales de que la mujer y el hombre gozan de iguales derechos, oportunidades y posibilidades, cuando en el Código y la legislación de trabajo se utiliza la expresión “trabajador”, esta comprende a la trabajadora y al trabajador, excepto en los casos en que se especifique otro tratamiento.
La ausencia de discurso de género es discriminatoria y el uso del término trabajador en masculino omite y excluye al género femenino. Si no se mencionan a las féminas, no existen. Considero que debe omitirse este artículo aclaratorio y utilizar «trabajadora y trabajador» donde corresponda. Nótese cómo en los gobiernos de la región que construyen modelos de sociedades equitativas se hace siempre mención, al menos en los discursos, a los dos géneros.
El artículo 49 plantea:
El principio de idoneidad demostrada rige el proceso de determinación de los trabajadores que permanecen en la entidad y de los disponibles, sobre la base de que cada cargo es ocupado por el trabajador más idóneo, lo que debe evitar cualquier manifestación de favoritismo, así como de discriminación de género o de otro tipo. 
La discriminación por género no es la única razón de discriminación, aquí debe hacerse mención explícita o referirse a las distinciones propuestas en el artículo 2.
No se hace mención en ninguno de los artículos de este Anteproyecto a la identificación del acoso moral en el trabajo (a nivel académico se utiliza el anglicismo «mobbing»).
El acoso moral en el trabajo (mobbing) es una agresión psico-traumática de un grupo acosador (instigador/es, adeptos y testigos mudos) hacia la víctima diana, cuyo objetivo es anularla como individuo libre-pensante hasta conseguir su sometimiento o su exclusión del grupo de trabajo. El mobbing es un tipo de hostigamiento sutil y perverso, cuya estrategia es premeditada con el objetivo de anular a su víctima-diana. Puede realizarse de forma silenciosa o evidente.
Las causas de mobbing incluyen la identidad de género (mujeres, personas transexuales, travestis y transgénero, hombres con masculinidades no machistas), orientación sexual (hombres y mujeres homosexuales), por origen geográfico, color de la piel, discapacidad, ideas políticas, creencias religiosas, nivel escolar y de instrucción, características físicas, entre otras.
Considero necesario incluir en el Anteproyecto un artículo específico que defina el acoso moral en el trabajo, su identificación, así como hacer mención a las obligaciones de la administración y del Sindicato de crear espacios y ambientes seguros  para los trabajadores víctimas de mobbing. Igualmente, incluir iniciativas educativas, tanto de administrativos como de trabajadores y trabajadoras, en la identificación y enfrentamiento a casos de acoso moral en el trabajo.
Las propuestas antes realizadas se adecuan a la Constitución de la República de Cuba y a los compromisos internacionales de los que nuestro país ha sido signatario en relación con la legislación internacional de derechos humanos, recientemente refrendados en el Examen Periódico Universal ante el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
 
Agradezco cordial y respetuosamente  su atención,
 
Alberto Roque Guerra

7/28/2013

El closet heterosexista

Hace unos pocos años participábamos algunas personas lesbianas y gays en un taller sobre la «salida del closet». Así se le denomina al proceso mediante el cual se develan en el espacio público las sexualidades que no cumplen con la norma heterosexual. En el argot popular «estar en el closet» es ser una persona «homosexual tapada» y en el mejor de los casos una persona homosexual «discreta» que actúa, proyecta y reproduce todas las normas heterosexistas culturalmente pautadas, incluyendo por supuesto, el ejercicio de la homofobia, la lesbofobia y la transfobia.

Muchas fueron las opiniones y diversas las maneras en que muchas personas experimentaron ese proceso o recorrido. Para algunos era «cómodo» estar en el closet, para otros fue fácil y expedito. Muchos lo consideran un proceso que nunca termina y una minoría opinó que la salida del closet heterosexual significó entrar en otro closet: ser gay o lesbiana según las pautas que establece «la comunidad homosexual».

Desde mi experiencia personal mis vivencias heterosexuales no fueron tan traumáticas, mi exposición pública no fue tan dolorosa, a pesar de las incomprensiones de algunos miembros de mi familia. Mostrarme «orgullosamente homosexual» me hizo un ser más franco, más libre y no cambió mis esencias ni mis valores como ser humano. Mis conflictos amorosos no fueron muy diferentes a los que experimenté en mi periodo juvenil heterosexual, que también disfruté física y espiritualmente.

Esa «transición», si así se le puede llamar, me permitió comprender también las muchas limitaciones que enfrentan las personas heterosexuales en el disfrute de su sexualidad. Tener el poder heterosexista no garantiza de facto la libertad sexual plena.

Siempre me ha resultado curioso el estilo y contenido de las preguntas que las personas heterosexuales «solidarias» nos formulan sobre las relaciones de pareja entre personas del mismo género: ¿Quién es el hombre? ¿Quién hace de activo y quién de pasivo? ¿Quién hace las tareas femeninas? ¿Apuntas o banqueas? ¿No han pensado en tener hijos con mujeres?

Algunas son graciosas, otras no tanto. Una y otra vez me hace pensar en que el heterosexismo es aburrido, restrictivo y estrecho en sus basamentos. Así lo siento cuando veo a muchas parejas del mismo género reproduciendo las normas heterosexistas.

Me resulta limitante que desde el heterosexismo se establezcan rígidos roles masculinos y femeninos, tanto en las prácticas sexuales como en las relaciones de pareja. En estos tiempos resulta vergonzoso que la fundación de la familia incluya por decreto la necesidad imperiosa de ver la sexualidad exclusivamente como fuente de reproducción y vida.

Otro de los closets heterosexistas se relaciona con las prácticas sexuales siempre penetrativas, la adoración excesiva al falo inmenso y la condena a la masturbación, sobre todo a la femenina. El closet heterosexista implica silenciar otras prácticas sexuales heterosexuales entre tres o más personas, la convivencia amorosa armónica entre tres personas (triejas) y el consumo de materiales de contenido erótico — audiovisuales e impresos— que la cultura ha establecido de forma confusa y borrosa como pornográficas.

El closet heterosexista condena al trabajo sexual, a la mujer solterona, a la abstinencia sexual, a las prácticas sexuales no comunes que no dañan a terceros, a la conformación las familias monoparentales y al intercambio de parejas.

Por suerte, existen muchos heterosexuales interesados en romper con tantas ataduras, que desean vivir su heterosexualidad de forma libre y placentera, sin juicios sociales y culturales que dañen su salud y su bienestar. Existen muchos heterosexuales dispuestos a salir del closet heterosexista y sentirse plenamente humanos. ¡Apuesto por ellos! [28/7/2013]

6/19/2013

Invitación al Foro Permanente OAR

El Grupo de Reflexión y Solidaridad Oscar Arnulfo Romero, tiene un espacio socializador denominado Foro Permanente, el cual brinda instrumentos de análisis acerca de la realidad cubana y latinoamericana, estimulando el debate y lectura sobre el contexto. Les invitamos a asistir a este espacio, esta vez dedicado al tema de la DIVERSIDAD SEXUAL, con la presentación de:

“Sexualidades equitativas: políticas y subjetividades en construcción”

Dr. Alberto Roque Guerra

Sociedad Cubana Multidisciplinaria para el Estudio de la Sexualidad (SOCUMES)

“Lesbianas rompiendo barreras”

Teresa de Jesús Fernández González

Directora de la Editorial del Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX)

FECHA: VIERNES 21 DE JUNIO DE 2013

LUGAR: SEDE GRUPO ROMERO, SITO EN CALLE 35 NO. 3607, ALTOS, ENTRE 36 Y 42, PLAYA.

HORA: 2:00 pm

 

6/10/2013

Sexualidad: Los retos de ser "diferente"

Por Sara Más (saramas_2000@yahoo.com)

Tomado de: SEMlac- Servicio de Noticias de la Mujer de Latinoamérica y el Caribe

La Habana, junio (Especial de SEMlac).- Estereotipos, prejuicios y normas sociales limitan el desarrollo personal y el ejercicio de sus derechos a las personas que no se ajustan al patrón femenino y masculino tradicionalmente establecido, alertaron especialistas en la capital cubana.
"Somos el producto de una cultura occidental, machista", aseguró el médico Alberto Roque, al intervenir en el panel "Diversidad sexual. Diálogo, reflexión y participación", convocado por Sociedad Cubana Multidisciplinaria para el Estudio de la Sexualidad (Socumes), el 31 de mayo.
Roque reconoció cambos radicales en la forma de percibir las relaciones de género en la isla, pero también que siguen "arraigadas asimetrías de poder legitimadas por el patriarcado y la heteronormatividad".
De ese modo, aseguró, "muchas veces la entrepierna define si tenemos derecho, a cuáles sí y a cuáles no", sostuvo.
Se trata de situaciones que se viven desde edades tempranas, ante el temor de que algún niño o niña, aun sin haber manifestado incluso alguna conducta sexual, pueda no cumplir con las expectativas familiares, lo que conlleva efectos nocivos en su educación.
"El buylling escolar o acoso persistente, la persecución física o psicológica que se realiza de forma sistemática contra alumnos o alumnas en la escuela, siempre es reprobable", reflexionó la jurista y colaboradora del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), Rita María Pereira.
"Pero si un niño es victimizado en la escuela porque no cumple con los estereotipos de la masculinidad, y en su casa es reprendido por ello, entonces su sufrimiento es mayor", agregó la experta.
Situaciones como esas se pueden relacionar con el suicidio, la baja escolar, la escasa participación docente, el daño en la autoestima, el sentimiento de no pertenencia al grupo, el bajo rendimiento escolar, el daño a la salud, el incremento de la vulnerabilidad, la desintegración escolar y social a largo plazo, expuso como ejemplos.
"Lamentablemente, no hay una conciencia de este conflicto, de su existencia, de que están en asimetría total en cuanto al ejercicio de sus derechos por esta situación", reiteró Pereira.
Igualmente complejo se muestra el panorama para las personas intersexuales, condición considerada por la medicina con un trastorno del desarrollo del sexo. "La intersexualidad se define como un estado congénito en el cual el desarrollo del sexo cromosómico gonadal o anatómico es atípico", precisó a SEMlac la psicóloga e investigadora Adriana Agramonte.
Tras admitir que se trata de un área controversial, sujeta a dilemas y retos, la especialista del Instituto Nacional de Endocrinología aseguró que desde el campo de la salud y la institución médica se puede hacer mucho para cambiar las realidades respecto a la intersexualidad.
"Más allá de ver el cuerpo físico que tenemos delante, importa ver que se trata de personas que sueñan, piensan y tiene afectividades", reflexionó.
Explicó que aun cuando hay protocolos que establecen la operación quirúrgica antes de los dos años de edad para las personas intersexuales, se ha empezado a dilatar en algunos casos ese momento para que la familia y esas personas puedan tener una mayor participación consciente e informada en la decisión.
"Si esas personas no pueden decidir qué hacer con sus cuerpos, ¿entonces qué posibilidad les damos de construir una autonomía del cuerpo y, con ella, una ciudadanía verdadera?", preguntó Agramante, quien insistió en el valor del acompañamiento especializado a estas personas y sus familiares.
También en la necesidad de ir contra la norma que socialmente clasifica a las personas pues hay que "salvarse de esas trampas y encasillamientos que nos tratan de atrapar a toda costa y costo, mientras eliminan nuestras posibilidades de disfrutar de los géneros, los sexos y las relaciones humanas".
Para la psiquiatra Ada Alfonso, también colaboradora del Cenesex, se trata de reconocer y atender los sufrimientos y ansiedades que tienen lugar cuando una persona, sencillamente, siente que es diferente al resto de las que la rodean.
Más que ausencia de enfermedad, la salud de las mujeres lesbianas supone pensar en término de malestares, puntualizó.
Entre otros aspectos que afectan su calidad de vida e impactan en su salud, Alfonso mencionó a SEMlac el propio ocultamiento de la orientación sexual, el retraso en la asunción de la identidad lésbica y el rechazo en el espacio familiar.
Prohibir la convivencia de las parejas en el espacio familiar, la violencia, la interferencia en el disfrute de la intimidad emocional y erótica, el aislamiento, la limitación en el acceso a puestos de trabajo o a cargos de dirección y el acoso en el lugar del trabajo fueron igualmente citados por la especialista, interrogada a propósito de un debate en Internet.
Otras vivencias apuntan a la ausencia o escasos espacios de socialización, el rechazo y homofobia de prestadores de servicios, retraso en el diagnóstico de afecciones de los órganos sexuales, violencia sexual, limitado acceso a la reproducción asistida y violencia en el espacio social.
"El es gay, pero respetuoso", "ella es lesbiana, pero aquí no habla de eso", "él es muy buena gente, pero tiene su problema" o "qué femenina se ve ella, a pesar de su problema" son frases que, citadas como ejemplos por Roque, evidencian en el lenguaje popular que los prejuicios y el desconocimiento sobre la materia gozan de buena salud.
La celebración de las jornadas cubanas contra la homofobia desde 2008, en su opinión, ha marcado avances como la aprobación de una estrategia de atención a personas transexuales y la inclusión de la lucha contra la discriminación por orientación sexual e identidad de género en el Programa del Partido Comunista de Cuba.
También han propiciado la existencia de espacios seguros de socialización para personas lesbianas, gays y queers, la participación de nuevos actores de la sociedad civil y una mayor visibilización en los medios.
Pero todavía queda avanzar hacia cambios estructurales que legitimen todos los tipos de uniones, una ley de identidad de género sin mediación médica, el reconocimiento del Estado a otras reconfiguraciones de familia, el reconocimiento y facilitación de los derechos reproductivos de las mujeres lesbianas, indicó.
Igualmente, abogó por incluir la orientación sexual e identidad de género en la Constitución de la República y el Código penal, eliminar el término de pederastia con violencia en caso de violaciones entre hombres, establecer una ley que condene la violencia contra la mujer, crear medidas especificas contra la misoginia, junto a otras estrategias para combatir la homofobia en escuelas, centros de trabajo, de reclusión penitenciaria y cuerpos armados, agregó.

5/27/2013

Invitación a Panel "Diversidad sexual. Dialogo, reflexión y participación"

La Sociedad Cubana Multidisciplinaria para el Estudio de la Sexualidad (SOCUMES) los invita a la próxima sesión científica a celebrarse el día 31 de mayo  a las 2pm, en su sede habitual de la Casa del Alba (Línea entre C y D. Vedado).
El panel tratará sobre la  “Diversidad sexual. Dialogo, reflexión y participación, coordinado por el  MSc Alain Darcout Rodríguez, presidente de   la sesión de Diversidad de la SOCUMES y con los siguientes temas y ponentes:  “Intersexualidad en el conglomerado social: el reto de vivir lo que somos  es algo que a veces duele".  MSc Adriana Agramonte; “Juventud: el papel de los/as jóvenes por el respeto a la libre y  responsable orientación sexual e identidad de género. MSc Yasmany Díaz; “Dialogo entre profesionales de la salud y mujeres lesbianas. Encuentros,  desencuentros y desafíos”.  Dra. Ada C. Alfonso Rodríguez;  "Una reflexión sobre los estereotipos heteronormativos y su incidencia  en   la igualdad de oportunidades de niñas y niños de ejercer el derecho a la  Educación en Cuba”. MSc Rita María Pereira;  y “Ciudadanía sexual, participación social y emancipación dentro de la  Revolución”.  Dr. Alberto Roque Guerra.
Las exposiciones estarán encaminadas al apoyo a la jornada contra la homofobia. La entrada es libre.

5/21/2013

Comparte René González con activistas LGBT y H o Todos tenemos derecho a ser felices

Mercedes García Hernández, amiga y activista por los derechos de las sexualidades no heteronormativas me ha enviado el siguiente post, que he decidido colgar en mi blog:

 

Y de pronto, unos minutos antes de entrar a la inauguración de la muestra fotográfica sobre anteriores jornadas contra la homofobia, aparecieron René González Sehwerert y su esposa Olga Salanueva frente al Centro de Prensa Internacional.René y Olguita llegaron tomados de la mano como novios cuando la mayoría saludaba a Mariela.
Varios asistentes e invitados saludaban en la acera a Mariela Castro Espín, directora del Centro Nacional de Educación Sexual, cuando René llegó, tomado de la mano de Olguita como si fueran novios, casi sin que nos percatáramos. Al verlo, alguien dijo ¡pero miren quién está aquí! Y le dimos un sorprendido y fuerte primer aplauso.
Desde ese momento, las presentaciones, las risas, las fotografías y hasta los abrazos, como si la gente lo conociera de toda la vida.Abrazos de emoción como si le conociéramos de toda la vida…
Es el primero de los Cinco Héroes cubanos injustamente condenados en los Estados Unidos por luchar contra el terrorismo que ya puede recibir en persona el cariño de su pueblo. Y esta vez nos correspondió esa satisfacción a un grupo de activistas gays, lesbianas, bisexuales, trans y heterosexuales.
Cumple así René con el ofrecimiento que nos hizo hace tres días, cuando expresó su disposición a participar en las actividades de la VI Jornada Cubana contra la Homofobia.
Muy simbólica su charla amistosa con el fotógrafo norteamericano Byron Motley, cronista gráfico de las emociones durante las últimas Jornadas. Muy simbólico que esta aparición pública fuera en la apertura de la exposición de Byron Motley, un fotógrafo norteamericano que desde hace cuatro años viaja a nuestro país para retratar las emociones de la población LGBT durante las celebraciones alrededor del 17 de mayo, Día Internacional de Lucha contra la Homofobia y la Transfobia, y con quien René conversó muy amistosamente.
Una gran satisfacción para activistas gays, lesbianas, bisexuales, trans y heterosexuales.Pero más importante aún fue lo que nos expresó René en la apertura de la exhibición. Fueron solo unas pocas palabras, y sin embargo, resumió todo lo que nosotros aspirábamos a escuchar, lo que hacía mucha falta y era imprescindible decir, por el respaldo político que su voz representa para dar aún más fuerza a esta labor colectiva, plural, diversa, en defensa el derecho a la libre orientación sexual e identidad de género en nuestro país.
Así habló exactamente:
“Como cubano que soy siempre he admirado el trabajo de Mariela en relación con la discriminación contra los homosexuales, porque creo que todos tenemos derecho a ser felices, mientras no le hagamos daño a nadie”.“Tengo 57 años, yo fui homofóbico cuando era muchacho, como todos los de mi generación, y de una u otra forma hicimos sufrir a alguien inmerecidamente. Nunca me consideré de los peores, y siempre me pareció que en la homofobia había un poco de simulación, o de cuidarte de que los demás vean que yo no lo soy, todo ese miedo que también a veces anda en el asunto”.“Nunca me gustó el abuso. Me imagino que también eso me ayudó a superar aquella etapa. Y yo creo, definitivamente, que la vida es una sola, que todos tenemos derecho a disfrutarla, a ser felices de la forma en que nacimos”.Considero que el trabajo que ustedes están haciendo aquí es muy hermoso, va a llevar a nuestra población a crecer y nos encamina hacia el futuro que realmente queremos construir en Cuba, que es un futuro de felicidad para todos. Así que me alegra estar aquí, compartiendo con ustedes, estaremos en la Gala también”.
Muchas gracias por todo, René.

Para su distribución inmediata- Comité de Prensa del Día Internacional Contra la Homofobia para el 17 de mayo

Hoy se celebra la 9na Edición del Día Internacional contra la Homofobia y la
Transfobia (IDAHO por sus siglas en inglés). Continúan arribando informes
sobre muchos eventos que se están celebrando alrededor del mundo y se
esperan nuevos anuncios en el día de hoy, así como las actividades que se
estarán produciendo en alrededor de 100 países en todo el mundo.
En la noche del 16 de mayo el Secretario General de las Naciones Unidas, Ban
Ki-moon se ha dirigido a los participantes de una conferencia
intergubernamental de alto nivel, organizada por el Gobierno de los Países
Bajos en ocasión del Día Internacional contra la Homofobia y la Transforbia
en La Haya.
En su alocución, el Secretario General subrayó que "por generaciones, las
personas lesbianas, gay, bisexuales y transgénero (LGBT) en todas las
regiones han sido sujetas a una terrible violencia por su orientación sexual
e identidad de género". Agregó, "por demasiado tiempo, su sufrimiento fue
recibido con el silencio en los ámbitos de poder. Como Secretario General,
estoy comprometido en alzar mi voz."
Al referirse a la necesidad de lograr reformas legales, el Sr. Ban Ki-moon
también enfatizó que "la educación pública es también esencial para
desarticular los estereotipos negativos y promover una mayor comprensión."
Su discurso fue leído por Navi Pillay, Alta Comisionada de las Naciones
Unidas para los Derechos Humanos, en presencia de Su Majestad, la Reina de
los Países Bajos.
La conferencia por el IDAHO, que sesionará por dos días, constituye uno de
los primeros eventos públicos de la monarquía y su participación fue
recibida por los participantes como una clara muestra de su fuerte apoyo a
favor de los Derechos Humanos para todos, independientemente de la
orientación sexual y la identidad de género.
El Comité IDAHO, organización que promueve su celebración de la fecha en
todo el mundo, recuerda que 1.5 billones de personas viven en países que
penalizan las relaciones entre personas del mismo sexo. Se reconoce
ampliamente que las personas que sienten atracción sexual por el mismo sexo
constituyen alrededor del 3% de la población mundial. Esto significa que 46
millones de personas- equivalente a la población de España- no son de facto
reconocidas por la Ley y se les prohíbe sus vidas amorosas.[17/5/2013]


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Este mensaje le ha llegado mediante el servicio de correo electronico que ofrece Infomed para respaldar el cumplimiento de las misiones del Sistema Nacional de Salud. La persona que envia este correo asume el compromiso de usar el servicio a tales fines y cumplir con las regulaciones establecidas

Infomed: http://www.sld.cu/

5/08/2013

Jeffrey Weeks, la justicia sexual y los significados simbólicos del bate de pelota

Estoy feliz: hoy regresé a los viejos predios de la escuela donde comencé mis estudios de Medicina para disfrutar de la conferencia magistral del sociólogo galés Jeffrey Weeks.

El autor de «Los Malestares de la Sexualidad» (1985) asiste como invitado del Centro Nacional de Educación Sexual a las actividades de la VI Jornada Cubana contra la Homofobia. Su conferencia «Justicia Sexual en el Contexto Global» contó con un auditorio formado predominantemente por estudiantes de ciencias médicas del Instituto de Ciencias Básicas y Preclínicas Victoria de Girón, además de profesores, profesionales dedicados al estudio de la sexualidad y un número reducido de activistas por los derechos sexuales.

Escuchar al profesor Weeks es un privilegio, sobre todo por el enfoque humilde, esclarecedor, optimista y profundamente humanista sobre los aspectos teóricos de la sexualidad.

El también autor de «Sexuality» (1986, 2003, 2010) explicó sobre la primera iniciativa de la conmemoración  internacional del Día contra la Homofobia el 17 de mayo de 2004. La fecha conmemora la retirada de la homosexualidad de la Clasificación Internacional de Enfermedades  de la OMS, el mismo día y mes de 1990.

Posteriormente hizo un recuento sobre la construcción socio-cultural e histórica de la sexualidad. «La homofobia, la bifobia y la transfobia  están enraizadas en la historia de la opresión sexual y de género, con dimensiones globales», enfatizó.

Resultó interesante su reflexión acerca de la homosexualidad y el desarrollo del  imperialismo. Al respecto apostilló: «la hostilidad hacia la homosexualidad está ligada a la historia del imperialismo, a través de complicadas relaciones de poder de alcance internacional».

Su afirmación abre un diapasón amplísimo para el debate. Por un lado, las corrientes progresistas, el movimiento feminista europeo y la Revolución Bolchevique, liderada por Vladímir Ilich Lénin, promovieron un posicionamiento positivo hacia la homosexualidad, que en el caso de la Unión Soviética fue despenalizada.  Sin embargo, la evolución de otras izquierdas no tuvo el mismo enfoque. Stalin repenalizó la homosexualidad en 1934, el bloque socialista tuvo una postura homofóbica y la Revolución Cubana,  a pesar de sus incuestionables cambios radicales a favor de los oprimidos, mantuvo una política similar en las primeras tres décadas después de 1959.

El surgimiento del  Frente de Liberación Homosexual en los Estados Unidos a finales de la década de 1960 y comienzos de los 70 se caracterizó por una plataforma abiertamente anticapitalista y antiimperialista. Lamentablemente el movimiento transitó hacia una postura menos radical, con predominio  de hombres gay, blancos, anglosajones y de clase media,  que hicieron concesiones con el capitalismo neoliberal y excluyeron de sus luchas a las mujeres lesbianas, a los afrodescendientes, a los pobres, a los migrantes y a las personas trans.

Weeks, reconocido por su promoción del concepto de «ciudadanía sexual» (1), también manifestó que la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948) no se refirió en lo absoluto a la sexualidad y agregó que en los últimos tiempos este tema se ha movido desde las márgenes para convertirse en un asunto político central.

Hubo más, tomé notas y participé en la sesión de preguntas y respuestas y tuve el honor de que me firmara su texto Sexuality (Routlege, 2010), que me ha servido parta ampliar mis conocimientos sobre el tema.

La realidad es mucho más compleja que el debate académico que acababa de disfrutar. Cuando salí de la conferencia me enfrenté al «mundo real»: caminé largas cuadras para tomar un taxi.

La mayor parte del viaje de regreso a casa la hice solo con el taxista. Me fijé que junto a su asiento llevaba un viejo bate de pelota en estado deplorable y  sin otros accesorios para jugar nuestro deporte «nacional » (el football le está tomando la delantera).

No me pasaron por la cabeza significados eróticos fálicos con el mencionado artefacto. A todas luces lo usa con fines violentos, para defenderse de potenciales problemas, pues manejaba como loco, sin respetar la senda de otros carros. Como colofón, les gritó groserías a dos muchachas que cruzaban la intersección de Infanta y San Lázaro. El bate y los piropos groseros son necesarios para afirmar su machismo, sobre todo cuando está delante de otros hombres.

Pensé en el profesor Weeks, y que la Jornada que celebramos se haga más extensiva y sistemática hacia la sociedad cubana. ¡Cuánto queda por hacer! [7/5/2013]

 

Citas:

 

1. Weeks J. The sexual citizen. Theory Culture Society [serial on the Internet]. 1998; 15(35): Disponible en: http://tcs.sagepub.com/content/15/3/35.

4/20/2013

«Transexual masculino pare un niño en Chile» o ¿Cómo ser padre sin importar el sexo?

Una noticia se ha tornado viral en las redes sociales: «Un transexual da a luz a un niño en Arica, Chile». El hecho es significativo, pues es el primero conocido en América Latina desde que el 29 de junio de 2008, en Estados Unidos,  el transexual masculino Thomas Beatie se convirtió en padre y de esta manera sentó un precedente que sorprendió a la comunidad científica, a los movimientos que luchan por los derechos de las sexualidades no heteronormativas y a los académicos que estudian el género.

Asombro y seños fruncidos son las reacciones más comunes de los auditorios donde he impartido conferencias sobre diversidad de género cuando  muestro la foto de Thomas Beatie embarazado y  explico que para ello renunció a extirparse sus órganos reproductivos femeninos y no se sometió a la castración farmacológica con hormonas masculinas que exigen los tratamientos médicos vigentes para la transición de género de mujer a hombre.(1)

Es decir, Thomas es un transexual masculino heterosexual porque nació biológicamente hembra, se identifica a sí mismo como masculino y siente atracción por las personas con identidad de género femenina. Esa verdad sigue siendo legítima aunque solamente haya transformado su cuerpo parcialmente y no se halla sometido a ninguna cirugía de reasignación sexual.

Otra verdad legítima es que, gracias a las tecnologías de la reproducción asistida, Thomas logró embarazarse y junto a su esposa Nancy se encargan de educar ahora a nuevos hijos que son parte de una familia como cualquier otra.

Por ello, lo más notorio de este hecho, de otros que ocurrieron posteriormente en Europa y ahora –afortunadamente-  en América Latina, es una interpelación a lo que las normas culturales y las políticas del cuerpo (biopolíticas) de los Estados definen como paternidad.(2)

La noticia, condenada al silencio por los medios de difusión cubanos, incita a derribar el mito de que solamente las parejas heterosexuales desean reproducirse. También echa por tierra la supuesta «amenaza ecológica»  de extinción de la especie humana si se reconociesen los derechos de las personas lesbianas, gays, bisexuales y trans.

En las políticas de salud de nuestro Estado se incluye como una de las prioridades el desarrollo de los servicios de Infertilidad y Reproducción Asistida, para las parejas heterosexuales. De esta manera se niega la universalidad al acceso a estos servicios a las mujeres (heterosexuales o no) que desean ejercer la reproducción monoparental y sobre todo a las parejas conformadas por mujeres lesbianas. Se requiere aclarar que en estos casos se utilizan técnicas de reproducción asistida de baja complejidad tecnológica, pues no se trata de personas infértiles, sino de una verdadera asistencia a la reproducción. Para aquellas personas ocupadas en establecer las políticas para resolver la baja tasa de natalidad en Cuba, este sería un grupo poblacional a tomar en cuenta.

La negación del ejercicio de la paternidad o la maternidad a las personas no heterosexuales viola sus derechos reproductivos y el derecho humano de formar diversos tipos de familia, más allá de la definición burguesa que la ampara institucionalmente bajo el manto del matrimonio. Como agravante, contamos con la negación del derecho a la adopción, cuestión que, hasta donde tengo entendido, no se llegó a consenso en la formulación jurídica del Código de Familia que - por demasiado tiempo ya-  espera ser debatido por nuestra Asamblea Nacional.

La negación de la paternidad o la maternidad y del reconocimiento de diversos modelos de familias a las sexualidades que no cumplen con la norma heterosexual, no se basa en evidencias científicas comprobadas, sino en anclados prejuicios que más de cincuenta años de Revolución no han podido superar. Las causas son muchas y complejas y desbordan el contenido de este post.

Por el momento invito a revisar algunos resultados de investigaciones (cuento con más) que demuestran que las configuraciones de familias no heteroparentales no significan el apocalipsis ni implican el deterioro de los valores de la sociedad. Todo lo contrario: la hacen más fuerte, respetuosa y diversa. (3-7)  [20/4/2013]

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1.         Beatie T. Labor of Love: The Story of One Mans Extraordinary Pregnancy: Seal Press (CA); 2008.

2.         Ryan M. Beyond Thomas Beatie: Trans men and the new parenthood. Who’s your daddy. 2009:139-50.

3.         Perrin EC. Technical report: coparent or second-parent adoption by same-sex parents. Pediatrics. 2002;109(2):341-4.

4.         Comunidad Homosexual Argentina. Somos familia: Guía de información técnica y jurídica. In: CHA, editor.2010.

5.         Sánchez Martínez MO. Constitución y parejas de hecho. El matrimonio y la pluralidad de estructuras familiares. Revista Española de Derecho Constitucional. 2000 Enero-Abril Año 20(58):45-69.

6.         Pedreira Massa J, Rodríguez Piedra R, Seoane Lago A. Parentalidad y homosexualidad. Salud 2000: Revista de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública. 2005(103):19-25.

7.         Pedreira Massa JL, Rodríguez Piedra R, Seoane Lago A, Martín Alvarez L. Parentalidad y homosexualidad: de la ideología a la metodología. Monografías de psiquiatría. 2008;20(2):55-65.

4/14/2013

"Más mujeres": muy bien, pero menos machistas.

Si algo bueno tienen las vacaciones es que me han permitido disfrutar de la lectura de buenos libros, en ocasiones dos al mismo tiempo, salir de la ciudad a impartir una conferencia sobre sexualidad y a descansar, escribir en mi blog y otros placeres más mundanos, como tomarme un buen vino, ir a una discoteca –de las que están siendo vilipendiadas por vía electrónica en los últimos meses por una supuesta estudiante de comunicación social- y, en último lugar, ver la televisión nacional.

Pero el placer de ver televisión se convierte en lo contrario cuando me topo con algún que otro programa humorístico y noto que la vulgaridad, la chabacanería y la violencia simbólica se transmiten y consumen con una naturalidad pasmosas.

Así me sentí con el programa “Más Mujeres”, cuya presentadora parece haber trabajado fuertemente en la loable tarea de promover el humor hecho y actuado por mujeres cubanas.

La presentadora dijo: «debemos hacer más por nosotras mismas, mejorar la autoestima de las mujeres». Las concursantes del primer programa fueron leales a  la diversidad de mujeres cubanas: no eran hegemónicamente bellas, había mestizas, de estaturas y corpulencias disímiles y de origen, sin dudas,  humilde.

Con semejante propuesta introductoria se contuvieron mis deseos de cambiar de canal, pero los chistes de la presentadora y las tres concursantes no me produjeron gracia, sino preocupación y rechazo.

El desarrollo del programa fue un rosario de malos chistes, llenos de alusiones homofóbicas, machistas, violentas, sobre todo dirigida hacia los hombres.

Para la presentadora del programa «las mujeres deben quitarle el dinero a sus maridos» para comprarse accesorios femeninos, dentro de los que menciona las uñas postizas, esas que le imposibilita una de las «tareas femeninas» más frecuentes: escoger el arroz. Las uñas, según ella, «son tan grandes que les dificulta sacar un macho, como ocurre en la esquina de 23 y malecón». Según el chiste, ellas dependen de sus dueños y proveedores (los hombres) para comprarse atributos que supuestamente las hacen más femeninas y deseadas y, remata, que los hombres que se reúnen todas las noches y madrugadas en 23 y Malecón no son «machos», pues son homosexuales, travestis y otras categorías más…

A estas alturas algún lector o lectora pensará que exagero, que estoy demasiado pendiente de detalles insignificantes; otros, que me detengo en la inútil intertextualidad de un mal programa humorístico –entre tantos­­– de la televisión nacional. Pero en realidad me preocupa la naturalización del machismo, la homofobia y la violencia simbólica en un medio de tanto alcance. Me preocupa que no tengamos un distanciamiento crítico hacia las producciones con tales contenidos, que «saturan» la televisión nacional.

Me pregunto si para hacer un programa humorístico femenino tenga que calificarse a los hombres «ratas de dos patas», que la concursante utilice además un discurso que coquetea con el odio y, al mismo tiempo, reciba la mayor puntuación de todos los «chistes» por un jurado integrado por dos grandes actrices de la cultura nacional.

Preocupa que sea motivo de chiste la  violencia doméstica, sobre todo hacia las niñas, posicionar a todos los hombres como proveedores mentirosos, manipuladores de las mujeres y como máquinas sexuales. Tampoco me queda claro que sea gracioso ensalzar «el mito del pene gigante» y que la recurrente alusión a la sexualidad sea el gancho más utilizado para provocar la risa.

Si la presentadora considera que está haciendo algo útil y correcto no debió preocuparse por aclarar al final del programa que «no estamos restando hombres» y que, durante los créditos del cierre, machacaran con lo mismo: «no se hirió la sensibilidad de ningún hombre».

Uno puede y tiene derecho a reír, a pasársela bien, pero el humor es asunto serio e implica responsabilidad. Ojalá y algún día retomemos eso que nos legó lo criollo y espontaneo de nuestra nacionalidad. Ojalá y nuestras humoristas retomen ese rumbo y hagan propuestas inteligentes, liberadoras y emancipadoras, que impacten positivamente en la creación de sus colegas masculinos.

Luchar contra la ideología patriarcal no se hace descalificando a los hombres, no se logra con homofobia y sexismos en boca de las mujeres. Emancipar al ser humano, sobre todo en nuestro contexto, no es «pagar con la misma moneda» y reproducir el mismo odio de los opresores, sino acusar a lo que nos divide, nos segrega y enfrenta. [14/04/13]

4/04/2013

Cuerpos intersex: la polifonía de los sexos o la amenaza a la cultura

Ayer, miércoles 3 de abril, me sorprendió el programa Pasaje a lo Desconocido con un documental estadounidense sobre la intersexualidad. Reinaldo Taladrid, conductor del programa, tuvo como experto invitado al Doctor profesor Francisco Carvajal, endocrinólogo pediatra del Instituto Nacional de Endocrinología y presidente de la comisión nacional encargada de atender a las personas intersexuales.

La complejidad del tema, cuyo estudio me apasiona, más la exhortación de algunos amigos y colegas, me estimuló a escribir con el estilo menos «docto» posible.

Para ello es necesario conceptualizar algunas categorías, que sin dejar de estar sujetas a cuestionamientos en la actualidad, pretendo que sirvan al menos para acercarnos a la comprensión de la intersexualidad.

Una de ellas es la categoría sexo, entendida como los atributos biológicos que nos definen como hembras o varones o ninguna de las anteriores. Es decir, cuando digo sexo no me refiero a las relaciones sexuales, a ciertos filmes que se clasifican como tal, a los pensamientos lujuriosos o prohibidos, según sea el caso.

El sexo depende de los cromosomas, las hormonas sexuales (todos tenemos masculinas y femeninas), enzimas que participan en la diferenciación sexual, el hipotálamo (región media del cerebro), los órganos reproductivos internos y los genitales externos. Estos últimos son el referente que permite asignar el sexo al momento del nacimiento. En la cultura occidental esta asignación es indispensable para la identificación legal de la persona y para adjudicarle rígidamente los atributos y significados culturales masculinos o femeninos, conocidos como género.

Al depender el sexo de tantos factores, que no siempre se relacionan linealmente entre sí, ocasionalmente puede ocurrir que una persona tenga genitales externos que no coinciden con la información del ADN ni con el número de cromosomas sexuales, o que una niña nazca con un clítoris muy grande, semejante a un pene, entre muchas otras combinaciones.

También puede presentarse la situación de que la persona tenga genitales ambiguos, es decir, que los genitales externos tengan simultáneamente una morfología masculina y femenina. A estas personas se les denominaba hermafroditas (por los dioses Hermes y Afrodita), término en desuso por sus limitaciones para clasificar tantas variantes y por tener implicaciones peyorativas. En la actualidad se prefiere el término personas intersex o intersexuales, que serán los que utilizaré en este escrito.

La medicina ha sido la responsable de crear todas estas categorías y las clasifica como «anomalía», «trastorno» o «enfermedad». En 2006, se realizó una reunión de consenso internacional que clasifica cualquier variante del desarrollo sexual como «Trastorno del Desarrollo Sexual» (TDS).(1)

Algunas de las entidades incluidas en los TDS requieren tratamiento médico y quirúrgico, por las implicaciones que tienen sobre la salud física de la persona o sobre la vida misma; por ejemplo: malignización de las gónadas, graves trastornos para orinar, pérdida de sal y agua del cuerpo, entre otras. En ellas el tratamiento médico o quirúrgico no tiene objeción.

Sin embargo, muchas otras no pasan de ser un cambio en la apariencia de los genitales o la ausencia de órganos sexuales internos que interfieren con la reproducción y la sexualidad en la etapa adulta de la vida. Aún y cuando en la niñez muchos estados intersexuales no tienen una repercusión significativa, a estas personas se les somete a tratamientos quirúrgicos antes de los dos años, destinados a corregir la presunta anomalía de sus genitales y permitir la asignación del sexo (cirugía de asignación sexual o CAS) en congruencia con los mandatos de la cultura.

La urgencia social de incluir a los seres humanos en alguno de los dos casilleros (masculino o femenino) tiene su epicentro en la demanda de los padres y se alienta desde una práctica médica paternalista, en ocasiones autoritaria, pues son los profesionales de la salud quienes deciden cuándo y cómo debe tomarse cada conducta. La persona con 1 ó 2 años de edad no está en capacidad de entender el alcance de las decisiones médicas, ni de consentir con autonomía. En muchos países se le oculta información detallada a los familiares y, aún peor, a la propia persona intersex. Es por ello que se ha denominado a este modelo de atención «protocolo dominante o de ocultamiento».

Cuando a pesar de muchas pruebas diagnósticas no puede determinarse el sexo de la persona, se procede a construir una vagina, al ser la técnica mejor conocida y más segura, según dicen los cirujanos. Pero no sólo se construyen vaginas, también se amputa o remodela el clítoris (su acortamiento por amputación persiste a pesar de las más refinadas técnicas en la actualidad) y se construyen falos.

Aunque se ha avanzado en el perfeccionamiento de las CAS, en tiempos recientes se continúan reportando serias complicaciones, dentro de las que se incluyen la pérdida de la capacidad reproductiva, la disminución o pérdida de la respuesta erótica, infecciones, dolor genital, incontinencia urinaria, cicatrices con deficiente apariencia estética. En muchos casos se requiere de cirugías correctivas a lo largo de la infancia y de procedimientos de dilataciones vaginales, que no borran la vergüenza y la angustia derivada de la percepción de tener una «anomalía sexual».(2-5)

Acerca de las CAS practicadas en Cuba, la investigadora Adriana Agramonte y su equipo de investigación publicó un estudio sobre las consecuencias en el área psicológica y de la sexualidad de las personas intersex.  El artículo reporta afectaciones de la identidad corporal, caracterizada por una relación conflictiva y disociada con el propio cuerpo, negación o exclusión de los genitales, así como inconformidad con el desarrollo de los caracteres sexuales secundarios. Sin embargo, el resultado más notable de su investigación fue el secretismo médico y familiar y la medicalización del estado intersexual.(6) Puede que lo anterior sirva para responder la brillante pregunta de Taladrid sobre el impacto de las cirugías sobre el erotismo y las sexualidades de las personas intersex.

En el documental y en la presentación del programa se evidenció la terrible angustia que genera el nacimiento de una persona intersex. Como lo enuncia Suzanne Kessler: «la intersexualidad no amenaza la vida del paciente, sino la cultura del paciente».(7)

Afortunadamente desde la década de 1990 las personas intersexuales en algunos países han hecho sentir sus demandas y han interpelado el discurso médico normalizador. Desde entonces se han identificado otras tres tendencias en el abordaje de la intersexualidad: la «centrada en el paciente», el «modelo intermedio» y el «modelo de atención multidisciplinaria».(8)

La «centrada en el paciente» demanda una moratoria de las cirugías de asignación sexual en edades tempranas y posponerlas hasta que la persona pueda decidir sobre su cuerpo. También incluye un intercambio de información médico-paciente franca, abierta y completa. Contempla además que a cada persona intersexual se le debe asignar el género femenino o masculino y que se le permita vivir con el género con el que se identifica (incluye la posibilidad y libertad de la persona de cambiarlo).(9)

El «modelo intermedio» no acepta la moratoria absoluta de las cirugías de asignación sexual, ante el potencial trauma psicológico que experimentan algunos infantes por presentar algún grado de ambigüedad genital, y al mismo tiempo considera que los médicos no deben decidir por su cuenta y que los padres deben tener acceso a la información completa sobre el estado intersex y sobre los riesgos y beneficios de los diferentes protocolos de atención. Así lo expresó uno de los especialistas en el documental.

El «modelo de atención multidisciplinaria» se destaca por su integralidad, al incluir acompañamiento psicológico, atención a necesidades sociales y a  solucionar conflictos de orden jurídico, define si los padres pueden o no consentir y brinda educación a las personas intersex, a sus familiares y a los juristas. Este sería el paradigma ideal, por el que también se aboga en Cuba.(8, 10)

El asunto es complejo y debe partir de la promoción de un cambio cultural, proceso sin dudas lento, pero que demanda acciones más aceleradas de las instituciones encargadas de implementar las políticas sobre el cuerpo y las sexualidades. Estas políticas deben encaminarse a generar gratificaciones, goce, paz, armonía y valores humanos.

Si lo entendiéramos de esa manera y no de acuerdo a cómo nos define la entrepierna, podríamos secundar la opinión de una madre de una persona intersex que aparece en el documental: «Las personas no se enamoran de los genitales, se enamoran del alma».

Abril 4, 2013

 

Bibliografía citada:

1.         Hughes I, Houk C, Group LEC. Consensus statement on management of intersex disorders.  Arch Dis Child: BMJ Publishing Group & Royal College of Paediatrics and Children Health; 2006. p. 554–63.

2.         Greenberg JA. Health Care Issues Affecting People with and Intersex Condition or DSD: Sex or Disability Discrimination?  Loy LAL Rev2012. p. 849.

3.         Fausto-Sterling A. The five sexes, revisited: The varieties of sex will test medical values and social norms.  The Sciencies. 19-232000.

4.         Minto CL, Liao L-M, Woodhouse CR, Ransley PG, Creighton SM. The effects of clitoral surgery on sexual outcome in with ambiguous genitalia: a cross sectional study Lancet. 2003. p. 1252.

5.         Crouch N, Liao LM, Woodhouse C, Conway G, Creighton SM. Sexual Function and Genital Sensitivity Following Feminizing Genitoplasty for Congenital Adrenal Hyperplasia.  The Journal of Urology2008. p. 634-8.

6.         Agramonte  A. Tratamiento quirúrgico de los genitales ambiguos: fundamentos e implicaciones psicológicas y sexuales.  Rev Cubana Endocrinol 2006.

7.         Kessler S. The Medical Construction of Gender: Case Management of Intersexed Infants. Signs. 1990;16(1):3-26.

8.         Dreger A. Intersex and human rights: The long view. In: Sytsma SE, editor. Ethics and Intersex: Springer; 2011. p. 73-86.

9.         ISNA. Mission of the Intersex Society of North America. Intersex Society of North America;  [3/1/2013]; Available from: http://www.isna.org.

10.      Agramonte A, Ledón L. Intersexualidad, necesidad del cambio en el paradigma de atención. Rev Cubana Endocrinol. 2010;21(3).

4/01/2013

Entre el mundo rosa y azul: la diversidad de género en la infancia y la adolescencia

Por: Alberto Roque Guerra

«Espectador Crítico», programa conducido por Magda Resik en el Canal Educativo de la Televisión Cubana, apuesta una vez más por el crecimiento espiritual de las personas que habitamos esta isla. El pasado sábado 30 de marzo proyectaron el filme belga “Mi Vida en Rosa”. La historia de la película aborda la temática de la diversidad de género en la infancia a través del personaje de Ludovic, un niño de 7 años que siente –y sueña sentirse-  niña y que intenta a contracorriente comportarse como tal. 
La identificación con lo femenino que Ludovic siente le proporciona felicidad y bienestar. Al expresarlo, desde su inocente búsqueda, choca abruptamente con el guión de normas de género que la cultura donde ha nacido le impone. De él se espera que sienta y se exprese como un niño, masculino, que será proveedor, macho, heterosexual y violento toda la vida, como su padre.
El conflicto explota, primero en la familia, después en la escuela y la comunidad. Ludovic sufre, se siente el otro, el raro, el que no encaja. Se aísla, está triste. Se esconde incluso en una nevera, sin que sepamos con certeza de que era consciente que podía morir en ese lugar. Solamente lo comprende la abuela materna, una señora abierta, feliz, relajada y contenta de vivir en diversidad. También lo apoya su joven maestra, quien intenta inculcar a sus alumnos que todos somos singulares, diferentes, que debemos respetarnos, vivir en paz.
En el filme se evidencian con claridad las numerosas estrategias para disciplinar a quien intente expresar el género de forma diferente al asignado al nacer. La disciplina pedagógica  es una de ellas. A Ludovic lo expulsan de la escuela, justo cuando su maestra termina de abogar por el respeto a la diversidad humana. El director manifiesta que responde a la demanda de la mayoría de los padres. Desde su pasiva, y «democrática» complicidad (la mayoría decide, claro está) no le permitió apreciar que la escuela se había convertido en un infierno para Ludovic, en un lugar inseguro, por la violencia física y verbal naturalizadas a la que se le sometía. ¡Y todo por sentirse niña!
Pero no sólo se le aplicó a Ludovic el férreo castigo pedagógico sino también el biomédico. Sus padres lo llevaron a sesiones de psicoterapia para corregir el «trastorno de identidad de género», como clasifica la Psiquiatría a la diversidad de género en la actualidad. (1) Les era necesario curar semejante «aberración», «disonancia», «incongruencia» o, como se dijo en la presentación previa a la película: «confusión con su identidad». El fracaso fue estrepitoso: el problema no era de Ludovic, sino de sus padres y de la sociedad, que se supone tienen la responsabilidad de acogerle, cuidarle y garantizar su sano, vital y feliz desarrollo como ser humano. 
No existen evidencias científicas hasta el momento que expliquen los complejos y heterogéneos mecanismos involucrados en la construcción de la identidad de género. Los estudios que muestran diferencias en los núcleos (grupo de neuronas) de la base del encéfalo humano (2-3) no tienen significación estadística, pues tienen el sesgo de estudiar el cerebro de las personas transexuales fallecidas y no es aplicable a las diversas maneras de expresar el género en culturas no occidentales. Me recuerdan a la morbosidad racial de algunos «científicos» cuando se esfuerzan en demostrar las diferencias entre cerebros de personas blancas y negras para justificar la presumible inferioridad de «algunas razas». También se han  publicado presuntas causas genéticas y hormonales de la transexualidad. Todos estas publicaciones se han clasificado por las personas trans* como «patofilia de género» y a sus autores «patófilos de género».
Tampoco es ciencia constituida (la falta de certeza caracteriza a los paradigmas actuales de las ciencias) el papel de las influencias familiares en la aparición de expresiones de género en la infancia, que disienten con la norma cultural occidental. No está demostrado que las y los infantes que muestran inconformidad con las normas de género provengan de un ambiente hostil, de familias disfuncionales, o de figuras maternas histéricas o psicopáticas. Ello no significa que deba despreciarse el importante papel de la cultura en la construcción de la identidad de género. De hecho se conoce que las culturas Inuits, los Mohave y Navajos en Norteamérica, las Hijras y los Rae-Rae en Asia, entre muchas otras, interpretan el género de manera más diversa, fluida, dúctil y mucho menos discriminatoria.(4-6)
La mayoría de las personas que experimentan inconformidad de género en la infancia y la adolescencia no devienen en transexuales en la adultez. Las escasas publicaciones sobre el tema muestran que solamente de un 6 a un 20% de las y los infantes que muestran inconformidad con el género en la infancia y la adolescencia son transexuales en la etapa adulta. El resto muestra una orientación afectivo-erótica homosexual o heterosexual en menor medida.(7-8)  Tuve la percepción de que en el filme y durante su presentación se utiliza este argumento como tranquilizador, ante el temor propio o de que un ser querido ingrese al grupo de los raros, al que transgrede las normas de género impuesta por una cultura intolerante y homogenizante. En este punto invito a la reflexión sobre el carácter discriminatorio de estas expresiones. 
Deben diferenciarse y delimitarse los campos conceptuales entre la orientación afectivo-erótica (sexual) y la identidad de género. En la película, como en la vida real, se confunden con frecuencia ambos dominios, incluso por los profesionales. La orientación afectivo erótica puede ser heterosexual (hacia una persona con género diferente), homosexual (hacia el mismo género) y bisexual (hacia ambos géneros). Lo que Ludovic sentía tiene que ver con su identidad género, como decían algunos personajes, «estaba buscando su identidad», por eso expresaba estereotipos del género femenino. Ni la orientación afectivo-erótica ni la identidad de género guardan relación con los amaneramientos, inflexiones y gravedad de la voz, ni con la postura al orinar.
No cabe duda que la familia –al igual que la de Ludovic- sufre ante una situación como esta. No sabe qué hacer, tampoco la escuela. Es por ello que debe garantizarse el acompañamiento por parte de las instituciones y de la comunidad. Deben aliviarse los malestares que  acompañan al proceso de aceptar las diversas expresiones de género en la infancia y la adolescencia. No se requiere corregir ni modificar al infante, sino crear un ambiente seguro, comprensivo y afectuoso que le permita el pleno desarrollo de su identidad personal que, como su nombre lo indica, es singular, única, irrepetible.
También debe promoverse un cambio en la cultura que, sin proponer –por ahora- la desaparición de lo masculino y lo femenino, garantice sus expresiones en equidad y paz, con pleno reconocimiento de otras identidades de género con atributos, símbolos y significados heterogéneos. Sería como lo señala la querida colega Diane Ehrensaft (9): una red multicolor –que desborde al rosa y al azul- que permita acoger a todas las combinaciones posibles.

Notas y Citas:

[1] Personas que siente y se identifican con un género diferente al asignado. Es sinónimo de Transgénero.  Incluye travestis, transexuales, drag-queens, personas con género queer, entre otras.

1.         American Psychiatric Association (APA). Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, Fourth Edition, Text Revision. Washington, DC.: American Psychiatric Association; 2000.
2.         Zhou JN, Hofman MA, Gooren LJ, Swaab DF. A sex difference in the human brain and its relation to transsexuality. Nature. 1995 Nov 2;378(6552):68-70.
3.         Kruijver FP, Zhou JN, Pool CW, Hofman MA, Gooren LJ, Swaab DF. Male-to-female transsexuals have female neuron numbers in a limbic nucleus. J Clin Endocrinol Metab. 2000 May;85(5):2034-41.
4.         Devereux G. Institutionalized homosexuality of the Mohave Indians. Hum Biol. 1937;9:502-27.
5.         Feinberg L. Transgender warriors. Boston, MA: Beacon Press.; 1996.
6.         Nieto JA. Transexualidad, intersexualidad y dualidad de género. Barcelona: Edicions Bellaterra; 2008.
7.         de Vries ALC, Cohen-Kettenis PT, Delemarre-van de Waal H. Clinical Management of Gender Dysphoria in Adolescents, International Journal of Transgenderism. 2006;9(3-4):83-94.
8.         Hill DB, Rozanski C, Carfagnini J, Willoughby B. Gender identity disorders in childhood and adolescence. Journal of Psychology & Human Sexuality. 2006;17(3-4):7-34.
9.         Ehrensaft D. Gender born, gender made. New York: The Experiment; 2011.